Indecisa y vendedora de ilusiones

Ni el Brexit será suave, ni el Reino Unido gozará de los mismos beneficios una vez fuera.

No obstante, los parlamentarios británicos ya votaron por la puesta en marcha del artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que marca el inicio de las negociaciones formales de divorcio entre el Reino Unido y los países europeos del bloque.

Esta es la primera vez que los parlamentarios expresan su apoyo rotundo sobre el artículo 50.

Y el apoyo general fue abrumador –461 a favor y 89 en contra–,aunque tanto laboristas como nacionalistas escoceses votaron mayoritariamente al “no”.

La salida de Rogers es un golpe al Reino Unido, previo a las negociaciones sobre su salida de la UE” 
Simon Fraser,ex jefe del servicio diplomático

Ni el Brexit será suave, ni el Reino Unido gozará de los mismos beneficios una vez fuera.

No obstante, los parlamentarios británicos ya votaron por la puesta en marcha del artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que marca el inicio de las negociaciones formales de divorcio entre el Reino Unido y los países europeos del bloque.

Esta es la primera vez que los parlamentarios expresan su apoyo rotundo sobre el artículo 50.

Y el apoyo general fue abrumador –461 a favor y 89 en contra–,aunque tanto laboristas como nacionalistas escoceses votaron mayoritariamente al “no”.

Sin embargo, hay una sola condición para que los diputados den luz verde para comenzar las negociaciones: exigen que la Primera Ministra presente su estrategia de negociación antes de activar el artículo 50.

Pero a seis meses de haber tomado las riendas de las negociaciones de separación de la Unión Europea, Theresa May no solo no tiene un proyecto claro, sino que la reciénte dimisión de su embajador frente a la UE, Sir Ivan Rogers –experto en los asuntos europeos y principal negociador de la salida–, fue un fuerte revés para la manera en que su administración está llevando las conversaciones.

Ante los ojos de Simon Fraser, ex jefe del servicio diplomático, cuyas palabras fueron retomadas por The Guardian,“la salida de Rogers es un golpe al Reino Unido, previo a las negociaciones sobre su salida de la UE.

“Creo que su conocimiento y su profunda experiencia, representan una pérdida en lo que prometen ser negociaciones particularmente complejas”, sugirió el diplomático.

Un día después al shock de la renuncia de su embajador, la prensa británica se dividió sobre las consecuencias de su partida. La revista The Economist ya bautizó a la líder como “Theresa Maybe, la ministra indecisa del Reino Unido”.

‘La revolución silenciosa’

Entre aires de nacionalismo y celosa soberanía tras la victoria del Brexit, May en su discurso de investidura se refirió al referéndum como una “revolución silenciosa” de la gente “que no quiere seguir siendo ignorada”.

Medio año después en el cargo: hay poco que ver sobre la supuesta “revoluciónsilenciosa de May”.

La estrategia para el Brexit, que se debe desencadenar en menos de tres meses, permanece indefinida y en los términos más vagos, además de parecer cada vez más caótica.

El debate sobre la transformación de la sociedad y el replanteamiento del modelo económico han producido sólo propuestas tímidas, muchas de las cuales ya fueron modificadas o retiradas.

¿Resultados?

Como asegura The Economist, “después de seis meses es difícil nombrar una política de firma única, que sea fácil de citar”.

Aunque sí hay algunas, por ejemplo: la promesa tonta de enlistar a las empresas que contratasen trabajadores extranjeros para castigarlos: “un plan terrible que duró menos de una semana”, apunta el medio. Y los rumores de la independencia del Banco de Inglaterra también fueron silenciosamente olvidados.

Otros reveses que desgataron a la Primera Ministra fueron la construcción de una nueva planta nuclear en Hinkley Point, que primero fue puesta en duda, para después ser aceptada, y una nueva pista en el aeropuerto de Heathrow, que fue casi aceptada, luego aplazada hasta una votación parlamentaria el próximo año.

“May debe decidir cuáles son en realidad las grandes promesas de su gobierno”, asegura el medio británico, “el hecho de que cada política pública agonice en Downing Street, sumado al secretismo sobre el Brexit y el silencio sobre los planes más amplios del gobierno para Gran Bretaña apuntan al mismo problema: Theresa Maybe (tal vez) no sepa realmente lo que quiere”, concluye la publicación.

El gobierno en la vergüenza

La sorpresiva renuncia de su embajador ante la UE representa un serio revés para May, y un momento vergonzoso para su administración.

A pocos días de un discurso en el que se compromete a indicar, finalmente, sus objetivos, la Primera Ministra ve al actor más experimentado del equipo Brexit, abandonar el barco, diciendo que su gobierno no tenía un plan de salida claro.

Aunque hábilmente intentó ocultarlo, designando al día siguiente a su sucesor, Tim Barrow, ex embajador en Moscú, el nombramiento tenía como objetivo “limitar rápidamente el daño” causado por la dimisión de su predecesor, el Times apunta que si bien “la capacidad de negociación de Barrow es sólida”, no deja de ser un experto en Rusia, más que en Europa.