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Árbol que nace torcido…

Este refrán popular bien se puede aplicar al arbitraje mexicano, ya que apenas llevamos dos jornadas y las fallas de los silbantes son recurrentes.

Pero además de ser constantes, se convierten en graves, ya que los equipos que han sido castigados con estas fallas son los involucrados en el descenso y va a ser repetitiva la queja de los técnicos y dirigentes de éstos.

Este refrán popular bien se puede aplicar al arbitraje mexicano, ya que apenas llevamos dos jornadas y las fallas de los silbantes son recurrentes.

Pero además de ser constantes, se convierten en graves, ya que los equipos que han sido castigados con estas fallas son los involucrados en el descenso y va a ser repetitiva la queja de los técnicos y dirigentes de éstos.

Los responsables arbitrales pensaron con la cabeza y designaron, para uno de los partidos más importantes, el Veracruz-Puebla, a un silbante que resultaba incomprensible que no tuviera actuación y que tenían castigado.

Francisco Chacón fue el árbitro y su trabajo lo llevaba muy bien hasta que quiso manejar el partido y ahí se le complicó la situación. Para su fortuna no tuvo consecuencias. Ganó el que jugó mejor y metió los goles.

Donde de plano les fue como en feria fue en el Gallos-UdeG, otro de los involucrados en el descenso, ya que el silbante Miguel Ángel Flores, de poca actividad el torneo anterior, evidenció su escaso nivel. Con un penalti que solamente él vio puso a temblar a los Leones Negros que se sintieron gravemente perjudicados.

Paul Delgadillo, silbante de la pasada Final, al parecer “no sale del pozo” al que cayó desde ese partido y en el Cruz Azul-Santos tuvo un trabajo de criterio diferente, ya que ante faltas iguales, su decisión fue distinta.

Y en donde se vio la mano federativa y arbitral fue en el Chivas-UNAM, ya que le anulan un gol a Pumas por un fuera de juego inexistente de Darío Verón, cuando le envían el centro, él estaba en línea con sus adversarios. 

Dos jornadas y ya hay mucho para comentar.

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REGLA5 Pánico a las expulsiones

Señalar que el arbitraje de la Liga MX está mal, es decir una perogrullada; o sea, es tan evidente que hasta un ciego lo vería.

La jornada anterior fue el miedo a sancionar faltas con penal, y señalábamos que era ahí, al Penal, a donde deberían enviar a los silbantes que no se atreven a sancionar las faltas.

En esta jornada ya no fue tanto eso, sino que ahora el pánico fue mostrar tarjetas rojas a los jugadores violentos que, aprovechando la ineptitud de algunos, se surten con la cuchara grande y reparten leña por todo el terreno de juego.

REGLA5 Que los castiguen con un penal

En las reglas del juego existe una, la regla 14, que sanciona las faltas del defensor dentro de su área con tiro penal. Bueno pues con eso deberían sancionar a los silbantes, con penal, que no se atreven a marcar faltas flagrantes cometidas y más cuando influyen en el resultado.

Siguen pasando las jornadas y la mejoría en el nivel de técnica arbitral continúa esperándose, no se ve un cambio radical, es más, ni un cambio gradual de mejora, simplemente se sale a cumplir el trabajo y eso ya es mucho.

REGLA5 La mejoría en el limbo

Las jornadas pasan y la mejoría en el aspecto arbitral sigue en el limbo.

Se pudiera esperar un repunte si el problema en el nivel de los silbantes pasara porque muchos son árbitros de poca experiencia y escasa actividad, pero el mal está presente en novatos y consagrados.

Francisco Chacón, de lo mejor en México, realizó un trabajo muy malo en el Cruz Azul-Guadalajara. Dejó que jugadores de ambos equipos repartieran leña por todo el terreno de juego y ni por arte de magia mostró alguna tarjeta que metiera disciplina al partido.