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Monterrey mon amour

Quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura

François Truffaut, crítico y director de cine francés (1932-1984)

Quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura

François Truffaut, crítico y director de cine francés (1932-1984)

Cuerpos desnudos, cubiertos por el sudor del sexo y las cenizas de la destrucción nuclear. Imágenes en blanco y negro de hospitales, repletos de víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Espaldas y caras quemadas, hierro retorcido por 10 mil grados centígrados, cabelleras perdidas por ciudadanos anónimos. El dolor y la muerte de una ciudad asiática, reducida a polvo por la bomba atómica, se funde con el placer y el amor de dos amantes que conversan en la cama.

Así transcurren los primeros diez minutos de Hiroshima mon amour (1959), del francés Alan Resnais. Una sucesión de instantáneas poéticas, de diálogo entre la memoria y el olvido y, de fondo, una evocadora banda sonora de Georges Delerue. La destrucción del orgullo nacional, el nacimiento de una nueva era, el estigma de los nacidos con malformaciones, la esterilidad y la lluvia radioactiva son sombras que se ciernen sobre el porvenir de Japón, mientras tours que explotan la tragedia se ofrecen a turistas morbosos.

La conversación de los efectos de la posguerra se yuxtapone con la breve relación de los protagonistas en la cinta de Resnais, representante de la Nueva Ola Francesa o Nouvelle Vague, como nombró la prensa parisina al movimiento emergente de finales de la década de 1950 que rechazó y rompió con las formas tradicionales de hacer cine. Algunos de este grupo, como François Truffaut y Jean-Luc Godard, primero se formaron como críticos en la legendaria revista Cahiers du Cinéma, para luego dar el salto a la creación fílmica.

“No has visto nada en Hiroshima. Nada”, le dice el arquitecto nipón a su amante, una actriz francesa. “Lo he visto todo. Todo”, le responde la mujer en el lecho, antes de que nos transporten al frenesí visual y sonoro, al diálogo entre pasado y presente. 200 mil muertos y 8 mil heridos en 9 segundos fue el saldo del bombardeo estadounidense, según las cifras oficiales. Y después del caos, la reconstrucción, lenta y segura, de la ciudad ubicada en las márgenes del Río Ota.

El horror bélico retratado por el ojo de Resnais me transporta a uno más próximo, el de una guerra desatada entre cárteles del narcotráfico por el control de Monterrey, convertida en zona franca para una agrupación específica, tras el obligado pacto entre mafias y autoridades. Aunque en años recientes no experimentamos precisamente el holocausto nuclear, sí convivimos con bloqueos viales que paralizaron a la metrópolis, balaceras y muertos.

Sustitúyase a los ciudadanos japoneses que al ser evaporizados sólo dejaron como constancia de su existencia sombras en el suelo, por los fantasmas en los que se convirtieron los desaparecidos forzosamente. Cámbiese las cicatrices provocadas por el calor atómico en los cuerpos de miles de personas, por los traumas físicos y psicológicos que dejó la disputa criminal: baleados en fuegos cruzados, mutilados en secuestros y otros “daños colaterales”.

Y además de vivir en una época de aparente distensión delincuencial, súmese que padecemos la frustración de la indiferencia oficial. La bomba dejó en el corazón de Hiroshima un cráter, pero en Monterrey sufrimos a diario los miles de baches que plagan las calles y avenidas de la capital. Tras el armisticio, el gobierno nipón fue obligado a rendir pleitesía a los Aliados, mientras que nuestros gobernantes, sin chistar, se inclinan ante los intereses empresariales. No me malinterprete, guardo las proporciones de cada asunto.

Este inédito Monterrey mon amour está en mi imaginación. Me aventuro a decir que no sería descabellado que un grupo de cineastas locales retomara semejante idea. No trato de ser categórico y hacer creer que hay una Nueva Ola Regia. Sin embargo, sería interesante ver un ejercicio con la misma audacia que caracterizó hace casi seis décadas a aquel semillero fílmico surgido en Francia.

