Algo más que smog

La contaminación en México es un problema que no solo afecta al medio ambiente, pues su impacto sobre la economía y la salud de los ciudadanos se ha convertido en un foco rojo sin precedentes.

Recientemente se publicó un estudio titulado “Calculadora de riesgo por contaminación atmosférica” del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), en el que se indicó que la contaminación del aire en México daña la salud de la población que se expone a ella, lo que se traduce en altos costos para el sistema de salud.

11-22%
incremento de los casos de apendicitis por el ozono, a nivel global
Según datos de la OMS, la contaminación ambiental provocó 90 mil muertes entre 2006 y 2012. La guerra contra el narcotráfico fue la causa de 70 mil decesos
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La contaminación en México es un problema que no solo afecta al medio ambiente, pues su impacto sobre la economía y la salud de los ciudadanos se ha convertido en un foco rojo sin precedentes.

Recientemente se publicó un estudio titulado “Calculadora de riesgo por contaminación atmosférica” del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), en el que se indicó que la contaminación del aire en México daña la salud de la población que se expone a ella, lo que se traduce en altos costos para el sistema de salud.

Además, genera que se reduzca la productividad del sector laboral, y que disminuyan la calidad de vida y la competitividad de las ciudades.

De acuerdo a las estimaciones del IMCO, del 2010 a la fecha, la contaminación en el aire le ha generado al país un costo que asciende los 14 mil millones de pesos, debido a los problemas de salud que provoca. De los cuales 11.5 mil millones corresponden a la pérdida de productividad y 2.5 millones de pesos a gastos por la salud afectada.

En 80 ciudades del país se produce casi el 90 por ciento del PIB nacional; además, ahí viven dos terceras partes de la población (70 por ciento). Por ello, las zonas urbanas están cada vez más pobladas, congestionadas y contaminadas.

El estudio del IMCO identificó los daños en salud a causa de las partículas de 10 micras (PM10) y cuantificó el impacto económico derivado, tras analizar 34 ciudades del país, que cuentan con más de 500 mil habitantes.

El IMCO destaca entre las conclusiones de su análisis que si no se toman las medidas necesarias para que se impulsen políticas públicas más efectivas para mejorar la calidad del aire, las pérdidas económicas serían de 20 mil 300 millones de pesos para el año 2018.

Contaminación ‘hecha en México’

Aunque todo el país se ve afectado por la contaminación en el aire, de las 34 ciudades que incluyó en su análisis  el IMCO, las más contaminadas son Monterrey, Mexicali, Cuernavaca, Tijuana, así como la Zona Metropolitana del Valle de México.

Para muchos, la zona del país en la que más ha afectado la contaminación es la del Valle de México. Pero por increíble que parezca, en Mexicali la tasa de muertes por muerte prematura es el doble.

Por cada 100 mil habitantes, en esa ciudad se reportan 30 muertes prematuras, 74 hospitalizaciones y 3 mil 79 consultas. En cambio, en la Zona Metropolitana del Valle de México hay nueve muertes prematuras, 21 hospitalizaciones y mil 170 consultas por cada 100 mil habitantes, según los datos del IMCO.

El estudio del IMCO explicó que las consultas que se debieron a la contaminación son aquellas asociadas a la misma por partículas menores a 10 micras (PM10). Y entre sus estimados se consideraron casos por asma, infecciones respiratorias agudas y enfermedades isquémicas del corazón, de acuerdo a los reportes del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE), en el 2010.

La contaminación en México no solo es esa eterna nube llamada smog, sino un problema que coloca a la nación entre los nueve países con mayor número de muertes por esta causa.

En marzo de este año, el reporte titulado “La calidad del aire en América Latina: Una visión panorámica”, elaborado por el Clean Air Institute destacó que entre el 2000 y el 2009 se registraron 38 mil fallecimientos en México por enfermedades cardiopulmonares (todas derivadas de la contaminación en el aire).

Y hasta 2011, la Emisión de Base de Datos para la Investigación Atmosférica Global arrojó que México emitió 450 mil kilotoneladas de dióxido de carbono (CO2).

Irónicamente, en la administración de 2006-2012 se reportaron más muertes por la contaminación ambiental (90 mil) que en la guerra contra el narcotráfico (70 mil) en la República Mexicana, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El mes pasado organizaciones no gubernamentales presentaron una queja contra el gobierno de México ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para que se tomen medidas para combatir los estragos de la mala calidad en el aire.

“Si la CNDH reconoce violaciones a los derechos humanos, ello servirá para tener una herramienta de impulso de modificaciones de política pública en materia de calidad de aire”, dijo la coordinación de Política Pública del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), uno de los organismos que también formó parte de esta noción.

La OMS señaló recientemente que en México ocurren 14 mil 734 muertes prematuras al año a causa de la contaminación en el aire.

