¡Cuidado con los cubos de caldo de Pollo! Profeco advierte riesgos de hipertensión por consumirlos

¡Cuidado con los cubos de caldo de pollo! Profeco advierte riesgos de hipertensión por consumirlos

La Profeco advirtió que los cubos de caldo de pollo representan una importante ingesta de sal y glutamato monosódico

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advirtió los peligros de consumir los famosos cubos de caldo de pollo, pues representan un riesgo para la salud, especialmente en personas con hipertensión.

Por medio de la Revista del Consumidor de julio, la dependencia señaló que estos productos, muy habituales en la cocina mexicana, son una mezcla de saborizantes naturales y artificiales, colorantes, sal, así como carne y grasa de pollo.

Sin embargo, estos cubos también contienen importantes cantidades glutamato monosódico, un potenciador que se añade a los alimentos procesados para activar terminaciones de la lengua y hacer que el sabor de cada alimento sea más fuerte.

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“Su uso (el del glutamato) es controvertido ya que se le relaciona con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos”, precisó la Profeco en la publicación mensual.

Y añadió que aunque los cubos de caldo representan practicidad al momento de cocinar sopa, arroz, pasta o cualquier guisado, su consumo recurrente representa una importante ingesta de sal, lo que puede desatar a agravar la hipertensión.

Profeco explicó que este producto tiene más de 100 años de vida, desde que Maggi, OXO y Knorr lo introdujeron al mercado europeo y luego al resto del mundo; sin embargo, con el avance de la ciencia se han conocido cada vez más los riesgos que conlleva.

Alternativa saludable a los cubos de caldo

Como una solución para dejar de consumir estos productos, Profeco sugirió realizar un caldo de huesos de pollo, que además contiene colágeno y aminoácidos, proteínas fundamentales para el cuerpo humano.

Sólo se necesitan dos huesos de pechuga de pollo, dos hojas de yerbabuena, un pedazo de cebolla, un diente de ajo, dos litros de agua y sal de grano.

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El proceso es muy simple, todo se debe poner a hervir en una cacerola durante 10 minutos. Luego se deja reposar y se coloca en el refrigerador.

También se puede congelar o guardar al vacío para que tenga mayor duración y pueda ser usado en guisos en cualquier momento.

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