La CNDH y las alcaldías de CDMX atraviesan por desafíos en sus gestiones recientes. Foto: Especial

Redes de Poder: Celos y conflicto en la CNDH

Tensiones políticas en la CNDH provocan renuncias clave, mientras los nuevos alcaldes de CDMX enfrentan críticas

Nota del editor: Respecto al contenido de esta columna, nos hicieron llegar esta réplica, que reproducimos en su totalidad a continuación.

En donde arreció la grilla interna es en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Nos cuentan que Luciana Montaño Pomposo tiene las maletas hechas para salir del organismo. Y es que de ser del grupo cercano al secretario Ejecutivo, Francisco Estrada, ahora ya está en una situación incómoda. Ella estuvo en la Tercera Visitaduría, en la coordinación jurídica, y en la de asuntos financieros.

Nos dicen que todo es una cuestión de celos internos en la CNDH. Cuando se ausentó Estrada Correa, ella consiguió derecho de picaporte a la oficina de la ombudsman Rosario Piedra, al grado de ser una pieza clave. Al regreso de Francisco Estrada ella tenía un papel relevante de acercamiento con la presidenta de la CNDH y de operación política y financiera interna.

Sin embargo, quienes conocen bien a Estrada dicen que le dio un ataque de celos y comenzó a hacer sus movimientos internos para contrarrestar el protagonismo de Montaño Pomposo.

El asunto no termina solo con la salida de la funcionaria sino que se va con ella, en solidaridad, María del Carmen Ojesto Martínez Porcayo, directora general de la Sexta Visitaduría General, por ser su supuesta mentora. Aunque en realidad quien fue su verdadero maestro fue Daniel Ojesto Martínez Porcayo, su asesor de tesis de licenciatura. Así, los enredos de parentesco y celos en la CNDH.

100 días “grises”

Los “nuevos” alcaldes de la Ciudad de México cumplieron también esta semana sus primeros 100 días en el cargo, y aunque hay algunos que ya van dejando su sello, hay quienes lo hacen con claroscuros.

En demarcaciones como Iztacalco, Cuajimalpa y Xochimilco, nos cuentan, no hay mucho aún por destacar, en parte porque dichos gobiernos no han realizado cambios radicales con sus nuevas administraciones, como se esperaba.

Y es que, en el caso de Xochimilco, existía la expectativa de que hubiera un cambio importante después de seis años de José Carlos Acosta; no obstante, no ha sucedido, e incluso, muchos funcionarios de la actual alcaldía, encabezada por Circe Camacho, son “heredados” de administraciones pasadas.

Lo mismo sucede en Iztacalco, que también padeció seis años seguidos de Armando Quintero, pero hasta el momento, la administración de Lourdes Paz no ha podido marcar su propia pauta.

¿Será que los ediles están a la expectativa de lo que se dicte desde el Gobierno capitalino o en los próximos meses ya se delinearán mejor sus proyectos de gobierno?

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