Alergias alimentarias, un duro y solitario camino hacia una alimentación sin riesgos

Alergias alimentarias, un duro y solitario camino hacia una alimentación sin riesgos

Sufrir alergias alimentarias es un largo y a veces solitario proceso hacia una alimentación adecuada y sin riesgos, entre más tiempo pase entre presentar síntomas y visitar el médico el paciente tardará más en recibir un diagnóstico

En los últimos años las tendencias alimentarias como el veganismo, el crudi veganismo, entre otras cobran fuerza entre los consumidores, sin embargo ¿Qué pasa cuando el tener una dieta especial se convierte en un asunto de vida o muerte como cuando se tienen una alergias alimentarias?

Comer fuera se puede convertir en un riesgo para las personas cuya respuesta inmunológica a ciertos alimentos puede terminar en asfixia y llevarlos hasta la muerte.

Cada vez es más común encontrar niños con alergias alimentarias múltiples cuya alimentación representa difíciles retos para los padres de estos pequeños, que a veces luchan con más de una alergia a la vez.

Quienes sufren estas restricciones, junto a las personas de su entorno, experimentan en ocasiones sentimientos de soledad, debido a que transitan un camino difícil hasta encontrar la alimentación ideal.

 

¿Qué son y por qué existen las alergias alimentarias?

 

Las alergias alimentarias son una respuesta exagerada del sistema inmune al consumo de un alimento, debido a que lo normal es que cualquier alimento al que expongamos a nuestro organismo sea tolerado y digerido.

Sin embargo, algunos alimentos provocan reacciones en quienes los consumen que van desde síntomas cutáneos hasta síntomas de tipo respiratorio.

Hay dos tipos de alergias: mediadas y no mediadas por anticuerpos lge. Las mediadas producen reacciones más inmediatas, mientras que las no mediadas presentan síntomas tardíos.

Las reacciones alérgicas no sólo se desencadenan al ingerir un alimento, según su grado de gravedad también pueden generarse al estar el alérgeno en contacto con la piel o a través de las vías respiratorias.

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Dermatitis, urticaria, rinitis además de asma alérgico son algunas de las reacciones más comunes a una alergia alimentaria.

Por otro lado, los alimentos que más comúnmente causan este tipo de reacciones se tratan de leche, huevos, mariscos, frutos secos, trigo, soya, algunas frutas y pescado.

No se debe confundir alergia con intolerancia, pues aunque a menudo se acompañan no se trata del mismo padecimiento puesto que no es lo mismo ser intolerante a la lactosa, uno de los componentes de la leche, a ser alérgico a la leche, o sea al total del producto.

Estos dos padecimientos también se diferencian en que en los procesos alérgicos interviene el sistema inmune mientras que en la intolerancia no, pues ataca al sistema digestivo.

 

¿Qué hacer ante una alergia alimentaria?

 

Algunas personas son diagnosticadas con algún tipo de alergia alimentaria desde los pocos días de vida, otros tardan gran parte de su existencia en darse cuenta de cada que comen tal o cual alimento su sistema inmune responde del mismo modo.

En primera instancia deberá acudirse ante el médico, quien derivará al paciente al gastroenterólogo, en caso de que los síntomas sean mayormente gástricos y al alergólogo.

El alergólogo realizará una serie de pruebas como exámenes de sangre y pruebas cutáneas para detectar si hay suficientes anticuerpos lgE.

En casos de alergias de bebés lactantes además se pedirá a la madre que evite los alimentos que se cree causan la respuesta a la alergia y haga una dieta de exclusión.

¿Cómo es vivir con una alergia alimentaria?

Vivir con una alergia alimentaria a menudo es un largo y solitario camino hacia una alimentación adecuada, tantos los padres de niños alérgicos como las personas que enfrentan un diagnóstico de este tipo en la juventud y adultez a menudo son son incomprendidos por su entorno. 

Así lo relata Ivette, madre de un niño con alergia a la proteína de la leche de vaca, una alergia que ataca a los bebés de entre 0 y 3 años. 

“A mi hijo lo diagnosticaron hasta que tenía 2 años de edad. Todo lo que me pude haber evitado. Además una nefróloga me dijo que tenía acidosis tubular renal y no, era APLV. Le di citratos casi 1 año y le pude provocar una gastritis severa. El neumólogo solo me dio medicamento para “gripa” y era APLV. Hasta que un alergólogo le hizo pruebas cutáneas y es alérgico a alimentos y ambientales. Cuesta trabajo en la escuela, a veces mi familia no entiende y dicen que exagero; frustrante no poder darle pastel en una fiesta, deje de asistir a fiestas, era desgastante verlo llorar”, mencionó. 

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También Zahuantita Briz, madre de uno gemelos pasó por diversos problemas antes de encontrar el mal que aquejaba a sus hijos. 

“Mis gemelos fueron diagnosticados de pura casualidad ya que se enfermaban cada 8 días de vías aéreas, entonces su neumólogo sospecho que podían tener alguna hernia, les hace él una endoscopia y sale tremenda hernia hiatal en ambos, siendo que otros médicos los habían “diagnosticado” con traumas mentales que desencadenaban dolor de panza  resulta que aparte de la hernia tenían APLV , pero este diagnóstico llegó hasta los 6 años. Ahorita tienen 9 años y seguimos con dieta de restricción.
Ha sido un camino difícil pues ellos ya sabían el sabor de todo lo que llevara leche y de un momento a otro retiramos TODO. Ellos lloraban desconsolados por antojo, veían niños comer y decian: por que nosotros no podemos mamá, si antes si nos dabas … y antes de que ellos entendieran su padecimiento a escondidas en la escuela comían del pastel del cumpleañero y era cuestión de verlos mal 2 semanas por esa situación. Ahora ya lo entienden y me ayudan a evitar alimentos no aptos y decir no a la gente que les invita comida”, relata. 

 

 

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