De fans a inversionistas

Si eres artista, crea fama pero no te eches a dormir. Abre una cuenta en Kickstarter y busca el apoyo de tus fans para darle la vuelta al viejo modelo de financiamiento de la industria musical. Ahora, "nosotros somos los medios de comunicación", o por lo menos eso nos dice el caso exitoso más reciente.

Confieso que no tenía la menor idea de quién era Amanda Palmer. El tag "punk cabaret" nunca estuvo –ni por casualidad– en mi radar de intereses musicales. 

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Millones de dólares, el monto recaudado para proyectos de Música
"El consumidor (dice): ‘¿Dónde está mi música gratis en Internet? ¿Es esto una descarga gratuita? ¡Vete a la mierda! Me costó un cuarto de millón de libras hacerlo, no la vas a tener por nada. Quiero mi cuarto de millón de vuelta, muchas gracias. Por eso somos estrellas de rock”
Noel GallagherMúsico
"Ahora, porque podemos llegar a los fans de manera directa –sin la maquinaria–, los artistas tenemos la facultad de tomar las decisiones y quedarnos con lo que sea que sobre… no las disqueras"
Amanda PalmerArtista, músico

Si eres artista, crea fama pero no te eches a dormir. Abre una cuenta en Kickstarter y busca el apoyo de tus fans para darle la vuelta al viejo modelo de financiamiento de la industria musical. Ahora, “nosotros somos los medios de comunicación”, o por lo menos eso nos dice el caso exitoso más reciente.

Confieso que no tenía la menor idea de quién era Amanda Palmer. El tag “punk cabaret” nunca estuvo –ni por casualidad– en mi radar de intereses musicales. 

Pero recaudar casi 1.2 millones de dólares a través de Kickstarter para convertirse en el proyecto musical más grande financiado por usuarios –y no por la industria de la música–, eso sí que llamó mi atención.  

Amanda no es ninguna improvisada. En el año 2000, formó junto a Brian Viglione el dúo conocido como The Dresden Dolls, una agrupación de piano rock o, como la misma Palmer bautizó, punk cabaret. 

The Dresden Dolls se convirtió rápidamente en una banda de culto en Boston –donde Amanda goza de tremenda fama– gracias a su teatralidad (maquillaje y vestimenta incluidas), pero también a la intensidad de sus conciertos y su talento. Con el lanzamiento de dos álbums bajo el sello Roadrunner Records (subsidiaria de Warner Music) sus seguidores se esparcieron rápidamente a otras partes del mundo. Su último álbum, “Yes, Virginia…”, salió en 2006 y tuvo un moderado éxito: estuvo tres semanas en la lista de Billboard 200 (42 fue su mejor lugar). 

Para la realización de ambos discos, The Dresden Dolls contó con el apoyo de la disquera para grabar bajo la la producción de nombres como Martin Bisi (Sonic Youth, John Zorn), Sean Slade (Hole, Radiohead) y Paul Q. Kolderie (Pixies, Radiohead). 

Desde 2008 el dúo se encuentra en hiato, aunque han programado conciertos esporádicos –tal vez con la intención de volver a juntarse–, como el que dieron en diciembre de 2011 en la Ciudad de México y una gira por Nueva Zelanda y Australia a principios de 2012. 

Amanda ‘fucking’ Palmer

El desenfrenado carisma musical de Amanda tenía que relucir en un proyecto solista, así que en 2008 lanzó “Who Killed Amanda Palmer”, coproducido por Ben Folds y ella misma. El álbum llegó hasta la posición 77 de Billboard 200, pero sobre todo le sirvió para afianzar la relación fan–artista . 

Amanda es quizá una de las artistas más preocupadas –y ocupadas– por mantener una excelente relación con sus fans. Según un análisis de The Economist, Palmer ha hecho todo bien: “(…) quedarse al final de cada show para firmar autógrafos y platicar. Ella bloguea, twittea a más de 500 mil seguidores, lee entradas en foros de Internet y responde los correos electrónicos de sus fans”. 

Pero a partir de 2010, dejó de “pertenecer” a Roadrunner Records, el sello que lanzó los álbums que grabó bajo The Dresden Dolls y su debut como solista. Amanda “Fucking” Palmer –como también le gusta que la llamen– inició desde entonces la aventura de tratar de lanzar música, salir de gira y promocionarse sin la ayuda de una disquera, al estilo DIY (“Hágalo Usted Mismo”) y con las herramientas de Internet que han empoderado a los artistas para distribuir material musical desde sus laptops. 

El caso de Amanda es particularmente interesante porque ella construyó una base de fans con más de 10 años de carrera. Bajo este contexto, estructuró con conocimiento de causa la idea de recurrir a la financiación en masa en Kickstarter, el sitio insignia del “crowdfunding” (como se conoce el término en inglés). 

Previo a este exitoso intento, ya había pedido 20 mil dólares –también en Kickstarter– para llevar a cabo el proyecto “Una tarde con Neil Gaiman y Amanda Palmer”, que, como su nombre lo dice, implicaba un espectáculo de música y la lectura de trabajos inéditos de su pareja, quien es novelista, escritor de cómics y cuenta con más de 1.7 millones de seguidores en Twitter. Con 3 mil 873 patrocinadores –es decir, gente que aportó dinero en Kickstarter– superó la meta al recaudar 133 mil 341 dólares. Todo un éxito. 

