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Con vigencia prescrita

Tres personajes, tres narraciones, tres escritores, la cábala literaria se alinea al conjugar el esfuerzo, creatividad y tiempo de seis manos en una novela apegada a la modernidad. 

“Fecha de caducidad” llegó a las estanterías bajo la autoría de Beatriz Rivas, Eileen Truax y Armando Vega-Gil, tres escritores contemporáneos que apostaron por un tema medular en común. 

Tomar el contexto de los hechos ocurridos en Ayotzinapa hace un año y la injusticia de los 43 estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos en Tixtla, Guerrero.

"Es una novela que surge a partir de una frase que puse en Facebook, puse algo así como ‘ya va a llegar la hora en que nuestro amor caduque’ (…) y empezamos a hacer una conversación en Facebook que todos pudieron ver"
Beatriz RivasEscritora
Narrativa
https://www.youtube.com/watch?v=2xh96JtKP98

Tres personajes, tres narraciones, tres escritores, la cábala literaria se alinea al conjugar el esfuerzo, creatividad y tiempo de seis manos en una novela apegada a la modernidad. 

“Fecha de caducidad” llegó a las estanterías bajo la autoría de Beatriz Rivas, Eileen Truax y Armando Vega-Gil, tres escritores contemporáneos que apostaron por un tema medular en común. 

Tomar el contexto de los hechos ocurridos en Ayotzinapa hace un año y la injusticia de los 43 estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos en Tixtla, Guerrero.

“Es una novela que surge a partir de una frase que puse en Facebook, puse algo así como ‘ya va a llegar la hora en que nuestro amor caduque’ y Armando me dijo ‘oye la fecha de caducidad no se da por hora, se da por mes y por hora’ y Eileen intervino y empezamos a hacer una conversación en Facebook que todos pudieron ver (…) y de pronto dije ‘bueno ¿por qué no escribimos una novela?’ y Armando dijo ‘va’ y se lo propusimos a Eileen”, platica Beatriz Rivas en entrevista para Reporte Indigo.

Alter egos de la realidad a la ficción

Este escrito a seis manos se desarrolla a tres voces: Ágata, Natalia y Mateo,  siendo la primera el hilo conductor entre los otros dos pues ella –que reside en Los Ángeles– los presenta de manera remota, ya que  ambos viven en la Ciudad de México.

Para el desarrollo de los tres personajes cada autor tomó a uno para desarrollar un alter ego en la literatura.

“Armando pues eligió ser un hombre, Eileen y yo elegimos ser una mujer, yo creo que hay mucho de nosotros en los personajes aunque tratamos de que no hubiera,  yo traté de hacer una Natalia muy diferente a mí, Eileen trató de hacer un Ágata que dice que no tiene nada que ver con ella, Armando sí reconoce que es muy Mateo, pero finalmente los tres estamos detrás de estos personajes”, aclara Rivas.

El proceso total desde su concepción hasta la imprenta les tomó ocho meses, esta lucha a contra reloj se dio precisamente por el subtexto acontecido el año pasado, el hablar del caso Ayotzinapa sin estar dentro del conflicto, solo como un marco dentro de la historia impune contemporánea.

Amor sin fronteras

En “Fecha de caducidad” se cuenta la historia de tres amigos con distintos enfoques de la vida, y sobretodo concepciones del amor. Ágata es quien hace converger las vidas de Mateo y Natalia, ya que ella los presenta.

Mateo es un hombre casado y con dos hijos, que siente que su vida necesita un giro, conocer a alguien que le dé nueva adrenalina en su vida y Natalia es una enamorada del amor, pero que no cree en el compromiso y esos fetiches del matrimonio. 

Ambos inician una aventura de autoexploración paralela de sus límites al reiniciar la conquista de sus corazones.

Ágata se mantiene en la periferia, ya que al vivir en Los Ángeles con su marido estadounidense, solo observa a la distancia el rol de sus amigos cayendo en el amor, aunque en una visita repentina a la Ciudad de México el dúo que brinca entre un amor irreverente y fuera de lo común, se convierte en un trío que está dispuesto a ser libre sin fecha de caducidad.

Todo enmarcado por el dolor y la indignación nacional ante el duelo de los 43 estudiantes que simplemente se desvanecieron sin rastro y dejando preguntas al aire como: ¿Fue el estado? ¿Por qué los asesinan? ¿Dónde están los culpables?

Narrativa de whatsapp

Ante la modernidad impuesta, el ensamble de capítulos se da como lo demanda la época.

Cada personaje tiene su voz y así es como se van hilvanando las historias, a través de correos electrónicos que Mateo le dirige a su mejor amiga Ágata, y cómo ella a su vez le pregunta el chisme a su amiga Natalia, rompiendo la estructura tradicionalista de solo mantener un narrador central.

Estos correos también son intervenidos en ocasiones por lo que parecen conversaciones de mensajería instantánea al estilo de WhatsApp. Los escritores decidieron manejar estas herramientas ya que son también parte de sus usos diarios para la comunicación entre sus amigos y familia.

“No había otra manera en la que pudiéramos hacer algo juntos si no era utilizando redes sociales, utilizando internet y comunicándonos de esta forma” explicó la periodista Eileen Truax, quien vive en Los Ángeles,  al igual que su personaje en la novela.

Beatriz Rivas es quien da el banderazo de salida –con el personaje de Natalia– lanzando un correo electrónico en la ficción y la respuesta se da en una grabación de correo de voz que deja Ágata vía telefónica.

“Ahí empezamos a utilizar todas estas herramientas, que son las herramientas que utilizamos todos los días, yo Eileen para comunicarme con Armando y con Beatriz tenemos un chat en WhatsApp, a veces en Facebook y a veces nos mandamos mails, como todo el mundo”, señala Truax en la entrevista.

La caducidad de ‘Fecha de caducidad’

“Fecha de caducidad” al estar ubicada en un presente inmediato pareciera que su vigencia pudiera ser a corto plazo, sin embargo Armando Vega-Gil sale a defender la obra de manera que pareciera ser universal ante las circunstancias del tiempo.

“Piensa en ‘Los miserables’ de Víctor Hugo, es el retrato de la comuna de París, y cuando tu lees la novela estás yendo a ese momento entonces yo sí aspiro a que nuestra novela sea un viaje en el tiempo a México, finales del año pasado (2013) con Ayotzinapa doliéndonos, creo que eso no va a tener caducidad”, expresa el fundador de Botellita de Jerez.

La novela se siente fresca para el público actual, latente ante una desgracia nacional, pero el empleo de sus recurrentes metáforas hacia Facebook, o el uso desmedido de otras redes sociales, tal vez opaquen su trascendencia en el lapso de una década. 

Al final solo el futuro determinará cuál será la vigencia real de “Fecha de caducidad”.

> Recién salida del horno

La novela “Fecha de caducidad” ya se encuentra disponible en las librerías de México y en versión digital

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