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Teléfono móvil electorero y los soldaditos de Felipe

Entre los candidatos de los distintos partidos políticos hay mucha ansiedad y hasta discusiones acaloradas por el uso del teléfono móvil con cámara el próximo domingo 1 de julio.

Y es que resulta que no existe ninguna prohibición de parte de las autoridades electorales para que los electores porten su teléfono cuando ingresen a la casilla.

Lo pueden llevar hasta la mampara donde sufragarán.

Una libertad habitual que nada tendría qué ver en un país donde el voto es secreto y una decisión estrictamente personal.

Entre los candidatos de los distintos partidos políticos hay mucha ansiedad y hasta discusiones acaloradas por el uso del teléfono móvil con cámara el próximo domingo 1 de julio.

Y es que resulta que no existe ninguna prohibición de parte de las autoridades electorales para que los electores porten su teléfono cuando ingresen a la casilla.

Lo pueden llevar hasta la mampara donde sufragarán.

Una libertad habitual que nada tendría qué ver en un país donde el voto es secreto y una decisión estrictamente personal.

Pero aquí, con el dinero que están soltando algunos candidatos para promotores del voto, que a su vez acarrearán a otros más, la foto a la boleta es un problema.

Porque se convierte en la comprobación de por quién vota un elector y la moneda de cambio para recibir dinero, vaya, para la compra del voto.

Así que hay la intención de algunos representantes de casilla de los partidos, de pedirle al elector que deje su celular antes de pasar a la mampara a sufragar su voto.

Pero los representantes de partido no tienen autoridad para hacer esto.

Obligar a un elector a dejar su teléfono puede ser motivo de impugnación por otro representante de partido, e incluso, puede anularse el resultado de una casilla por las impugnaciones.

Además, no todos los representantes de los partidos políticos están de acuerdo en solicitar a cada elector que ingresa  a la casilla que “por favor” entregue su teléfono móvil porque no puede pasar con él.

Tremendo enredo se traen por los teléfonos móviles dentro de los partidos, y todo esto se originó porque en el interior de los mismos saben que hay dinero corriendo para el 1 de julio.

‘Soldaditos’ caídos

Felipe Enríquez, candidato del PRI a la Alcaldía de Monterrey, mandó a tapizar las calles de la ciudad con figuras de soldados que portaban la leyenda: “Monterrey Fuerte”.

Las fotos de elementos de la Marina fueron colocadas tanto en la Carretera Nacional, como en Leones, en Cumbres.

Grandiosa idea la del equipo de campaña del compadre del aspirante presidencial, Enrique Peña Nieto, si no fuera ilegal.

Muchos de los “soldaditos” de Enríquez están sujetados en arbotantes y luminarias, infraestructura pública donde está prohibido colocar propaganda electoral en las calles.

Por eso las figuras comenzaron a ser retiradas.

Nuevo suplente de Larry

El ex alcalde Fernando Larrazabal, candidato del PAN al distrito 10 federal, cambió a su suplente.

Alejandro Palacios Ochoa, actual secretario de Obras Públicas de Monterrey, fue registrado ante el IFE como candidato suplente de Larrazabal.

El que se quedó como novia de rancho, vestida y alborotada, fue Ernesto Chapa, regidor de Monterrey.

Desde ahorita Palacios Ochoa sabe que si gana Larrazabal la elección, sin duda en el 2015 será diputado federal, por ese espíritu chapulinezco que inunda al ex alcalde regio.

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