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Un crítico digno de un Nobel

Un disidente encarcelado en Bielorrusia. Una bloguera cubana, activista de la libertad de expresión en la isla. Un defensor de los derechos humanos en Rusia. Y un académico estadounidense que ha sido una influencia en la organización de protestas pacíficas en Medio Oriente...

Esas eran las cartas fuertes que se barajearon hasta la tarde de ayer, a unas horas de darse a conocer el ganador o la ganadora del Premio Nobel de la Paz. 

Un disidente encarcelado en Bielorrusia. Una bloguera cubana, activista de la libertad de expresión en la isla. Un defensor de los derechos humanos en Rusia. Y un académico estadounidense que ha sido una influencia en la organización de protestas pacíficas en Medio Oriente…

Esas eran las cartas fuertes que se barajearon hasta la tarde de ayer, a unas horas de darse a conocer el ganador o la ganadora del Premio Nobel de la Paz. 

Pero dentro de las 231 personas y organizaciones nominadas para este año, nombres que por cierto se mantienen en completo secreto, hacía falta el factor mexicano. 

Y cómo no, si de algo se habló a nivel internacional en la recta final de la administración del presidente Felipe Calderón, fue de la violencia desatada por la guerra que libran las  fuerzas del orden mexicanas y los cárteles de la droga. 

Como defensor de las poblaciones más desfavorecidas de la llamada guerra contra las drogas, el obispo José Raúl Vera Lopez figuró ayer como uno de los favoritos de los expertos en el tema de las designaciones del Nobel de la paz. 

Asle Sveen, historiador noruego y experto en el tema, dijo que el obispo Raúl Vera era su candidato favorito. Además, Sveen recalcó que “hace mucho tiempo” que no gana alguien de América Latina. 

Desde Rigoberta Menchú en 1992, ningún otro latinoamericano ha sido galardonado con esa distinción, a pesar de que en el continente se han desatado conflictos que han necesitado de la mediación o el activismo de organismos y personalidades, defensores de los derechos humanos y la libertad de expresión.

El nombre de Raúl Vera   apareció entre los favoritos por, entre otras cosas, tener una “conexión noruega”, algo a considerar cuando es el Comité Nobel de Noruega quien designa al ganador del Nobel de la paz.

El obispo de Saltillo, Coahuila, ya había sido reconocido en Noruega en 2010 cuando se le entregó el Premio Thorolf Rafto por “su lucha por los derechos humanos y la justicia social”. 

“Es un crítico inflexible del abuso de poder y un valiente defensor de los migrantes, los pueblos indígenas y otros grupos en situación de riesgo en la sociedad mexicana”, así lo describió la Fundación Rafto para los Derechos Humanos, organismo que entrega ese reconocimiento.

Ales Bialiatski (Bielorrusia) 

El activista bielorruso podría sorprender este año. Es reconocido por su lucha a favor de los derechos humanos. Participó en protestas anti-soviéticas desde los 80. En 2005 ganó el premio Homo Homini, de “People we need”.

Gene Sharp (Estados Unidos)

Los textos del académico han servido como inspiración para las manifestaciones pacíficas en Medio Oriente. Pero es que es el único estadounidense y el año pasado ganó un compatriota suyo, el presidente Barack Obama. 

La Unión Europea

Aunque los últimos años no han sido los mejores para zona euro, el comité podría otorgarle el premio a la Unión Europea, por su lucha a favor de la integración en la región y su rol positivo en motivar reformas democráticas.

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