Víctor Guzmán, central de Rayados de Monterrey. Foto: Cuartoscuro

Víctor Guzmán, el niño que juega como señor

La dirección deportiva de Rayados apostó por Víctor Guzmán para suplir un hueco que parecía insustituible tras la salida de canterano César Montes

Cuando Víctor Guzmán nació, un servidor se encontraba cursando el tercer año de bachillerato. Estaba por cumplir la mayoría de edad y a unos meses de mudarme a Monterrey (soy yucateco).

Justo cuando alcancé los 18 empecé a vivir en la Sultana del Norte y, por decirlo de una manera, “debuté” en las grandes ligas porque nunca había salido de mi tierra. Así empecé realmente un proceso de maduración que me tiene donde estoy ahora.

Curiosamente a esa misma edad Guzmán empezó un proceso de crecimiento mental y físico a un nivel óptimo.

El hoy central del Monterrey, al cumplir la edad mínima en México para ser considerado adulto, debutó en Primera División. A diferencia de un servidor, él sí lo hizo en su ciudad natal -Tijuana- y empezó su camino como un habitante del Máximo Circuito nacional. Y su misma insistencia lo tiene muy cerca de los 100 partidos en la categoría absoluta del balompié azteca.

Justo el pasado fin de semana, precisamente ante sus amados Xolos, Víctor llegó a 80 partidos en la Liga MX. Hablar de su actuación sería repetir lo que todos han mencionado desde el pasado sábado.

Yo me iría más atrás, concretamente al domingo 20 de abril del 2014. Con apenas 12 años, Guzmán debutó con el equipo Sub-13 del Tijuana. Si usted revisa sus números como jugador, desde aquel día hasta la fecha, encontrará una constante: son más las veces que jugó de inicio que de suplente.

Eso habla de la facilidad que tiene ese central para jugar. De hecho, no es común ver a un jugador juvenil pararse en el campo con esa frialdad mental para cortar servicios, salir jugando, hacer coberturas, cuidar la espalda del compañero, etcétera.

Por eso es que la dirección deportiva de Rayados apostó por él para suplir un hueco que parecía insustituible tras la salida del multicampeón y canterano César Montes.

Hoy quizá no se extrañe tanto al “Cachorro” porque Guzmán Olmedo está jugando con señorío portando la exigente “elástica” del Monterrey.

Guzmán aún no pierde esa mirada que denota la edad en sus huesos. Sin embargo, el chamaco muestra tamaños dignos de zagueros con renombre y trayectoria a nivel mundial. En sus botines está el seguir demostrando día con día que el futbol mexicano más temprano que tarde le quedará corto.

Y, ¿saben algo? Le sugeriría que vaya aprendiendo italiano, por lo menos a pronunciar bien “buongiorno”.

 

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