‘Cigarrillos’ para dejar de fumar

No tenían la menor intención de dejar de fumar. Pero muchos terminaron por abandonar su adicción. Nada de chicles o parches, las tradicionales terapias de reemplazo de nicotina. Lo lograron después de un año de inhalar vapores aromatizados de e-cigarettes (cigarros electrónicos). 

Este fue el caso del 73 por ciento de un grupo de italianos que participó en el primer ensayo clínico que evaluó la eficacia de los “e-cigs” (diminutivo de e-cigarettes, en inglés). Y no solo erradicaron su adicción por el tabaquismo, sino que también cesaron el uso del aparato electrónico.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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"Cualquier cosa que imite el acto de fumar, incluso sin nicotina, es útil"
Ricardo PolosaUniversidad de Catania
Para los investigadores, los resultados demuestran que los e-cigs sí son una vía prometedora para reducir el consumo de nicotina
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No tenían la menor intención de dejar de fumar. Pero muchos terminaron por abandonar su adicción. Nada de chicles o parches, las tradicionales terapias de reemplazo de nicotina. Lo lograron después de un año de inhalar vapores aromatizados de e-cigarettes (cigarros electrónicos). 

Este fue el caso del 73 por ciento de un grupo de italianos que participó en el primer ensayo clínico que evaluó la eficacia de los “e-cigs” (diminutivo de e-cigarettes, en inglés). Y no solo erradicaron su adicción por el tabaquismo, sino que también cesaron el uso del aparato electrónico.

 Tampoco tuvieron la necesidad de sostener un cilindro delgado entre los dedos para experimentar la sensación de llevarse un cigarro a la boca.

En el estudio, publicado esta semana en la revista científica PLoS One, 300 fumadores fueron monitoreados por investigadores de la Universidad de Catania, en Italia, entre los años 2010 y 2012. Durante este periodo, los participantes acordaron usar los vaporizadores electrónicos.

Al paso de 12 meses, se observó que 13 por ciento de los participantes que recibieron cigarrillos electrónicos con 7.2 miligramos de nicotina –la dosis más alta– dejaron de fumar, en comparación con 9 por ciento de los que hicieron uso del dispositivo con 5.4 miligramos de esta sustancia adictiva. Y al 4 por ciento de ellos les dieron e-cigs sin nicotina.

Para los investigadores, los resultados demostraron que los e-cigs son una vía prometedora para reducir el consumo de cigarrillos.

El Dr. Murray Laugesen, reconocido investigador del tabaco en Nueva Zelanda, dijo a Reuters que el estudio es muy positivo, ya que muestra que los cigarrillos electrónicos con dosis medias o bajas de nicotina pueden tener un efecto sobre el hábito de fumar. 

“El acto de fumar no es una enfermedad, es un comportamiento”, dijo a The Wall Street Journal el autor del estudio, Ricardo Polosa, de la Universidad de Catania. “Cualquier cosa que imite el acto de fumar, incluso sin nicotina, es útil”.

Y es que fumar cigarros electrónicos puede contribuir a la abstinencia del tabaco de forma duradera, tal como se ha comprobado con el uso de terapias de reemplazo de nicotina aprobadas por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

Una encuesta realizada en línea a mil 347 usuarios de e-cigs, y encabezada por investigadores de la Universidad East London, en el Reino Unido, reveló que 74 por ciento de los participantes de 33 países reportó que había dejado de fumar desde hace semanas o meses. 

Y 70 por ciento aseguró que su necesidad de hacerlo había disminuido. Los resultados se publicaron este año en la revista científica Addiction.

La otra cara de la moneda

Estos hallazgos sobre los e-cigs solo se sumarán al acalorado debate que ha surgido a nivel global por las implicaciones de los cigarrillos electrónicos sobre la salud pública, precisamente a raíz del auge que estos han cobrado en los últimos años.

En Reino Unido, la Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés) aún se muestra escéptica respecto a la seguridad y el potencial de esta alternativa electrónica como terapia de reemplazo de nicotina, esto debido a la falta de estudios rigurosos que sustenten esta evidencia. 

La controversia respecto al uso de los e-cigs también gira en torno al hecho de que su venta no está regulada. 

Robert West, director de Estudios del Tabaco del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College London, dijo al diario The Guardian que, sin regulación, el marketing “inteligente” representa una amenaza para los jóvenes. 

Ya que West considera que la publicidad de los e-cigarettes podría llegar a los adolescentes mediante diseños modernos de los productos y con la promoción de figuras públicas, fuera y dentro de campañas de mercadotecnia. 

“Sin embargo, el uso de cigarrillos electrónicos por parte de menores y no fumadores es prácticamente nulo en este momento. El temor a la normalización no debería impedirnos transformar la salud de los fumadores”.

Y en Francia, en donde los e-cigs son una tendencia en ascenso, pronto será prohibido el uso de estos dispositivos, al menos en los lugares públicos –donde está prohibido fumar cigarrillos tradicionales–, anunció a fines del mes pasado Marisol Touraine, ministra francesa de sanidad. 

Touraine también señaló que pretenden imponer las mismas restricciones que se han aplicado con el tabaco. De hecho, también está previsto bloquear su publicidad en medios.

Fumar ya no está de moda

El cigarro está pasando de moda entre los adultos jóvenes, al menos así lo demuestran las estadísticas en Estados Unidos, donde el número de fumadores es cada vez menor. Según un informe publicado este mes por el Centro Nacional para Estadísticas de Salud de Estados Unidos, el consumo de tabaco en ese país ha mostrado una tendencia a la baja desde fines de los 90. 

Para el 2012, 18 por ciento de estadounidenses mayores de 18 años eran fumadores actuales, por debajo de 18.9 por ciento en 2011. En el periodo de 1997 a 2005, la cifra disminuyó de 24.7 por ciento a 20.9 por ciento. Y en el 2009 volvió a caer de 20.6 por ciento, hasta quedar en 18 por ciento el año pasado. 

Reid Blackwelder, presidente electo de la Academia Americana de Médicos de Familia, actualmente “resulta cada vez más difícil evitar el mensaje de que fumar pone en riesgo la salud”, según dijo a The New York Times (NYT). Y “se ha vuelto más fácil encontrar la manera de dejar de fumar”. Además, cada vez es más caro mantener este hábito, agregó. 

Los cigarros tradicionales quizá también se están viendo desplazados por el boom del e-cig. 

NYT señaló que, de acuerdo con un análisis reciente realizado por Euromonitor International, las ventas globales de estos productos aumentaron un 30 por ciento en cada uno de los tres últimos años anteriores a 2011, alcanzando un valor de alrededor de  2 mil millones de dólares. En el mercado europeo, el valor de las ventas superó los 600 millones de dólares. 

“El consumo de cigarrillo electrónico podría superar el de los cigarrillos tradicionales en la próxima década”, dijo a NYT Katherine Devlin, presidente de la Asociación de la Industria del Comercio de Cigarrillos Electrónicos, en Londres. “El crecimiento es exponencial y no hay señales de que se esté desacelerando”. 

Ahí está el caso de Marlboro, que a principios de este mes anunció que el próximo agosto lanzará “MarkTen”, su primer e-cigarette.

El anuncio se realizó después de que Reynolds American, la segunda tabacalera estadounidense más grande, lanzara una versión renovada de su e-cig “Vuse”. 

Como dijo Robert West, del University College London, al diario británico The Guardian: “¿por qué los fumadores seguirían matándose si pudieran usar cigarrillos electrónicos? Fumar tabaco es cosa del siglo pasado”.

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