Desarrollan material biodegradable

Un grupo de investigadores del Cinvestav generó biopelículas a partir de almidón de maíz que tiene características similares al poliuretano empleado en la agricultura protegida

En México existen poco más de 17 mil unidades de producción de agricultura protegida, es decir, que emplean mallas, marco y microtúneles o invernaderos, de acuerdo con información de la última Encuesta Nacional Agropecuaria.

Este tipo de producción es de suma importancia para el país, ya que, por ejemplo, se estima que 60 por ciento del jitomate en el territorio se obtiene a partir de la agricultura protegida. Por ello, científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Querétaro desarrollaron una nueva película que puede ser empleada en invernaderos, pero con la ventaja de ser biodegradable.

Juan Francisco Pérez Robles, encargado de la investigación, aseguró que la biopelícula está orientada a resolver un grave problema detectado por los productores agrícolas que emplean invernaderos como principal herramienta de cultivo.

Por lo general, estas estructuras agrícolas usan películas de poliuretano tanto para la cama como en la cubierta. Sin embargo, cuando se termina la vida útil de esas películas, se convierten en un problema de basura para los productores, quienes en su mayoría deciden incinerar los desechos, generando contaminación ambiental.

La p rop ue st a del Cinvestav es obtener películas a partir de almidón de maíz y sílice que al terminar su vida útil puedan enterrarse y degradarse de forma rápida.

El proceso empleado por el grupo de investigación es mezclar mecánicamente el almidón de maíz en polvo al mismo tiempo que se realiza la producción in situ para asegurar que se obtengan ciertas propiedades para generar la película

De acuerdo con Pérez Robles, el costo del proceso es competitivo debido a que la materia prima que se usa es abundante en el país; además, realizan experimentación adicional para emplear mucílago de nopal como reemplazo del almidón de maíz, por lo que la producción de estas biopelículas puede diversificarse.

“En estos momentos, nuestro material sirve perfectamente para acolchado de invernaderos, ya que de acuerdo con las pruebas que hemos realizado, las películas permiten entre 84 y 85 por ciento del paso de la luz, que es similar al del polietileno comúnmente aplicado por los productores agrícolas que deja pasar en promedio 89 por ciento de la luz”, explicó.

60
por ciento de la producción de jitomate se obtiene de la agricultura protegida

En cuanto al uso de la biopelícula como recubrimiento de la estructura del invernadero, el personal del Cinvestav Unidad Querétaro trabaja para mejorar las propiedades mecánicas a partir de la inclusión de nanoperlas y nanotubos de carbono, que previamente han desarrollado y patentado.

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