Deja las pastillas, haz ejercicio

Aunque sería arriesgado decir que el ejercicio físico puede reemplazar el tratamiento farmacológico para personas que padecen enfermedades como la diabetes y males cardiacos, pero un amplio estudio realizado por la Escuela Médica de Harvard, la Escuela de Economía de Londres y la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, revela que la actividad física sí puede ser igual de efectiva que una pastilla en la prevención de la diabetes y de un segundo infarto de miocardio o ataque al corazón. 

Aunque sería arriesgado decir que el ejercicio físico puede reemplazar el tratamiento farmacológico para personas que padecen enfermedades como la diabetes y males cardiacos, pero un amplio estudio realizado por la Escuela Médica de Harvard, la Escuela de Economía de Londres y la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, revela que la actividad física sí puede ser igual de efectiva que una pastilla en la prevención de la diabetes y de un segundo infarto de miocardio o ataque al corazón. 

Incluso se demostró que en personas que sufrieron un accidente cerebrovascular o derrame cerebral, la actividad física fue la mejor opción, al menos en términos de rehabilitación. 

Para llegar a estos resultados, los científicos analizaron los resultados de 305 ensayos clínicos de más de 300 mil personas que fueron sometidas a un programa de ejercicio o a una terapia farmacológica como tratamiento de la insuficiencia cardiaca, como prevención de la diabetes y un segundo infarto y para la rehabilitación tras un derrame cerebral. 

Y compararon la influencia de ambos tipos de recetas médicas en estos resultados de salud. 

Únicamente los diuréticos como tratamiento para la insuficiencia cardiaca superaron en eficacia a alguna forma de actividad física. 

Los resultados del estudio, publicados en British Medical Journal, sugieren que el ejercicio debe considerarse “una alternativa viable a, o junto a, la terapia farmacológica”, señalan los especialistas. “De hecho, un número creciente de expertos recomienda la prescripción de una ‘píldora de ejercicio’ como una estrategia preventiva para reducir la morbilidad y la mortalidad.”

“En casos donde las opciones de fármacos proporcionen solo un simple beneficio, los pacientes merecen entender el impacto relativo que la actividad física puede tener en su condición”, agregan.

Sin embargo, Amy Thompson, enfermera especializada en cardiología de la Fundación Británica del Corazón, enfatiza que “las medicinas son una parte extremadamente importante del tratamiento de muchas enfermedades cardiacas y que las personas deben continuar tomando sus medicamentos vitales”. 

Y aconsejó que aquellos que sufren de una enfermedad del corazón o se les ha dicho que tienen alto riesgo de padecerla, se acerquen con su médico, para ver cuál es el rol que puede jugar el ejercicio en su tratamiento.

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