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Un gastro-pub mexicano

Pareciera que los creadores del restaurante-bar Botanero Moritas, en su pasado fueron cineastas. Esto debido a que mi experiencia en el lugar fue como sumergirme en una película.

En una de esas películas que tienen escenas en bares clandestinos, obscuros, llenos de gente y con elementos de decoración que hablan por sí solos.

Llegué al centro de San Pedro un miércoles a la 1 de la tarde, cité a una gran amiga para comer juntas y que me platicara de su viaje a la India.

Pareciera que los creadores del restaurante-bar Botanero Moritas, en su pasado fueron cineastas. Esto debido a que mi experiencia en el lugar fue como sumergirme en una película.

En una de esas películas que tienen escenas en bares clandestinos, obscuros, llenos de gente y con elementos de decoración que hablan por sí solos.

Llegué al centro de San Pedro un miércoles a la 1 de la tarde, cité a una gran amiga para comer juntas y que me platicara de su viaje a la India.

Frente al parque donde está la Iglesia de Guadalupe esta una pared blanca con unas letras negras pintadas que dicen “Botanero Moritas”. 

Abro la puerta pesada de madera y llego a un vestíbulo donde hay un mueble antiguo que era de una miscelánea de hace muchos años, sigo caminando y llego a un comedor grande, de techo bajo para los estándares de hoy. Luz tenue,  con faroles como los de una plaza, mucha madera en piso, sillas y una gran barra con doble vista.

Paredes blancas, decoradas con memorias de boxeadores, gallos, toros, cerveza XX y billar.

Me dijeron que este lugar había abierto sus puertas a finales del año pasado, sin embargo, el carácter que imprime su diseño y decoración  transmiten el aire de una historia que ya se escribió.

Todo ello plasmado en las antigüedades como una periquera que data de 1900, ceniceros de pedestal, muebles de “La Malinche”, una fábrica que estaba aquí en Monterrey y ahora son de colección. Percheros de madera antiguos, sillas de segunda mano, etc.

La energía de esos artículos se irradia en el comedor.

Me siento en mi mesa, llega mi amiga y se acerca la mesera que nos atendió esa tarde. Muy amable y linda. Aquí el mesero no es un empleado, es tu guía durante la estadía, nadie se siente más que nadie.

Nos trae el menú, cada platillo está ordenado de manera que puedas pedir cualquiera, en el orden que quieras.  Porciones medianas pero diseñadas para compartir.

La comida es de buena calidad, del Noreste, típica de las casas, arroz rojo con huevo estrellado, chicharrón ahogado en salsa de tomatillo, fideo seco, aldilla, asado de puerco, mollejas, agujas, atropellado… 31 platillos de cocina nacional, simple, rica.  

Una cantina gastronómica o “gastro-pub” como se conoce en otras partes del mundo.

Los postres son sencillos, uno goloso como una rebanada grande pastel de chocolate, pan del elote con nieve de glorias, rollo de cajeta. Raspados con sabores interesantes, resaltados con mezcal.

Muy buenos precios, acorde a la calidad.

La barra del bar estaba llena, gente comiendo y tomando, sola o en parejas.  En las mesas había mezcla de personas de diferentes de edades y estratos sociales.

Para llegar a la terraza pasas por un pasillo donde hay una jaula de pájaros de 1800 y cajas dobles de madera antigua, donde se transportaba naranja de Montemorelos.

Llegas a la terraza y te sorprende un anuncio espectacular de la Carta Blanca antigua.

Cuenta con dos estaciones de comida, una para ceviches, cocteles y cosas frescas y la otra para bebidas.  Tienen asadores y un pozo para barbacoa.  En esta área te sientes en una quinta, hasta se escucha cantar a los gallos del barrio.

Historia del local:

Primero fue una quinta, luego en 1939 nace la cantina “Moritas”, donde se estableció el Club de Box de San Pedro. Además ahí se realizaban peleas de gallos y se jugaba billar.  Aunque el cambio del local fue radical, sigue en armonía con su trayectoria y con el centro de San Pedro.

El nombre viene por un árbol de moras que había en la parte de atrás.

Botanero Moritas a detalle:

Chefs: Daniel Mora, 29 años
Emiliano Padilla, 22 años
Paulo Villareal, 31 años

Branding y diseño: Anagrama

Creadores: Oscar Barrera Garza está encargado de estrategia de negocio, planeación y ciertas partes de la operación.  Es más operativo, interviene mucho en la primera etapa de la organización del negocio.

Y Carlos González Ayala, encargado de la administración y relaciones públicas.

Ambos con años de trayectoria en alimentos y bebidas, empezaron en 1998 con los bares Recontra, y actualmente su grupo está formado por tres The Corner, el restaurante Gallo, el Ibérica y ahora el Botanero Moritas.

> Independencia 143, Col. Centro, 66200 San Pedro Garza García, N.L.
Tel: 83 38 83 74

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