Hoy tenemos a Los Tres Amigos -Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu-, una especie de triunvirato que cosecha triunfos en Hollywood, pero que los políticos y patrioteros insisten en etiquetar como cine nacional. En la periferia está otra generación de talentos, mencionemos a Fernando Eimbcke y Amat Escalante, que ha obtenido galardones en el circuito festivalero y, de paso, se ha filtrado en los recovecos de las salas comerciales.

A nivel local existe un grupo de creadores con propuestas íntimas. Tienen aspiraciones de autor y comparten un origen geográfico específico, aunque sus narrativas son universales. Más que emular a los nuevaoleros franceses, que rechazaron el pasado, estos regios, como los primeros, tienen una mirada personal muy definida.

Ejemplo de ello son los directores Pablo Chavarría (Terrafeni, 2012) y Alexandro Aldrete (Mañana psicotrópica, 2015), y el cinefotógrafo Víctor Alonso Ponce (Vuelve, 2015), por sólo mencionar a algunos. Son jóvenes con ideas que se atreven a salir de la zona de confort.

¿Quién del gremio local se aventura a hacer un Monterrey mon amour? Yo con gusto ayudaría en el guión. Por cierto, con ganas de estar al tono de la propuesta, hoy se inaugura el 19 Tour de Cine Francés en la Cineteca de Nuevo León, el cual continuará en la ciudad hasta el 27 de septiembre.

El Cinéfago te presenta la programación de los próximos días de diferentes cineclubes en Monterrey que celebran sus ciclos de proyecciones. ¡Todos son de entrada libre!

Cinema Fósforo

Sábado 12 y domingo 13 de septiembre

Película: “La gran ilusión” (Francia, 1937)

Director: Jean Renoir

Lugar: Sala de proyecciones “Cinema Fósforo”, del Colegio Civil Centro Cultural Universitario

Dirección: Colegio Civil S/N, entre Washington y 5 de Mayo, Monterrey

Hora: 19:00 horas

Cineclub de la Cineteca de Nuevo León

Lunes 14 de septiembre

Película: “Soberbia” (Estados Unidos, 1942)

Director: Orson Welles

Lugar: Sala 3 de la Cineteca de Nuevo León, ubicada en el interior del Centro de las Artes

Dirección: Parque Fundidora, Av. Fundidora y Adolfo Prieto S/N

Hora: 19:30 horas

Cineclub Gargantúa

Martes 15 de septiembre

Película: “Nuevo mundo” (Corea del Sur, 2013)

Director: Park Hoon-jung

Lugar: Gargantúa Espacio Cultural

Dirección: Escobedo #740 norte, entre Carlos Salazar y Treviño, Monterrey

Hora: 20:30 horas

Cineclub Casa de la Cultura

Martes 15 de septiembre

Película: “El inocente” (Italia, 1976)

Director: Luchino Visconti

Jueves 17 de septiembre

Película: “¡Ay, amor, cómo me has puesto!” (México, 1950)

Director: Gilberto Martínez Solares

Lugar: Sala “Gabriel Figueroa”, de la Casa de la Cultura de Nuevo León

Dirección: Avenida Colón #400 oriente, Monterrey

Hora: 19:30 horas

Ámbar

Martes 15 de septiembre

Película: “Eternal sunshine of the spotless mind” (Estados Unidos, 2004)

Director: Michael Gondry

Miércoles 16 de septiembre

Película: “Taxi driver” (Estados Unidos, 1976)

Director: Martin Scorsese

Jueves 17 de septiembre

Película: “Big fish” (Estados Unidos, 2003)

Director: Tim Burton

Viernes 18 de septiembre

Película: “2001: A space odyssey” (Estados Unidos y Gran Bretaña, 1968)

Director: Stanley Kubrick

Sábado 19 de septiembre

Película: “Pulp fiction” (Estados Unidos, 1994)

Director: Quentin Tarantino

Domingo 20 de septiembre

Película: “Trainspotting” (Gran Bretaña, 1996)

Director: Danny Boyle

Lugar: Ámbar Galería-Cinema-Café

Dirección: Isaac Garza #735 oriente, entre Dr. Coss y Zuazua, Monterrey

Hora: 20:30 horas

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