Aksenti Danza, bailarines con la danza en su ADN

El coreógrafo y director de Aksenti Danza Contemporánea habla sobre los 10 relatos que los bailarines presentarán para celebrar el 30 aniversario de la compañía, y sobre cómo la expresión dancística se ha tenido que adaptar a la virtualidad
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Un cuarto y una silla se convirtieron en el espacio de reflexión e inspiración para los bailarines de la compañía Aksenti Danza Contemporánea, quienes, a raíz del confinamiento, llevaron sus emociones al lenguaje dancístico, a través de una exploración y reflexión de sus propios cuerpos.

Lo que empezó como un ejercicio de introspección, resultó una muestra de sus capacidades técnicas como bailarines, sus anhelos, ansiedades y frustraciones, las cuales se materializaron en El portal suspendido, pieza integrada por pequeños relatos contados por los intérpretes de la compañía, quienes estarán acompañados de diferentes composiciones musicales.

Todo es orquestado bajo la dirección de Duane Cochran, quien comparte que la idea de realizar este montaje inició proponiendo a sus bailarines hacer unos solos y así se expresaran y canalizaran todos sus sentimientos. El único requerimiento era tener una silla y una puerta que simbolizara la entrada y salida.

“El primer mes me cayó bien el confinamiento, porque soy muy obsesivo con el trabajo y me hizo descansar a fuerzas, conocí mi casa después de 25 años de vivir aquí, pero pasaron los meses y pensé ‘ya nos quedamos en un limbo tremendo’; yo estaba acostumbrado a ir a las funciones, escuchar al gente, los aplausos, fue algo muy extraño, sentí nos habíamos transportado a otra dimensión desconocida, al ver a mis bailarines igual, decidimos hacer este ejercicio”, relata Duane.

Desde su casa, cada bailarín ensayaba vía Zoom para después subirlo a las redes sociales y se hiciera el vínculo con sus seguidores; así, más tarde, decidieron juntar las piezas y transformarlas en El portal suspendido, obra con la que celebrarán 30 años de trayectoria.

“Cuando nos vimos para hacer el espectáculo, los chicos lloraron porque no nos habíamos visto en un año en vivo, el hecho de tenernos cerca, sentir su energía, fue maravilloso. La danza es contacto, mucho tacto, es abrazo y, ahora, no hay tal; pobre ser humano, somos animales como los caninos, que siempre están en jauría, uno solo, pues se muere, no puedes sobrevivir sin los demás. Ha sido difícil, pero hemos picado piedra para tener estas funciones”, comparte.

Duane confiesa que aún no se acostumbra a la enseñanza vía digital, pero es algo que, por el momento, se tiene que hacer.

He aprendido a expresarme y decirles con palabras lo que no puedo hacer con movimiento, cosa que es muy extraña porque la danza es al revés, expresas lo que no puedes decir con palabras. Yo sólo estoy esperando a ver cuándo podemos salir, porque no me estoy casando para nada con esta manera de vivir y trabajar; uno extraña al público y los aplausos
Duane CochranMúsico y bailarín

Vivencias en Aksenti Danza Contemporánea

Cualquier tipo de creación artística siempre surge de las vivencias e inquietudes del ser humano, para Duane, este tiempo de confinamiento, sin duda, marcará sus futuras obras dancísticas.

El también pianista de la Orquesta Filarmónica de la UNAM ha aprovechado este tiempo para palpar nuevas formas de expresión, se ha apoyado de la tecnología, y estar más en contacto con sus bailarines, el resultado es una serie de videos que recopilan los 30 años de trayectoria de la compañía Aksenti Danza Contemporánea, divididos en 8 capítulos, cada uno, de una hora.

“Buscamos a los primeros bailarines fundadores, iluminadores, etc. ¡Cómo hemos cambiado! Muchos ya no bailan, otros trabajan en otra cosa. Fue muy interesante recordar cuando salimos de gira, de otra manera jamás habría hecho esto, sino fuera por la pandemia y la verdad es que nos conmovió mucho”, rememora.

Duane comparte que en uno de los capítulos más recientes fue cuando él y los bailarines lloraron al presentarse en el Palacio de Bellas Artes.

“Dio la casualidad que el papá de una de las bailarinas tenía meses de haber fallecido y mi mamá también; cuando estás en el trabajo, te das cuenta, pero no hablas a fondo, hasta que tuvimos esta serie, estábamos sentados con la copa de vino y a fuerzas nos hizo remembrar, fue súper fuerte. Los bailarines, de repente, están en su onda, hay cosas que pasan en el camerino que yo no me entero y nunca me enteré hasta la filmación de esta serie”, relata.

México, su segundo hogar

El coreógrafo y músico estadounidense vino a México de vacaciones, sin embargo, han pasado 45 años y él continúa cautivándose con la magia del país, una aventura que ha materializado a través de la danza y la música.

“Son muchas cosas, muchos sentimientos y son abrumadores, en el sentido bueno. Últimamente, en los últimos años, he hecho una que otra obra teatral, un par de películas, de hecho estamos esperando a que cambie el semáforo a amarillo para estar en un cortometraje, somos tres actores y son experiencias y oportunidades maravillosas. Debemos estar en confinamiento, no podemos salir, pero sabemos que todo pasa, terminará la tormenta y saldrá el sol”, describe.

Su secreto para mantenerse pleno y feliz ha sido la danza y el ejercicio, inculcado por sus padres. Aunque comenta que ya no puede hacer las cosas como cuando tenía 20 o 40 años, trata de hacer ejercicio, yoga y bailar para mantenerse en condición porque, a través de eso, podrá estar mentalmente bien.

“Físicamente estoy bien, con algunos achaquitos como la presión alta, cosas que pasan a los 60, ya casi para los 70 años, me encanta porque todo mundo me dice que parezco de 40 años; me gusta mucho lo que hago y eso me mantiene vivo para bailar, me rejuvenece. Bailé hace un par de años, cuando tenía como 64, hice un solo, no tenía los grandes saltos, pero les digo a los chicos, ‘a ver báilalo tú’, pero aquí andamos”, menciona.

Los conciertos que ha interpretado con su piano, los viajes, la comida y la curiosidad son algunos de los grandes atributos que hacen de Duane Cochran una persona sensible y apasionada por la danza y que lo han mantenido en la escena dancística por tantos años, con la misma capacidad de asombro y el seguir descubriendo más capacidades.

“Me gusta salir y conocer para ir como exprimiendo lo que ese lugar tiene que ofrecer, todo eso se adhiere, suma a mi ADN y sale en las creaciones y en la vida, la vida es maravillosa, y hay que aprovecharla”, remata.

Toma nota

Las funciones de El Portal Suspendido, de la compañía Aksenti Danza Contemporánea, se realizarán en las plataformas virtuales del Cenart del 17 al 25 de abril, y en el Centro Cultural “Los Talleres” el viernes 16 de abril, a las 20:00 horas; el sábado 17, a las 19:00, y el domingo 18, a las 18:00, vía streaming y también de manera presencial.

FB: Centro Nacional de las Artes Aksenti Danza Contemporánea

www.lostalleres.com.mx

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