La estrategia de seguridad de abrazar a los delincuentes ha puesto en un riesgo constante. Más de 124 mil personas han sido asesinadas

No apoyo la estrategia fallida de seguridad

El presidente López Obrador prometió pacificar al país en seis meses y mintió. Prometió fortalecer a las policías estatales y municipales y mintió. Prometió que las fuerzas armadas dejarían de hacer tareas de Seguridad Pública y también mintió. Han sido cuatro años de mentiras y más mentiras. La estrategia de abrazar a los delincuentes ha […]

El presidente López Obrador prometió pacificar al país en seis meses y mintió. Prometió fortalecer a las policías estatales y municipales y mintió. Prometió que las fuerzas armadas dejarían de hacer tareas de Seguridad Pública y también mintió. Han sido cuatro años de mentiras y más mentiras.

La estrategia de abrazar a los delincuentes ha puesto en un riesgo constante a los mexicanos. Más de 124 mil personas han sido asesinadas y más de 35 mil se encuentran desaparecidas.

Los índices delictivos van en aumento. En el primer trienio de este gobierno, los homicidios dolosos aumentaron 60 por ciento, las violaciones, 49 por ciento; la extorsión, 38 por ciento; las lesiones dolosas, 7.5 por ciento, y los feminicidios, 4.4 por ciento, solo por mencionar algunos delitos.

El Gobierno federal ha abandonado a las fuerzas policiales civiles. En 2020 recortó el presupuesto para el programa de Fortalecimiento para la Seguridad Pública (Fortaseg) y en 2021 lo eliminaron. Mientras tanto, a la Guardia Nacional le dieron en su último año el mismo presupuesto que al Fortaseg en toda su vida de operación.

¿Para qué servía este recurso? Para que las policías municipales y estatales recibieran capacitación, profesionalización, armamento y se establecieran acciones reales para prevenir el delito. Pero nada de eso le importó al Gobierno federal, porque han desmantelado a los estados y municipios. Y ese es el verdadero riesgo: si no fortalecemos a las policías civiles, la militarización será para siempre.

Prometieron desde el Gobierno federal que la Guardia Nacional sería un instrumento para prevenir el delito, para preservar la Seguridad Pública, para recuperar la paz y combatir a la delincuencia, pero nada de eso fue cierto. En tres años no ha disminuido la violencia, todo lo contrario. Desde Baja California hasta Quintana Roo el país está sumido en una ola de violencia inhumana.

El mentiroso de Palacio Nacional quiere perpetuar la presencia del Ejército en las calles. Si quisiera regresarlos tendría que estar invirtiendo en la alternativa, en la Policía Civil, pero no lo hace porque los ha abandonado.

En cuanto a la amenaza del presidente López Obrador de que aquellos senadores cuyo voto es en contra de la militarización del país seremos exhibidos en su mañanera, le digo que anote mi nombre: Kenia López Rabadán, porque no apoyo esta estrategia fallida y dañina que está ensangrentando a México.

La Guardia Nacional ha sido prioritaria para la Federación.

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