Euforia e irracionalidad

Una tasa de interés en casi cero, 1.9 billones en estímulos y una política monetaria complaciente y con la intención de seguir alimentando el ego y avaricia del mercado, la última comparecencia de Jerome Powell apunta a que seguiremos viendo en los siguientes meses más dinero en circulación. El argumento para seguir con una postura […]

Una tasa de interés en casi cero, 1.9 billones en estímulos y una política monetaria complaciente y con la intención de seguir alimentando el ego y avaricia del mercado, la última comparecencia de Jerome Powell apunta a que seguiremos viendo en los siguientes meses más dinero en circulación.

El argumento para seguir con una postura dovish es la prolongada recuperación del empleo, a pesar del repunte en los bonos del tesoro a 10 años, aún nos encontramos en un piso histórico, la interrogante que nos hacemos es si los nuevos inversores ¿conocerán el efecto de las tasas de interés sobre el mercado accionario?

La correlación de un aumento en la tasa de interés históricamente nos indica que el mercado accionario reacciona violentamente ante un movimiento positivo de esta variable, en una economía que hemos insistido está creciendo con esteroides, principalmente alimentada por la deuda, y no es malo utilizar deuda para impulsar el crecimiento económico, el problema es que esta ha sido deuda improductiva.

Cuando el apalancamiento es usado para adquirir capital con la intención de producir en la economía real, las ganancias pagan el interés generado en los préstamos, en este sentido podríamos considerar que la deuda es sana, esto genera un crecimiento económico sano.

Pero en el caso de los Estados Unidos es lo contrario, la economía se encuentra alimentada de deuda improductiva, la relación entre la deuda y el producto interno bruto nos indica la debilidad económica de un país que se sostiene de la impresión de dinero de su banco central. Estamos lejos de la prosperidad de los 60’s y observamos una tendencia a la baja en el crecimiento económico durante los últimos 30 años, con datos consultados en la plataforma Refinitiv.

La solución implementada por la política económica sólo agudiza el problema, los incentivos económicos se han convertido en el problema ya que incentivan la especulación, en una economía que se basa en el consumo y que en las últimas décadas dejó de ser productiva. El cometido de la Reserva Federal al menos en el corto plazo es seguir alimentando a un mercado sobrevalorado.

Las matemáticas no fallan, al menos desde el inicio de los años ochenta un rebote en las tasas de interés puso en jaque a los mercados financieros, teniendo secuelas importantes que desencadenaron las últimas dos crisis financieras, lo interesante es observar la capacidad de respuesta de una Fed que cada vez cuenta con menos argumentos.

El mercado continúa optimista con la postura de Powell y un tesoro estadounidense generoso con casi dos billones en estímulos, no descartamos más subidas en el corto plazo, sin embargo indicadores de mediano y largo plazo nos están sugiriendo señales técnicas negativas, en un entorno de especulación desenfrenada, que por valuaciones ya superó por un gran margen el boom que se presentó en el año 2000.

Sin embargo, la creencia actual son los “nuevos paradigmas” en el mercado y la economía, donde el aumento en la inflación no importa o una criptomoneda surgida de un meme tiene más valor que un activo respaldado.

Humberto Calzada Díaz, economista en Jefe de Rankia Latam.

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