Altar mata escoba

Quizá su veneración por la muerte lo convierte en una tradición inmortal. Aunque se ha celebrado por siglos, el Día de Muertos sigue cautivando entre los vivos.

Ni los españoles durante la conquista, ni la actual popularidad de "Halloween" han terminado con la costumbre mexicana de recordar –entre altares y rituales– a los difuntos.

Hoy, el 61 por ciento de los mexicanos dice preferir el Día de Muertos sobre "Halloween", según una encuesta hecha hace unos días por el Gabinete de Comunicación Estratégica.

Quizá su veneración por la muerte lo convierte en una tradición inmortal. Aunque se ha celebrado por siglos, el Día de Muertos sigue cautivando entre los vivos.

Ni los españoles durante la conquista, ni la actual popularidad de “Halloween” han terminado con la costumbre mexicana de recordar –entre altares y rituales– a los difuntos.

Hoy, el 61 por ciento de los mexicanos dice preferir el Día de Muertos sobre “Halloween”, según una encuesta hecha hace unos días por el Gabinete de Comunicación Estratégica.

Incluso, contrario a la confusión que causan días festivos como la Revolución y la Independencia, más del 90 por ciento acertaron cuando se les preguntó qué se celebra el 2 de noviembre.

Pero el arraigo a la tradición no se queda en palabras. Casi el 63 por ciento acostumbra poner una ofrenda en su casa.

Y a esto habría que sumarle otro tipo de rituales, como visitar panteones o participar en festivales conmemorativos.

En la decoración también predomina lo nacional. Los adornos más usados son la flor de Cempaxúchitl y el papel picado, muy por encima de imágenes de brujas y calabazas.

¿Y la Noche de Brujas? 

Solo el 7.2 por ciento de los encuestados dijo celebrar Halloween. En general, consideran que “Halloween” carece de raíces. Creen que “es un motivo para ir de fiesta” o una fecha para explotarse en la pantalla grande.

Y aunque este es un festejo internacional, el encanto y el misterio de la fiesta mexicana ha contagiado al mundo.

El Día de Muertos, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad  por la Unesco en 2003, pasó de ser una práctica prehispánica a un ritual adoptado también por extranjeros. 

“Siempre ha sido visto como una encarnación de la cultura popular mexicana. Pero ya no es solo una fiesta mexicana. Celebrada desde Los Ángeles hasta Chicago, desde Tucson a Fort Lauderdale, el día festivo es un ritual cada vez más común en Estados Unidos”, escribió Roque Planas, para un especial en The Huffington Post.

Mario Hernández, del National Museum of Mexican Art en Chicago, dijo que “hay una curiosidad genuina sobre la forma en que la muerte es representada (en México). En Estados Unidos la muerte es negativa y da miedo, pero aquí usted observa una cultura que ve en la dirección opuesta”.

Para la mayoría de los mexicanos este día es una oportunidad “para recordar a los seres queridos que ya no están con nosotros”.

Cruenta y deliciosa tradición
Por Rocío Aguilera

Antes de la llegada de los españoles a México, se realizaba un ritual en el que el corazón –aún latiendo– de una princesa se introducía a una olla con amaranto. Después, quien encabezaba el rito lo mordía en señal de agradecimiento a un dios. Los conquistadores rechazaban estos sacrificios y comenzaron a elaborar un pan en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, que simulaba la sangre de la doncella. Así nació el Pan de Muerto.

“Tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos, que son las que se forman alrededor del pan y son cuatro porque simbolizan los puntos cardinales por los que viaja el difunto”, afirmó en entrevista para Reporte Indigo, José Carmen García, chef de Aspic Instituto Gastronómico. Y añadió que a pesar de las modificaciones que ha sufrido, es –junto con las calaveritas de azúcar– el protagonista en los altares del Día de Muertos. 

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