Expertos identificaron al vapor “La Unión”, el primer barco que hoy se sabe fue usado para el tráfico de esclavos mayas

Así traficaban mayas a Cuba en “La Unión”

Descubierto en aguas de Sisal, Yucatán, el pecio del vapor “La Unión” fue reconocido luego de tres años de investigación en campo y en archivos de México, Cuba y España. Entre 1855 y 1861, el barco llevó a Cuba un promedio mensual de 25 y 30 mayas capturados durante la Guerra de Castas o engañados con documentos falsos

Después de tres años de investigación, expertos identificaron al vapor “La Unión”, el primer barco que hoy se sabe fue usado para el tráfico de esclavos mayas, en aguas de Sisal, Yucatán.

Para los investigadores de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, el descubrimiento es relevante, porque más allá de lo complejo que fue identificar ‘con nombre y apellido’ a un pecio, este habla de un pasado ominoso para México.

Si bien la esclavitud estaba prohibida desde la Independencia y el 6 de mayo de 1861 el presidente Benito Juárez emitió un decreto para impedir la extracción forzada de cualquier individuo maya, esto demuestra que la esclavitud continuaba fuera de la ley.

El pecio se localizó arqueológicamente en 2017, en el marco del Proyecto Integral para la Protección, Conservación, Investigación y Difusión del Patrimonio Cultural Subacuático de la SAS; ese año, se ubicaron los remanentes de un barco inicialmente nombrado “Adalio”, en homenaje al abuelo del pescador Juan Diego Esquivel, quien guió a los arqueólogos al sitio.

Se sabe que la embarcación, usualmente, llevaba a Cuba pasajeros de primera, segunda y tercera clase, junto con mercancía, como fibras de henequén, cueros curtidos, palo de tinte y pieles de venado; sin embargo, introducían en pequeños e insalubres espacios a los mayas que capturaban o engañaban.

Un año antes de su hundimiento, en octubre de 1860, el vapor había sido sorprendido en Campeche cargando 29 mayas, entre ellos niños y niñas de 7 y 10 años, pero el escarnio no acabó con el contrabando.

De acuerdo con información del INAH, cada esclavo era vendido hasta por 25 pesos a los intermediarios, y estos podían revenderlos en La Habana hasta por 160 pesos, los hombres, y 120 pesos, las mujeres.

Los arqueólogos responsables afirman que, a través de “La Unión” y de otro vapor de Zangronis llamado “México”, desde 1855, se fletaron mensualmente un promedio de 25 y 30 personas, muchos de los cuales nunca pudieron regresar a la península.

Para conocer más sobre esta historia, los investigadores invitan a visitar el Museo de Arqueología Subacuática (Marsub), Fuerte de San José el Alto, en la ciudad de San Francisco de Campeche, cuya Sala 6, dedicada a la revolución industrial de la navegación, exhibe, entre otros elementos, los cubiertos de latón recuperados del vapor “La Unión”.

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