De ojos irritados a enfermedades graves

En abril de este año, la World Health Organization (WHO) publicó un estudio con datos recabados hasta el 2012, en donde se reveló que a nivel global fallecen más de 6 millones de personas al año por causas que derivan de la contaminación en el aire. 

En contraste, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó 1.7 millones de muertes relacionadas al SIDA en el 2011 y 660 mil personas murieron por malaria en el 2010.

De esos 6 millones de decesos, 2.1 millones son causados por las partículas finas en el aire (PM2.5). Estas se componen de cemento, polvo, polen, hollín y/o cenizas, y se encuentran en la atmósfera.

Y es que el incremento de las PM2.5 en el aire (provenientes de la industria y el transporte) son la principal causa de muerte.

Las consecuencias que tiene sobre la salud la mala calidad en el aire no solamente son ojos irritados, dolor de cabeza y/o garganta. También provocan que las personas padezcan conjuntivitis, laringitis, faringitis, enfermedades cerebrovasculares, pulmonares y cardiacas. 

Además, las mujeres embarazadas que están expuestas a la contaminación emitida por los coches tienen mayor riesgo de que los niños desarrollen leucemia linfoblástica aguda y retinoblastoma, uno de los tipos de cáncer de ojo, según indicó un estudio a cargo de Julia Heck, del departamento de epidemiología del Centro Integral del Cáncer de la Universidad de California.

Para el análisis de Heck, se hizo un estimado de la cantidad de tráfico “dentro de un radio de mil 500 metros de la casa de cada niño durante cada trimestre del embarazo de la madre y durante el primer año de vida del niño, y, en función de factores como el volumen de tráfico, las tasas de emisión, geometría de la vía y el temperatura, calculada la exposición a los contaminantes de automóviles”, de acuerdo a una publicación en la revista TIME.

Si las mujeres se exponen a la contaminación y al cigarro durante la gestación también aumentan el riesgo de padecer obesidad; casi 79 por ciento más de riesgo si está expuesta a hidrocarburos aromáticos policíclicos (petróleo, carbón y alquitrán) en el tercer trimestre.

De hecho, la epidemióloga Julia Heck aseveró que “cada aumento de 53 partes por mil millones de contaminación por monóxido de carbono aumentó el riesgo de un niño de desarrollar ciertos cánceres”.

Por si fuera poco, los niveles altos de ozono pueden provocar ruptura del apéndice, según una investigación publicada en Environmental Health Perspectives. 

Gilaad G. Kaplan, profesor de la Universidad de Calgary, subrayó que el ozono incrementa entre 11 y 22 por ciento los casos de apendicitis, en todo el mundo.

Poco monitoreo, muchas consecuencias

En el país no hay suficientes estaciones de monitoreo, por lo que no se pueden determinar exactamente los niveles en los que se encuentra la contaminación (a excepción de los estudios y reportes oficiales como el estimado del IMCO o los informes de la OMS), enfatizó Horacio Riojas Rodríguez, director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública.

Y Fátima Masse, consultora del IMCO, dijo que “si queremos ciudades más competitivas debemos actuar ahora, y solo si tenemos información suficiente, de alta calidad y normativa adecuada, vamos a poder implementar políticas públicas efectivas que sean capaces de mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades”.

La calculadora creada por el IMCO es una herramienta que busca generar, en base a evidencia contundente, información que sirva para impulsar políticas públicas más efectivas, para así mejorar la calidad del aire en México.

Muertes por contaminación

Para atribuirle las muertes a la contaminación, iniciativas como la calculadora del IMCO recabó el número de muertes por causas naturales asociadas a la contaminación por partículas menores a 10 micras (PM10). Y para hacer ese estimado, se analiza la sensibilidad de la población de cada ciudad a morir prematuramente debido a la exposición a niveles de partículas superiores al valor que recomienza la OMS, que es 25 microgramos de PM2.5 (partículas finas en el aire) por metro cúbico.

No sólo México está contaminado

La situación en México es solo un ejemplo del grave riesgo al que está expuesto el ser humano a causa de la contaminación ambiental. Y, aunque no se ha llegado al nivel alarmante de China, el país sí es uno de los más afectados. La semana pasada, se aludió en este espacio a los resultados del boletín anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en los que se afirmó que los volúmenes de gases de efecto invernadero alcanzaron un nuevo récord en el 2012.

De hecho, ese registro es el nivel más alto en los últimos 3 millones de años.

Según el informe del Panel Intergubernamental de la ONU que se publicó en octubre de este año, “no podemos perder tiempo dando vueltas al problema; ha llegado el momento de buscar soluciones”.

Por su parte, publicó esta semana un mapa en el que muestra que algunas ciudades como Londres, Venecia, Lima, Nueva York y Buenos Aires podrían desaparecer en los próximos 5 mil años.

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