Tres estudiantes de secundaria fueron ejecutados por el régimen de Corea del Norte por ver series y K-Dramas de Corea del Sur y Estados Unidos, así como por compartirlas con otras personas. Así lo dieron a conocer fuentes norcoreanas citadas por el diario surcoreano Chosun Ilbo.
Las ejecuciones se llevaron a cabo a principios de octubre. Cabe recordar que en diciembre de 2020 la capital de Corea del Norte, Pyongyang, aprobó una ley de condena de muerte a las personas por distribuir contenido de medios de Corea del Sur. Aparentemente se decidió convertir a los adolescentes en un ejemplo de este castigo.
A inicios de octubre tres estudiantes se reunieron en una escuela secundaria en Hyesan, provincia de Yanggang, en la frontera entre China y Corea del Norte. Se juntaron para ver dramas coreanos y estadunidenses. Lamentablemente fueron sorprendidos compartiendo tales materiales con sus compañeros de clase.
En este contexto, elementos de seguridad prometieron tomar medidas enérgicas contra los delitos ideológicos de la “Ley sobre la Eliminación de Ideas Culturales Reaccionarias”.
Sin embargo, según reportes, pese al control de las autoridades norcoreanas los habitantes de ese país siguen consumiendo contenido de Corea del Sur. De hecho, un informe del grupo mediático Unification Media de noviembre, alrededor de 96 por ciento de los norcoreanos ven productos como “El Juego del Calamar”.
Confirmada segunda temporada para ‘El Juego del Calamar’.
Nuevos episodios que llegarán nuevamente a #Netflix aunque de momento no han dado más información que la que aparecen en estas imágenes.
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Ejecutan a hombre por distribuir El Juego del Calamar
El año pasado un hombre fue condenado a muerte en Corea del Norte. El motivo fue la distribución ilegal de la exitosa serie de Netflix “El Juego del Calamar” a través de una USB.
Según información de Radio Free Asia, varias copias de la serie surcoreana se introdujeron a Norcorea de contrabando.
Un estudiante compró una copia de esta serie y la compartió con otros seis compañeros de clase. En consecuencia, el joven fue condenado a cadena perpetua y el resto de implicados a una condena de cinco años de trabajo forzado.