Es alarmante que las mujeres que buscaron presidentas municipales sean las que más violencia política en razón de género padecieron

Violencia política en razón de género, al alza

Es alarmante que las mujeres que buscaron el cargo de presidentas municipales sean las que más violencia política en razón de género hayan padecido en el proceso electoral 2020-2021. Lo anterior y su impacto en los comicios pasados, se dio a conocer en el estudio que presentó el INE y realizó el Centro Regional de […]

Es alarmante que las mujeres que buscaron el cargo de presidentas municipales sean las que más violencia política en razón de género hayan padecido en el proceso electoral 2020-2021.

Lo anterior y su impacto en los comicios pasados, se dio a conocer en el estudio que presentó el INE y realizó el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, el cual sostiene que las agresiones contra las mujeres candidatas vienen, principalmente, de sus compañeros contrincantes y de los medios de comunicación.

Los resultados señalan que el 37 por ciento de la violencia política ejercida en contra de las mujeres fue física y el 21 por ciento sexual. Que el 85 por ciento de los contenidos de campaña vulneró el derecho a la representación pública de las mujeres, el 79 por ciento a su derecho a ser votadas y el 61 por ciento a la igualdad de género.

El estudio muestra, lamentablemente, que también de candidatas a candidatas se ejerce la violencia política de género, lo que contradice el discurso de la lucha por la igualdad y confirma la cultura patriarcal.

Esta violencia quedó registrada en los homicidios de mi compañera de partido Ivonne Gallegos, quien buscaba la presidencia de Ocotlán, Oaxaca; la candidata de Movimiento Ciudadano en Moroleón, Guanajuato, Alma Barragán; o el secuestro de Marilú Martínez Núñez, candidata a la alcaldía de Cutzamala de Pinzón, Guerrero.

Pero también en las agresiones verbales que recibieron distintas candidatas, y que llevó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), a emitir sanciones por violencia política de género, dado que hubo expresiones como: “a las mujeres se les había bajado un poquito la inteligencia”, o que somos “basura”.

El nivel de violencia era tal, que algunas candidatas optaron por renunciar a la campaña, como lo hizo Alejandra Lagunas del partido local Armonía por Morelos, a la alcaldía de Xochitepec, ante las amenazas de muerte e intentos de agresión física que recibió.

“Yo me tuve que ir a vivir a otro municipio, porque ellos ya sabían en donde vivía en Xochitepec. Ahí ya fueron varios candidatos amenazados, les dejan pancartas para que bajen sus candidaturas. Les arrojan piedras a sus domicilios”.

“Tengo un niño de 8 años que ve las noticias y a cada rato me dice ‘mami, yo no quiero que te maten’”, señaló en mayo pasado Alejandra Lagunas en entrevista a la cadena de televisión BBC.

Como dijo Eréndira Serrano, encargada de presentar el estudio en el INE, este tipo de violencia política “envía un mensaje de miedo a otras mujeres, inhibiendo su participación por la saña con que son asesinadas”, y por lo tanto, reduce la posibilidad de que las mujeres accedamos a cargos de elección popular.

Si bien las reformas aprobadas han sumado a visibilizar y disminuir la violencia política de género, en la cotidianidad falta mucho por hacer, pues mientras no haya un compromiso firme en la lucha contra ésta desde los partidos políticos y los candidatos y candidatas seguirá dándose en los procesos electores. Las mujeres tenemos derecho a una vida libre de violencia en todos los ámbitos y en todos los contextos.

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