¿Una cumbre con resultados?

La desnuclearización de Corea del Norte es el tema principal del encuentro entre Donald Trump y Kim Jong Un. La pluralidad política de Estados Unidos y las exigencias del gobierno norcoreano pueden ser un obstáculo para lograr un acuerdo sobre la desactivación del programa de seguridad

La segunda cumbre entre el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un se realiza el miércoles y jueves de esta semana en Hanoi, capital de Vietnam. El tema principal del encuentro es la desnuclearización de Corea del Norte. Los dos gobiernos son optimistas y esperan resultados concretos después de la reunión, sin embargo, pueden surgir problemas en los detalles de la negociación.

Especialistas en la península coreana comentan que las dos naciones están dispuestas a dialogar, pero la desnuclearización del país asiático todavía está lejos debido a que el gobierno de Estados Unidos y el del Corea del Norte difieren en las características del proceso para eliminar el programa nuclear norcoreano.

“El reto es que lleguen a un punto medio en el que se otorguen las garantías que quiere Corea del Norte y se establezcan fases concretas con tiempos, especificaciones y verificación internacional”
Jorge Suárez CamperoMiembro y fundador del Círculo Mexicano de Estudios Coreanos

El también internacionalista detecta que las dos partes tienen puntos de acuerdo, por ejemplo, el gobierno de Corea del Norte quiere negociar la eliminación del programa nuclear como pide Estados Unidos.

Sin embargo, Kim Jong Un pide ciertas garantías para comenzar con el proceso de desnuclearización, tales como seguridad, es decir, que Estados Unidos se comprometa a no invadir territorio norcoreano ni a atentar en los asuntos internos del país, iniciar un proceso de normalización en las relaciones diplomáticas entre las dos naciones y comenzar intercambios comerciales.

Suárez Campero agrega que Corea del Norte cambió su actitud sobre la desactivación de su programa nuclear desde la cumbre en Singapur. El gobierno norcoreano se mantuvo pasivo desde entonces y ya no responde a las provocaciones de Estados Unidos como en años anteriores.

No obstante, las exigencias de Corea del Norte se enfrentan con la pluralidad política de Estados Unidos. Suárez Campero comenta que en el país norteamericano existe una línea dura de funcionarios que no confían en el régimen norcoreano y por lo tanto no quieren comenzar un proceso de desnuclearización porque consideran que el país asiático lo puede interrumpir a conveniencia. Uno de los hombres fuertes que sigue esta vertiente es John Bolton, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.

“Para ellos la única manera de dialogar con Corea del Norte es exigir una desnuclearización inmediata. Es una posición muy difícil de conseguir porque el programa nuclear es el sostén de la seguridad norcoreana. Es una herramienta disuasiva que permite que no los invadan y es una moneda de cambio que utilizan para obtener beneficios económicos y cooperación”, explica el internacionalista.

No obstante, en la política estadounidense también hay una línea conciliadora o suave. De acuerdo con Suárez Campero, políticos como el secretario de Estado Mike Pompeo piensan que Corea del Norte puede cumplir con un proceso paulatino de desnuclearización.

El internacionalista considera que Trump no se encuentra dentro de ninguna de las dos vertientes porque su visión no es política, sino pragmática y proviene de su pasado como empresario.

“Trump quiere desligarse. Él es un hombre práctico que no piensa en los cálculos políticos, sino en la efectividad económica que pudiera tener un acuerdo con Corea del Norte y empezar a desligarse poco a poco del compromiso de la seguridad de Corea del Sur”, comenta el miembro fundador del Círculo Mexicano de Estudios Coreanos.

El especialista menciona que el presidente de Estados Unidos también quiere un acuerdo concreto porque piensa en su reelección y quiere un triunfo político internacional previo a los comicios de 2020.

En este sentido, en la víspera de su salida a Vietnam, Trump dijo en Washington que creía que Kim Jong Un y él estaban en sintonía y que habían desarrollado una buena relación.

“No tengo prisa. No quiero apresurar a nadie”, dijo el republicano, luego de señalar en Twitter que todo depende de que el presidente Kim tome una sabia decisión.

Además, Trump elogió al líder norcoreano desde el domingo al asegurar que si se deshace de las armas nucleares puede convertir a su nación en una de las grandes potencias económicas del mundo.

“El presidente Kim sabe, quizá mejor que nadie, que sin armas nucleares, su país podría convertirse rápidamente en una de las grandes potencias económicas en el mundo”, afirmó el presidente en su cuenta de Twitter.

Como parte de la línea suave que describe el especialista, Pompeo se reunió dos veces con Kim Jong Un previo a la cumbre y aseguró que es optimista sobre el resultado del encuentro.

“Soy muy optimista en cuanto a las posibilidades de éxito”, dijo. Sin dar muchos detalles destacó que Estados Unidos está dispuesto a aportar a Corea del Norte garantías de seguridad únicas, diferentes de las propuestas hasta ahora, a cambio de una desnuclearización completa, comprobable e irreversible.

En el mismo sentido, el hombre clave estadounidense sobre Corea del Norte, Stephen Biegun, y su contraparte asiático, Kim Hyok Chol, mantienen conversaciones desde hace días a nivel de trabajo en Hanoi para preparar el camino de los líderes para el desarme nuclear y la posibilidad de un acuerdo de paz en Corea del Norte

En un despacho sobre el viaje del líder norcoreano, la agencia de prensa norcoreana KCNA se refirió a la llegada de una “nueva era” a partir de la cumbre. El medio también confirmó que en la agenda del encuentro está la desnuclearización y un mecanismo para que haya una paz permanente y duradera en la península coreana.

Primera reunión

Los dos líderes se reúnen ocho meses después de su histórica cumbre en Singapur, la primera entre un presidente estadounidense en el cargo y un líder de Corea del Norte.

El país asiático realizó su sexta y última prueba nuclear en septiembre de 2017 y efectuó su última ensayo de un misil balístico continental en noviembre de 2017.