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¿Ha matado al Partido Republicano?

Era el partido de los ricos, y lo ha convertido en el bastión de la clase obrera. Si era la formación política del establishment y del statu quo, ahora es el de la revuelta. Si reunía a los “temerosos de Dios”, en la actualidad, su principal portavoz, es un hombre dos veces divorciado, encargado de casinos, que jura, insulta y miente. Entonces, ¿ha matado Donald Trump al Partido Republicano?

 

26
millones de estadounidenses han votado por adelantado por su candidato favorito
La encuesta de ABC-Washington Post da la ventaja a Donald Trump frente a Hillary Clinton, con más de 1.9 puntos por encima de la media de las encuestas compiladas por RealClearPolitics 

Era el partido de los ricos, y lo ha convertido en el bastión de la clase obrera. Si era la formación política del establishment y del statu quo, ahora es el de la revuelta. Si reunía a los “temerosos de Dios”, en la actualidad, su principal portavoz, es un hombre dos veces divorciado, encargado de casinos, que jura, insulta y miente. Entonces, ¿ha matado Donald Trump al Partido Republicano?

 

No hay duda de que el magnate ha revolucionado la imagen del Grand OId Party rompiendo con la tradición intelectual del conservadurismo estadounidense. Pero, ¿es el Trumpismo un nuevo futuro para el partido republicano o es, más bien, un acercamiento a la ultraderecha europea? 

 

Entramos en una nueva era de nacionalismos, y no solo en EU, también en Francia, Alemania y Reino Unido. Donald Trump no es el único en hablar de muros cuando se trata de inmigración. 

 

Inglaterra, de hecho, ya inició la construcción del suyo en su frontera con Francia. Este proyecto de muro también está en las intenciones del Primer Ministro húngaro Viktor Orban, en respuesta a la crisis de refugiados. 

 

Teniendo en cuenta que el próximo año hay elecciones en Francia, donde el partido de ultraderecha de Marine Le Pen es la segunda fuerza política del país; o en Alemania, donde avanza la ultraderecha por el voto de castigo a la Canciller y su política migratoria, Trump es solo uno más de entre un grupo de personalidades de la extrema derecha que fascinan a la población a escala mundial.

 

En ese sentido, la posible victoria del candidato republicano a la elección presidencial estadounidense ya estremece a los mercados financieros, y en particular a Nueva York.

 

La encuesta de ABC-Washington Post da la ventaja a Donald Trump frente a Hillary Clinton, con más de 1.9 puntos por encima de la media de las encuestas compiladas por RealClearPolitics. 

 

Wall Street ya entró en pánico. Londres, Frankfurt y París también. ¿Y si el republicano Donald Trump gana las elecciones del 8 de noviembre y se instala en la silla de Barack Obama?

 

Un espectáculo insólito

 

Por primera vez en décadas, los estadounidenses más ricos votarán masivamente por el Partido Demócrata. Y de acuerdo a un estudio hecho por Ipsos, y citado por The New York Times, el 45 por ciento de los votantes que reciben ingresos por encima de los 100 mil dólares anuales se pronuncian a favor de Hillary Clinton.  

 

Mientras que el 25 por ciento lo hace por Trump. Y cuanto más alto montemos en la escala de la riqueza, más unánime se hace el voto hacia Clinton.

 

Hace tiempo que una buena parte de la clase obrera blanca ha abandonado a su formación original, el Partido Demócrata. Y ahora son representados por un riquísimo promotor inmobiliario, rey de los clubs de golf y hoteles de lujo, tramposo del fisco, que culpa a la globalización, que a él lo hizo multimillonario, de las desgracias de Estados Unidos. 

 

En ese sentido, Trump ha reescrito, en parte, la nueva cara republicana: asumió el proteccionismo comercial, la idea del Estado fuerte y con una diplomacia aislacionista, la “lucha armada” contra la inmigración, entre otros. Pero añadiendo su toque personal: comentarios despectivos sobre las mujeres, los mexicanos, los negros y las personas con discapacidad.

 

Giros que cambiarían el resultado

 

A menos de una semana de la fecha límite de votación, 26 millones de estadounidenses han votado por adelantado por su candidato favorito.

 

Desde la apertura de la votación temprana, que comenzó 45 días antes de la elección del 8 de noviembre en algunos estados, muchas cosas han cambiado en el país. 

 

El FBI reabrió la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton y Donald Trump 

comenzó a subir en las encuestas.

 

Estados como Minnesota, Wisconsin, Michigan, Pennsylvania, Connecticut, Louisiana y Nueva York, poseen un dispositivo que podría permitir a los votantes cambiar de último momento su elección. 

 

Donald Trump ha decidido aprovechar esta oportunidad para pedir a los electores que voten de nuevo. Una llamada que emite justo a tiempo, ya que para cambiar el voto los electores deben solicitar la cancelación al menos una semana antes del 8 de noviembre. 

 

El candidato republicano está centrando toda su energía en los llamados “swing states”, o estados indecisos, aunque la victorias en estos territorios probablemente no sean suficientes para despejar su camino.

 

Clinton, de hecho, tiene una cómoda ventaja en términos de votos de grandes electores, que componen el Colegio Electoral.

 

Son estos grandes electores los que atribuyen la totalidad de los votos a uno de los candidatos, y los que finalmente designan formalmente a la persona que va a suceder a Barack Obama. Los demócratas, en efecto, dominan en la mayor parte de los estados más poblados y que proporcionalmente importan más.

 

Por el contrario, Donald Trump debería ganar absolutamente todos esos “swing states”, para poder encaminarse a la Casa Blanca. 

 

No obstante, si antes del anuncio sorpresa del FBI, Trump tenía problemas en Florida y estaba empatado con Clinton en Ohio, tras el e-mailgate de Clinton, parece haber recuperado un poco de ventaja, según el promedio de intenciones de voto calculada por el sitio web RealClearPolitics.

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