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¿Tercera Guerra?

“Hoy se puede hablar de una Tercer Guerra combatida por partes”.

Así lo dijo el Papa Francisco la semana pasada, cuando oró en el cementerio militar de Redipuglia en Italia, recordando el día que dio comienzo a la primera de las grandes guerras, en un verano de 1914. 

Cien años después, y con una Segunda Guerra Mundial en medio, el entorno político del mundo deja vislumbrar un ahora que pudiera parecerse a aquel terrible ayer. Ucrania y Rusia, Gaza con Israel, Irak, Libia y Siria.

“Hoy se puede hablar de una Tercer Guerra combatida por partes”.

Así lo dijo el Papa Francisco la semana pasada, cuando oró en el cementerio militar de Redipuglia en Italia, recordando el día que dio comienzo a la primera de las grandes guerras, en un verano de 1914. 

Cien años después, y con una Segunda Guerra Mundial en medio, el entorno político del mundo deja vislumbrar un ahora que pudiera parecerse a aquel terrible ayer. Ucrania y Rusia, Gaza con Israel, Irak, Libia y Siria.

Nos pude sonar paradójico. Mientras pareciera que el mundo se muestra sin fronteras gracias a la comunicaciones. El sector económico se encuentra completamente globalizado y  con un ‘click’ de distancia cualquier persona puede adquirir un producto o un servicio, así esté del otro lado del mundo. Y todo pareciera que el camino iba hacia la formación de grandes bloques como el de la UE.

Vemos que sucede todo lo contrario. Las fronteras entre los estados que existen quieren multiplicarse, alzarse y desconocer el orden institucional establecido al momento.

Los escoceses, por ejemplo, decidieron no independizarse de Gran Bretaña, pero pusieron en la mesa el deseo del 46 por ciento de la población de sí hacerlo, de la misma manera que los catalanes y los vascos quieren dejar de ser parte de España.

Así pero de manera violenta Ucrania quiere romper todo lazo con Rusia pero este no le dejará tan fácil hacerlo. Una Palestina quiere ser reconocida y un Israel se niega a hacerlo.

A esto se le suma grupos como IS,  que buscan un mundo musulmán, como hace cien años lo hiciera Stalin con su obsesión del comunismo.

Pareciera que se cocina un caldo similar al de 1914. Actores extremos que no están de acuerdo con el orden internacional, que se estableció Europa después de la segunda gran guerra, y que ha sido custodiado de manera parcial y privilegiando solo a los suyos por Estados Unidos.

Ha cien años del comienzo de la Primer Guerra Mundial, el Papa nos recuerda, que si puede haber una tercera si los actores políticos y económicos del mundo no generan un nuevo orden.

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