El chef venezolano Maycoll Calderón alcanzó el éxito y abrió un bar de coctelería y dos restaurantes más en México

Monstruos derrotados

A principios de 2020 su carrera como chef emprendedor no podía estar mejor. Con dos restaurantes propios y un bar, Maycoll Calderón se había convertido en uno de los consentidos de la Ciudad de México y estaba abriendo un negocio más en Mérida. Pero llegó la pandemia y tuvo que cerrar todo. Las deudas crecieron […]

A principios de 2020 su carrera como chef emprendedor no podía estar mejor. Con dos restaurantes propios y un bar, Maycoll Calderón se había convertido en uno de los consentidos de la Ciudad de México y estaba abriendo un negocio más en Mérida.

Pero llegó la pandemia y tuvo que cerrar todo. Las deudas crecieron y las ganancias por el envío de comida a domicilio no alcanzaban. Pese a la falta de ingresos, no corrió a nadie.

“Entramos en este mundo de la ansiedad, de la preocupación, ya pasaban días, ya pasaban meses. No había ningún tipo de esperanza”, recuerda.

Los emprendedores están en la primera línea de batalla. Es a ellos a quienes les pegan el estrés y la incertidumbre más que a nadie. La diferencia es que ellos no pueden dejarse caer. Sus equipos esperan una guía, una inspiración, una luz al final del túnel.

Así, el chef enfrentó sus demonios. “Se trata de controlar el monstruo de tu cabeza. Cuando te entra la ansiedad, la preocupación, a veces uno no lo puede expresar tanto… Es necesario calmarse uno y tratar de calmar al monstruo, de respirar. El día a día lo tenemos que llevar, pensar que vamos a salir adelante y estar lo más positivo posible, que es lo más difícil”, dice.

Nació en Venezuela y desde niño se enamoró de la comida de la abuela. Maycoll empezó su carrera en la cocina pelando papás y cortando cebollas en España. Trabajó al lado de algunos de los mejores chefs del mundo como Jean-Georges, Ferran Adrià y Juan Mari Arzak.

Luego dirigió grandes restaurantes en Estados Unidos hasta que decidió emprender en México con su propio concepto: Huset, “Casa de Campo”, en una casa antigua de más de 100 años, que rehabilitaron y decoraron con hermosos jardines, donde ofrece comida a la leña y al carbón.

Este éxito le abrió paso a Hanky Panky, un bar oculto en la ciudad, especialista en coctelería, con un diseño que brinda a los clientes una experiencia misteriosa y elegante. Luego llegaron Olenna, de comida meditarránea en el Pedregal, y Cuna, con una innovadora mezcla de sabores en Mérida.

Cuando llegaron la pandemia y el encierro obligado, Maycoll y su pareja comenzaron a hacer pasta fresca como una terapia para calmar la angustia y el encierro. A sus amigos y vecinos les encantó. “Ahí se nos prendió el bombillo”, dice: hacer una marca con variedad de pastas, salsas, mermeladas y vinos que se venden por ecommerce y se envían a domicilio: Casa M.

Controlar y vencer a ese monstruo en su cabeza no fue fácil. ”Empecé a correr bastante, a hacer deporte, regresé a la lectura, a la investigación.” Para él, derrumbarse o botar todo no eran opciones. “Aproveché mucho el tiempo. Lo más importante es madurar mentalmente, tratar de no explotar. Porque al final lo que uno refleja el equipo también lo absorbe.”

Para el chef Maycoll, ante esta crisis y las que vienen, debemos prepararnos mejor, ser creativos y seguir innovando. Aunque, al final, asegura, la constancia es la única forma de vencer a cualquier monstruo: “Y si no eres creativo, sigue picando piedra.”

Genaro Mejía es periodista digital y de negocios con más de 20 años de experiencia y LinkedIn Top Voices 2019

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