La concentración del contaminante criterio SO2 en la zona de la Refinería de Cadereyta en los últimos tres años rebasaría de dos a siete veces los límites permitidos por la norma ambiental vigente. Foto: Antonio Hernández

Refinería Héctor R. Lara Sosa en Cadereyta: ¿la principal fuente de contaminación en Monterrey?

A pesar de la evidencia de la contaminación atmosférica por dióxido de azufre, las autoridades de Nuevo León no han tomado medidas suficientes para sancionar a las empresas responsables de este tipo de emisiones contaminantes.

En las últimas semanas, la ciudad de Monterrey padeció dos eventos de contaminación atmosférica que han generado preocupación y discusión en la opinión pública.

El primero de ellos fue la presencia de un fuerte olor nauseabundo en varias zonas de la ciudad, atribuido a emisiones de dióxido de azufre desde la refinería Héctor R. Lara Sosa, en Cadereyta Jiménez, Nuevo León; el segundo se produjo días después, cuando se informó sobre una supuesta liberación controlada de contaminantes desde esa misma instalación, de una manera muy ostensible.

Estos episodios han resaltado la necesidad apremiante de abordar la contaminación en la ciudad y proteger la salud y el medio ambiente de sus habitantes mediante soluciones efectivas y sostenibles, lo que hasta hoy no ha ocurrido.

Pensar en que la refinería citada es la causa de todos los males atmosféricos en la capital de Nuevo León es algo que requiere matices. Puntualizo esta observación con base en evaluaciones de las concentraciones de dióxido de azufre (SO2) en diversos períodos, basado en datos del satélite atmosférico Sentinel-5P, proporcionados por la Agencia Espacial Europea (ESA), disponibles públicamente a través del portal de datos Copernicus Open Access Hub (scihub.copernicus.eu).

Usando la fuente de datos referida, nos daremos cuenta de que la concentración de ese contaminante criterio (SO2) en la zona de la refinería durante los últimos tres años (2020 a 2022) fue de 0.3 ppm, proporción que rebasaría de dos a siete veces los límites permitidos por la norma. Aplicando parcialmente el criterio de la NOM-022-SSAI-2019, usada para evaluar la calidad del aire respecto al SO2, se determina que efectivamente la refinería es la principal fuente de emisión de ese compuesto.

El análisis de la información atmosférica de Sentinel 5P ha revelado que la contaminación por dióxido de azufre (SO2) en el área metropolitana de Monterrey no se limita únicamente a la refinería de Cadereyta. De hecho, esta evaluación permite identificar otras zonas donde la concentración de este compuesto químico es preocupante y supera los límites establecidos por las normas ambientales.

En la región comprendida entre los municipios de Juárez y Guadalupe hasta el espacio entre el estadio Universitario y la empresa acerera Ternium, junto con las áreas industriales de Apodaca, las concentraciones trianuales de SO2 van de 0.05 a 0.1 ppm. Esta zona incluye la industria del cemento, del vidrio, acero y otras de menor alcance, como fundiciones y centros comerciales. También se ha detectado una concentración similar de SO2 al norte del municipio de Escobedo, donde operan empresas de la industria acerera como Arcelor Mittal y Steel and Pipe, entre otras.

En la zona sur del municipio de Monterrey, entre la curva de Monterrey de la Sierra Madre Oriental (subestación eléctrica de la CFE Garza Sada) y todo el Cañón del Huajuco hasta el sector de Valle Alto, se ha identificado otra localización con altos niveles de SO2. Al poniente de la metrópoli, donde se plantea la ubicación de la armadora automotriz Tesla, se ha detectado otro polígono contaminado por este compuesto, que incluye empresas como Nemak, otra subestación de la CFE y establecimientos aledaños al parque industrial FINSA.

Otra región contaminada por este compuesto se localiza al norte de Escobedo, en el espacio de influencia de la siderúrgica trasnacional Arcelor Mittal y la última, más septentrional, donde operan empresas dedicadas al tratamiento de aguas residuales e incineración de cadáveres humanos.

