A 50 del 68, todavía es difícil hablar del tema: profesores de la UNAM

A 50 años de la masacre estudiantil de 1968, profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México, reflexionaron sobre la cinta mexicana “Rojo Amanecer”, que retrata aquella trágica noche

El próximo 2 de octubre se cumplen 50 años de la masacre estudiantil perpetrada en Tlatelolco por parte del Ejército Mexicano, y en el marco de Arcadia, Muestra Internacional de Cine Rescatado y Restaurado, profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reflexionaron sobre la cinta mexicana “Rojo Amanecer”, que retrata aquella trágica noche.

Rojo Amanecer, del director Jorge Fons es una de las películas más impactantes, para el profesor José Ramón Narváez, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, ha pasado a la historia no solo como un documento de ficción, sino como histórico.

 “Ayer tuvimos una mesa sobre el filme “Borrar la memoria”, y decía el guionista Rafael Aviña, que en ese momento sufrieron censura y la de “Rojo Amanecer” también sufrió y acoso estatal, y eso es preocupante, porque no podemos ejercer ese derecho a la memoria y a la verdad”, dijo el profesor Narváez.

En pleno 2018, el profesor José todavía tiene miedo a sufrir represalias por parte del Gobierno, por esa razón no ejercen el derecho a la memoria: “ahora que llegamos a esa coyuntura de 50 años y que seguimos sin saber el número de víctimas, seguimos sin saber realmente quienes fueron los responsables, es muy doloroso”.

El profesor Manuel Jiménez, también catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, aseguró que de ésta manera es cómo se construye la verdad colectivamente.

Narváez también comparó la cultura azteca con los hechos sucedidos en un espacio tan simbólico como Tlatelolco, en donde los aztecas tenían puntos de sacrificios humanos; después las batallas durante la Conquista española, luego el lamentable suceso del 68, y finalmente el sismo de 1985.

“Rojo Amanecer”, es una película del cineasta Jorge Fons estrenada en 1989, narra la situación que vivió una familia en la que los dos de sus hijos participaban en el movimiento estudiantil de 1968, y cuyo departamento estaba ubicado en uno de los edificios de Tlatelolco, viviendo de primera mano el horror de esa noche.

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