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Obras ‘transparentes’, gabinete opaco

Ayer el gobernador de Jalisco Jorge Aristóteles Sandoval Díaz firmó un pacto para transparentar la obra pública que se licite durante su gobierno. 

Lo anterior no tendría sentido si no existieran antecedentes en el estado de desvíos de recursos en esta área del gobierno.  

Entre otras cosas el mandatario se comprometió a que durante su gestión no recurrirá a intermediarios para el pago a las empresas constructoras y las licitaciones serán transparentes. 

Pero cuando fue alcalde de Guadalajara hizo completamente lo contrario. 

Ayer el gobernador de Jalisco Jorge Aristóteles Sandoval Díaz firmó un pacto para transparentar la obra pública que se licite durante su gobierno. 

Lo anterior no tendría sentido si no existieran antecedentes en el estado de desvíos de recursos en esta área del gobierno.  

Entre otras cosas el mandatario se comprometió a que durante su gestión no recurrirá a intermediarios para el pago a las empresas constructoras y las licitaciones serán transparentes. 

Pero cuando fue alcalde de Guadalajara hizo completamente lo contrario. 

De hecho, si hay una administración “ejemplar” en el estado por haber realizado licitaciones a modo y asignar obras millonarias a sus amigos, fue la del hoy gobernador. 

Todavía suenan los nombres de Cinco Contemporánea y el largo listado de constructoras favoritas para la pavimentación de varias vialidades, la renovación de la imagen de la Minerva y pasos a desnivel. 

En todos los casos salen a la luz personajes como Rodrigo Ramos Garibi –dueño de Cinco Contemporánea- y Mauricio Navarro Gárate, exsecretario de Promoción Económica del Ayuntamiento de Guadalajara y socio de Ramos Garibi. 

También el nombre de Mauricio Gudiño, entonces secretario de Servicios Públicos del municipio tapatío y encargado del famoso proyecto de pavimentación. 

Al final se supo que Ramos Garibi y Navarro Gárate eran socios en proyectos de construcción; también que nueve de los 10 contratos que la empresa otorgó a Ramos Garibi fueron por asignación directa o invitación restringida. 

Y que las constructoras favoritas del hoy gobernador también hicieron su agosto en Puerto Vallarta y Zapopan. 

A pesar del escándalo y el evidente tráfico de influencias, el gobernador contrató en su gabinete a dos de los implicados: Mauricio Navarro y Mauricio Gudiño.

El primero como secretario de Movilidad y al segundo como encargado del proyecto de Ciudad Digital por parte del gobierno del estado. 

Por eso ahora el anuncio de un pacto para transparencia en la asignación de obra en el estado suena más a una simulación, pues el propio Aristóteles premió con un mejor cargo a los exfuncionarios que trabajaron de forma opaca.

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