En cuanto a la refinería de Cadereyta, con esta información se puede determinar que sus emisiones de azufre llegan directamente a todos los asentamientos humanos del municipio de Pesquería, a la zona sur de Monterrey, así como a las comunidades montañosas del municipio de Santiago, en el Parque Nacional Cumbres de Monterrey.

Este análisis de la información atmosférica de Sentinel 5P, que define múltiples zonas en la Zona Metropolitana de Monterrey con altos niveles de contaminación por dióxido de azufre, es especialmente preocupante porque los espacios afectados se ubican cerca o en asentamientos humanos densamente poblados, lo que aumenta el riesgo de exposición de las personas a las emisiones azufrosas y sus efectos mortales.

Podemos valorar como lamentable que, a pesar de la evidencia de la contaminación atmosférica por este compuesto químico, las autoridades no han tomado medidas suficientes para sancionar a las empresas responsables de este tipo de emisiones contaminantes. La falta de regulación y aplicación de las normas ambientales ha permitido a muchas de estas fuentes continuar operando sin tomar en cuenta el impacto que sus actividades tienen en la salud y el medio ambiente de las personas que habitan en la ciudad.

En el caso de la ASEA (Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente), representación gubernamental de México responsable de regular y supervisar la seguridad, el medio ambiente y la eficiencia energética en la industria de los hidrocarburos del país, tiene una ausencia histórica e incumplimiento de su obligación de inspeccionar y vigilar los pasivos ambientales de la refinería en Cadereyta.

La Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente), responsable de garantizar la protección del medio ambiente en el país, debe ser criticada por no hacer lo suficiente para revisar y regular a los cientos de industrias contaminantes en el área metropolitana de Monterrey. Su falta de personal y de voluntad política combinada con la incapacidad operativa para vigilar a todas las industrias contaminantes en la zona la ha llevado a un incumplimiento de su función de proteger el medio ambiente y la salud pública. Además, la corrupción en parte de su personal es un factor que favorece que las empresas contaminantes operen sin consecuencias y sin cumplir con los estándares ambientales.

Importancia de la autonomía e independencia del órgano autónomo encargado de la calidad del aire en Monterrey.

La posibilidad de concretar la creación de un órgano autónomo encargado de la calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey es un camino viable para la gestión favorable de esta problemática. En esa posibilidad tiene responsabilidad fundamental el Congreso de Nuevo León para dictaminar el respectivo expediente legislativo, que permita contar con reglas administrativas claras a esta posible nueva estructura para el manejo de los pasivos asociados a la contaminación del aire.

En ello hay condiciones para que se asuma la coordinación con los gobiernos municipales, quedando pendiente la parte operativa correspondiente a los sectores industriales, responsabilidad del gobierno federal en conjunto con el sector hidrocarburos.

Sin embargo, existe un riesgo latente de que las cámaras locales de comercio e industriales tomen el control de este organismo metropolitano mediante la influencia en el nombramiento de sus titulares o en la asignación de equipos operativos. Es importante tener en cuenta que algunos de estos sectores tienen responsabilidad directa en la contaminación del aire, por lo que no pueden ser juez y parte en la gestión metropolitana de esta problemática.

Por tanto, es fundamental que el órgano autónomo encargado de la calidad del aire tenga una verdadera autonomía e independencia para garantizar una gestión efectiva y justa de la contaminación. El Congreso local debe establecer mecanismos claros y transparentes para la operación y formación de la estructura administrativa en esta nueva gobernanza, asegurando la participación activa de la sociedad civil y los expertos en la materia, así como la rendición de cuentas y la transparencia en la toma de decisiones. Solo así se podrá avanzar en garantizar una gestión efectiva de la calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey.

Más información:
Mapa de densidad de columna de SO2 en la Zona Metropolitana de Monterrey (2020-2022) 

 

Twitter: @tonyo_hernandez

 

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