A principios de año, se fue a grabar a Australia su tercer álbum como solista “Theatre Is Evil”. Para recuperar el costo de producción, inició un ambicioso proyecto en Kickstarter con la meta de recaudar 100 mil dólares para el 31 de mayo (el sitio no otorga ni un centavo si no se cumple la meta de dinero para la fecha establecida). 

Para sorpresa de muchos, 24 mil 883 “patrocinadores” –entre fans y entusiastas de su música– respondieron al llamado. La mayoría contribuyó con 125 dólares o menos; pero 34 de sus patrocinadores se arriesgaron a dar 5 mil dólares cada uno (la suma más alta que se podía dar). En total, recaudó un 1.9 millones de dólares que servirán para cubrir no solo el costo de la producción del álbum, también iniciará una gira llamada “Amanda Palmer & the Grand Theft Orchestra” y publicará un libro de arte, entre muchas otras cosas, detalladas en su sitio Web.   

Álbum, gira y libro 
Proyecto en Kickstarter

Blog de Amanda
Con todo el detalle de gastos

La ‘recompensa’ 

Como todo inversionista, los fans que decidieron convertirse en patrocinadores buscan un valor agregado a los dólares que depositaron. 

Tener $1,192,793.00 de dólares gracias a tus fans, no es poca cosa. Así que Amanda decidió publicar en su blog un desglose de gastos, en parte para transparentar su uso pero también para evidenciar el costo real de lo que implica el lanzamiento de un álbum. 

Por ejemplo: para producir más de 7 mil libritos de CD con cartas de agradecimiento, alrededor de 105 mil dólares; para los más de mil 500 vinilos y tarjetas, unos 30 mil dólares; los más de dos mil libros de arte, alrededor de 80 mil dólares; además, se tienen contemplado entre 15 y 20 mil dólares para el pago al equipo de diseñadores del arte del álbum y el libro. 

Y el desglose sigue hasta quedar “libres” unos 100 mil dólares. 

“Si mantenemos nuestros gastos abajo y mantenemos la gira muy práctica y un presupuesto bajo para videos, podría probablemente meter 100 mil dólares de esto en mi cuenta personal de banco. Lo que estaría bastante bien. Pero lo más seguro es que la cifra se acerque a cero mientras siga la gira en otoño, y, ¿saben qué? De verdad, eso está bien conmigo, casi era parte del plan”. 

Para cada cantidad depositada, había un incentivo. Por ejemplo, los dos patrocinadores que dieron 10 mil dólares –cada uno– tendrán la oportunidad de que Amanda Palmer los visite en sus casas y les pinte un cuadro; para los 34 patrocinadores que dieron 5 mil dólares, en los próximos meses Amanda les organizará una fiesta en sus casas. 

El otro lado de la moneda

Hace unas semanas me topé con la historia de DFRN, un talentoso productor de música electrónica que decidió usar la plataforma Indiegogo –similar a Kickstarter, especializada en música– para pedir apoyo para el lanzamiento de su nuevo LP. 

A diferencia de Amanda Palmer, el productor escocés no tiene una base tan amplia de fans.

“Así que ahora siento que es tiempo de llamar a la ‘escena’, mis amigos, mi familia ampliada y cualquiera que haya sentido que quizá mis esfuerzos no han sido tan fútiles como lo sentí en su momento. Estoy pidiendo que me ayudes con mi nuevo proyecto. Lo estoy pidiendo de la manera más sincera y humilde que puedo, y me gustaría regresarte lo más que pueda por ayudarme a hacer esto posible. Sin tu ayuda, soy casi nada”. 

A quienes donaran 50 dólares, el productor prometía darles una copia autografiada del álbum; con 200 dólares, el patrocinador se ganaba un EP adicional con tracks inéditos. 

Pero a cambio de mil dólares, prometía crear un EP en su “honor”, cocinarle y “pasar el rato” por un día con él, comprometiendo su libertad artística y hasta su dignidad. 

Pago por evento 

Bandtastic.me es un sitio que funciona como un “pago por evento”, basado en el “crowdfunding”. 

¿Quién no se ha sentido frustrado porque la banda que te gusta no incluye a tu ciudad en su nueva gira?

La idea de este proyecto –que se encuentra en su periodo beta– es poder financiar el concierto de la banda que quieras. 

“Los fans que ayudaron a financiar el concierto, tienen su entrada al concierto además de varias recompensas, que dependen de su contribución, tales como, mercancía oficial de la banda, pósters de edición limitada, meet&greet con los miembros de la banda, o cualquier otra cosa valiosa para los fans”, explican en el sitio.

La idea es novedosa en nuestro país, pero apenas están iniciando. 

Actualmente hay proyectos pidiendo la realización de conciertos de Death Cab For Cutie, Skrillex, Motorama,  Super Junior y Godspeed You! Black Emperor. 

Al estilo ‘rockstar’ 

Para darse una idea de lo que implica grabar un disco con alcance a nivel mundial, no te pierdas la entrevista que Noel Gallagher dio en el backstage del festival de música Coachella 2012. Vale la pena escuchar lo que tiene que decir el ex Oasis, con todo y su tono arrogante (que por cierto, da mucha risa).

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A estas alturas seguro has escuchado de Kickstarter, la plataforma en línea en la que las ideas y proyectos de personas de todo el mundo se pueden convertir en realidad gracias al apoyo financiero colectivo. Desde 2009 ha sido el trampolín para muchas iniciativas de todas las áreas, desde un guión de cine, hasta una ONG naciente.