De acuerdo con nuevos estudios, pese a que las personas hayan presentado cuadros leves de COVID-19, muestran cambios en el cerebro

Día Mundial del Cerebro: así es cómo el COVID-19 afecta memoria y concentración de pacientes

De acuerdo con nuevos estudios, pese a que las personas hayan presentado cuadros leves de COVID-19, muestran cambios en el cerebro

Un estudio publicado en la revista Nature, revela los cambios que el COVID-19 puede provocar en el cerebro humano.

Investigadores encontraron diferencias significativas en resonancias magnéticas hechas antes y después de contraer el coronavirus SARS-CoV-2.

De acuerdo con estas investigaciones, incluso después de un cuadro leve, las imágenes mostraron que el tamaño total del cerebro se había reducido ligeramente.

Zonas relacionadas con el olfato y la memoria se encuentran con menos materia gris, según lo muestran los escaneos.

De momento no se sabe si se tratan de cambios permanentes, sin embargo, los científicos adelantan que el cerebro tiene capacidad de recuperarse.

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“Estábamos observando una infección esencialmente leve, con lo cual notar que realmente había diferencias en el cerebro y cuánto había cambiado en comparación con aquellos que no habían sido infectados fue una gran sorpresa”, señaló Gwenaelle Douaud, autora principal del estudio.

El proyecto UK Biobank, ha seguido la salud de 500 mil personas durante 15 años, por lo que posee una gran base de datos previa a la pandemia, lo que permitió comparar los resultados de los escaneos de los mismos pacientes, tras padecer COVID-19.

En el estudio liderado por Douaud, quien es profesora del Centro Wellcome de Neuroimagen Integrativa de la Universidad de Oxford, los investigadores reescanearon a 401 participantes a cuatro meses y medio después de tener la infección.

Tras estos escaneos, hallaron que el tamaño general del cerebro en los participantes infectados se había reducido entre un 0,2 y un 2 por ciento, además de que aquellos que recientemente se habían recuperado de COVID, tenían dificultades para realizar tareas mentales complejas.

“Debemos tener en cuenta que el cerebro es realmente plástico, con eso queremos decir que puede curarse a sí mismo, por lo que hay una gran posibilidad de que, con el tiempo, los efectos nocivos de la infección desaparezcan”, recalcó Douaud.

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