Dean Blunt: Un raro redentor

Hablar de Dean Blunt es una tarea difícil: el artista, músico, personaje y/o farsante que está detrás de este seudónimo se ha encargado de nublar todo lo relacionado a su persona. 

En otro proyecto que mantiene intermitentemente con Inga Copeland (otro seudónimo) se hace llamar Hype Williams, nombre que confunde hasta las búsquedas más refinadas de Google pues es homónimo de un famoso director de videos de rap y Hip–Hop. 

Hablar de Dean Blunt es una tarea difícil: el artista, músico, personaje y/o farsante que está detrás de este seudónimo se ha encargado de nublar todo lo relacionado a su persona. 

En otro proyecto que mantiene intermitentemente con Inga Copeland (otro seudónimo) se hace llamar Hype Williams, nombre que confunde hasta las búsquedas más refinadas de Google pues es homónimo de un famoso director de videos de rap y Hip–Hop. 

¿Por qué alguien dedicado a la música habría de esconder su identidad en estos tiempos? Y no solo eso, Blunt se ha encargado de dar confusas entrevistas en las que los detalles sobre su persona van de lo increíble a la risa: hace un año le dijo a un reportero de The Guardian que en algún momento fue sorprendido robando mapaches a taxidermistas (¡!) y que se había unido a la Nación del Islam.

A pesar de todo este ruido, Dean Blunt ha logrado de alguna manera que nos enfoquemos en su música… que por cierto no es muy fácil de digerir.

Como Hype Williams, primero llamó la atención en el bajo mundo del lo–fi y el leftfield con una serie de lanzamientos en casetes y otros formatos digitales. 

El uso de sampleos sumergidos en extraños pero atractivos sonidos dio como resultado un pastiche interesante de Hip–Hop, R&B y Downtempo cuyo “manoseo” los deja prácticamente irreconocibles. Música de segunda mano.

La evolución de estos experimentos se puede escuchar en el desafiante álbum “Black Is Beautiful” que lanzó ya como Dean Blunt junto a Inga Copeland en 2012. 

Pero ahora Blunt ha dado un inesperado giro musical con “The Redeemer”, un álbum de siniestra elegancia que en 19 tracks habla de pérdida de amor y del rompimiento de las relaciones.

En sus dos mejores momentos, en canciones como “The Redeemer” y “Papi”, Dean Blunt hace un guiño a Alain Garaguer y su impresionante soundtrack de “La Planète sauvage” o “El Planeta Salvaje”, la película francesa de ciencia ficción de 1973.

Sorpresivamente, Blunt hace uso de guitarras, arpas, sonido de olas y arreglos de cuerdas que en un descuido podrían hacerte recordar a Serge Gainsbourg. Su grave voz de manera extraña nos remite a Gill Scott–Heron.

“The Redeemer” es un álbum inclasificable, una sorpresa mayúscula en la misteriosa carrera de un tipo que nos sigue engañando con historias fantásticas y nombres falsos, pero que en cada lanzamiento entrega música que nos invita a consumir y escuchar a conciencia. 

Álbum recomendado: “The Redeemer”
Dean Blunt
[Hyppos; 2013]
120 pesos en iTunes

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