Paridad a medias no es paridad

Una vez más, el Congreso del Estado de Nuevo León maquina un asalto a los derechos de las mujeres neoleonesas. Una vez más, se resisten a garantizar la paridad en todo en nuestras leyes. Los coordinadores de las bancadas del Congreso se ponen de acuerdo en lo oscurito para impedir el ejercicio efectivo de nuestros […]

Una vez más, el Congreso del Estado de Nuevo León maquina un asalto a los derechos de las mujeres neoleonesas. Una vez más, se resisten a garantizar la paridad en todo en nuestras leyes.

Los coordinadores de las bancadas del Congreso se ponen de acuerdo en lo oscurito para impedir el ejercicio efectivo de nuestros derechos. Existen pocas diputadas que han alzado la voz por este atropello.

Es inaudito que en pleno 2022 sigan sin entender que la paridad no es un favor, no es siquiera ya una acción afirmativa: es un mandato constitucional y como tal, debe potencializarse al máximo. No podemos tener paridad a medias, pues paridad a medias no es paridad.

Cuestiones tan importantes como la participación y la representación de las mujeres en el arena pública no debieran quedar al arbitrio de los coordinadores mediante acuerdos debajo. Hijos del sistema patriarcal, estos señores se aferran a sus poderíos, negándose a cumplir con su obligación legal: cumplir y hacer cumplir la Constitución, consigna que rezaron al tomar protesta. Pues la Constitución obliga a garantizar la paridad de género en todos los poderes y niveles de gobierno. Es hora de que actúen en consecuencia.

Es evidente que tienen miedo de que las mujeres gobernemos, legislemos y juzguemos. Quizá piensan que si llegamos al poder les haríamos lo mismo que ellos a nosotras. Pero no. Queremos justicia, no venganza. Queremos paridad y tener una vida libre de violencia.

Tengo claras dos cosas. Primero, que existe un sistema patriarcal que ha vulnerado y oprimido a las mujeres sistemáticamente en los ámbitos político, económico, cultural, social y familiar. Segundo, que tenemos que hacer algo para tirar ese sistema.

Me parece que un primer paso es lograr una efectiva representación de las mujeres en la cancha pública. Y para ello, necesitamos más y mejores mujeres.

Por eso, como mujer y ciudadana de Nuevo León, hago un llamado a los coordinadores de las bancadas, así como a los diputados y las diputadas del Congreso estatal, para que cumplan con su obligación constitucional y ética y corrijan la plana de la reforma que han impulsado en primera vuelta. En la segunda vuelta, espero se encarguen de corregir y garantizar la paridad en todo, horizontal y vertical, tanto en poder ejecutivo, como en el legislativo, el judicial y los organismos autónomos del Estado.

Nos la deben. Tienen una deuda histórica con las mujeres de Nuevo León. Es hora de que nos cumplan. La paridad de género no sólo es para las mujeres, es para generar bienestar social.

“La ausencia de mujeres en los puestos de relevancia social es una patología de las democracias de este siglo. Los cambios necesarios para lograr una sociedad igualitaria se aceleran cuando las mujeres se incorporan en todos los ámbitos sociales, políticos, culturales o judiciales de forma equilibrada y justa […] donde se toman las decisiones de mayor trascendencia para la ciudadanía.” – Gloria Poyatos Matas, 2012

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