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Ayuda para la vaquita marina

La pequeña marsopa podría extinguirse en 2021, por lo que expertos a través de una exposición buscan concientizar a la gente para que la historia no se vuelva a repetir

De apenas 1.5 metros de largo, la vaquita marina puede estar viviendo sus últimos años. Se calcula que ya sólo quedan 30 ejemplares de este pequeño mamífero que está restringida al Alto Golfo de California en México.

Para protegerla, se han decretado Normas Oficiales Mexicanas, leyes y acuerdos de importancia y trascendencia pesquera en la zona donde vive, sin embargo, no han sido suficientes

Para Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, la desaparición de esta especie, el cetáceo más pequeño del mundo, significaría que se está perdiendo la guerra contra la extinción, y que si no podemos protegerla, hay poca esperanza de atacar otros problemas que amenazan nuestra integridad como civilización.

La marsopa más pequeña del mundo está en peligro principalmente por la pesca ilegal de totoaba, para la cual se utilizan las redes agalleras o de enmalle.

El buche de totoaba se vende en hasta 8 mil dólares por kilo en el mercado negro de China, donde erróneamente las personas le atribuyen propiedades afrodisiacas.

Esta especie deja un gran aprendizaje que lleva a tomar acciones claras en favor del medio ambiente. Por ello, el Museo de la Ballena y Ciencias del Mar, de Baja California Sur, y Universum, Museo de las Ciencias presentan la exposición temporal: Vaquita Marina, entre redes: Una historia que no debe repetirse.

“La muestra como el eslogan lo dice, una historia que no debe repetirse, es bastante triste, pero se la tenemos que contar al público. Es uno de los cetáceos marinos, 100 por ciento mexicano, cuya historia necesitamos que la gente conozca para que se involucre y para que no nos ocurra con ninguna otra especie, ya sea planta, hongo, mamífero o ave. No nos podemos dar el lujo de seguir perdiendo más especies no sólo en nuestro territorio, sino a nivel global”, explicó el biólogo Daniel Barreto, subdirector de Universum.

La muestra está dividida en cuatro secciones: Evolución de los cetáceos, Características biológicas de la Vaquita Marina, Las redes fantasmas y Acciones de conservación.

“En la primera sección nos vamos a encontrar todo sobre el tema de la evolución de los cetáceos, cómo es que estos organismo, cuyo antecesor era terrestre, se introdujeron nuevamente al medio acuático y a través de años de evolución, da como resultado lo que hoy conocemos como los cetáceos o los mamíferos marinos”, señala Daniel Barreto.

La segunda parte está enfocada en describir las características biológicas de la especie, por lo que se muestra una comparación de esqueletos. Hay uno de una hembra adulta, otro de una cría, y una vaquita real conservada en líquido.

“Allí estamos enviando un mensaje bien interesante, pero al mismo tiempo triste, porque esos tres ejemplares que están expuestos, dos en esqueleto y uno más en líquido, estamos hablando del 10 por ciento de la población actual, porque se estima que quedan menos de 30 vaquitas en vida silvestre”, aclara el subdirector de Universum.

Entre la segunda y la tercera sección, se muestra un video mapping, una proyección de aproximadamente 5 minutos, que impacta al espectador antes de entrar al tema de las redes fantasmas, que son la principal causa que está poniendo en serio peligro de extinción al cetáceo, pero además a la totoaba.

La cuarta sección tiene que ver con las acciones de conservación, qué está haciendo el gobierno, qué está haciendo la academia, qué está haciendo el sector privado y muchas otras personas que están involucradas en este tema llamado vaquita y cuáles son aquellas acciones que podemos realizar nosotros desde la Ciudad de México que van a tener un impacto positivo no sólo con la marsopa, sino en los ecosistemas en general y en las especies que los habitan”.

Complementario a eso, el museo tiene algunas actividades como talleres que están en el área de Ciencia Recreativa dirigidos para todo el público, pero principalmente para pequeños. En el vestíbulo principal se encuentran dos esqueletos de ballenas, una escultura de vaquita marina, para que la gente se vaya contextualizando sobre el tema.

El visitante estará inmerso en un ambiente con sonidos del mar donde podrá observar esqueletos reales, un C-pod, instrumento que utilizan los expertos para escuchar a éstas maravillosas marsopas, así como redes, anclas y boyas recuperadas en el área de refugio de esta especie

Los museos están convencidos de que una cultura de conservación y respeto ambiental, es un aspecto fundamental para lograr un cambio de percepción en la sociedad, la cual sólo se puede transmitir a través de educación ambiental.

“Nosotros como sociedad debemos entender que no estamos aislados, dependemos mucho de los ecosistemas aunque no los tengamos cerca como tal. Dependemos para los insumos que diariamente necesitamos, materias primas, alimentos, la ropa, lo que comes, donde duermes, todo eso obviamente requiere materias primas que provienen desde los ecosistemas. ¿Qué podemos empezar nosotros a hacer en ese sentido? Pues a modificar nuestros hábitos cotidianos de consumo”, finaliza el biólogo de la UNAM Daniel Barreto.

El ecólogo estadounidense Allen M. Solomon, sostenía que “Una vez que una especie se extingue ninguna ley puede hacerla regresar: se ha marchado para siempre”.

La prohibición

E n respuesta a una demanda presentada por grupos conservacionistas, la Corte Internacional de Comercio de Estados Unidos ha ordenado a la administración de Trump prohibir las importaciones de pescados y mariscos de México que son capturados con redes agalleras que capturan y matan a la vaquita marina en peligro crítico de extinción. En ausencia de una protección adicional inmediata, la pequeña marsopa podría extinguirse en el 2021.

“La prohibición de pescados y mariscos capturados con redes agalleras en el Golfo de California en México es la línea de vida que la vaquita necesita desesperadamente”, dijo Giulia Good Stefani, abogada del Consejo de Defensa de Recursos Naturales. “En conjunto, nuestras organizaciones han pasado más de una década trabajando para salvarla”.

Posibles soluciones

Para el investigador Gerardo Ceballos “hay dos soluciones: la primera es establecer un estado de emergencia en el Alto Golfo de California, en un área donde no haya embarcaciones y la autoridad tenga facultades para actuar. Esos estados de excepción se manejan, por ejemplo, en las plataformas petroleras”.

También se debe hacer un gran esfuerzo para poner a las vaquitas marinas que quedan en semicautiverio, en una zona de varios kilómetros cuadrados, cercada y con mucha vigilancia. “Se trató de hacer, se agarró una, pero murió, y entonces se detuvo el proceso”.

Otras especies se han logrado reintroducir al territorio después de haber desaparecido, como el lobo mexicano y el bisonte. “Es muestra de que es posible salvar a la vaquita con medidas adecuadas”.