En Líbano comenzaron a protestar por los impuestos

También en Líbano hay protestas y enfrentamientos

Los libaneses comenzaron a protestar por los impuestos a las llamadas realizadas con aplicaciones. Esta medida fue el impulso para que pidieran la renuncia de su clase política

No solo hay protestas por los malos gobiernos y las dificultades para acceder a derechos básicos en América Latina. Miles de personas también se lanzaron a las calles en Líbano durante la última semana para mostrar su descontento con una nueva medida de gobierno, la corrupción y la situación económica del país.

La moneda local se devaluó frente al dólar estadounidense por primera vez en dos décadas

Las manifestaciones comenzaron después de que el Ejecutivo anunció la aplicación de un impuesto a las llamadas telefónicas hechas a través de WhatsApp, Facebook Messenger y FaceTime.

La iniciativa consistía en imponer un impuesto diario de 0.20 dólares por realizar este tipo de llamadas. Como respuesta, de forma inmediata se desataron protestas y hubo enfrentamientos violentos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Los choques entre el Ejército libanés y los civiles en regiones del centro del país ocasionaron más de 20 heridos, informó la Cruz Roja libanesa.

La medida sobre las llamadas formaba parte de una serie de iniciativas políticas tomadas por el primer ministro, Saad al-Hariri, para enfrentar la crisis económica que atraviesa el país.

Después de los enfrentamientos violentos, el gobierno retiró la propuesta del impuesto, pero las manifestaciones no se detuvieron.

Al contrario, la protesta inicial se convirtió en un impulso para que los ciudadanos reclamaran el mal manejo de la crisis económica en el país y la falta de empleo.

Los manifestantes también salen a las calles por la corrupción generalizada, los deficientes servicios públicos en el país, la injusticia, la pobreza, el robo y el saqueo, así como por las carencias en el sistema de salud y de educación.

La situación económica en Líbano empeoró en las últimas semanas: la moneda local se devaluó frente al dólar estadounidense por primera vez en dos décadas.

El país de Medio Oriente también soporta uno de los niveles de deuda pública más altos del mundo. En la actualidad representa 86 mil millones de dólares, cifra equivalente a más del 150 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

86 mil
millones de dólares en deuda pública

Su economía está estancada. El crecimiento real del PIB fue apenas de 0.2 por ciento en 2018 y se estima que entrará en un crecimiento negativo de -0.2 por ciento en 2019, según el Banco Mundial.

Los libaneses también denunciaron en redes sociales que, por la falta de fondos, el Gobierno no ha usado helicópteros que compró en 2009 para luchar contra los incendios que afectaron al territorio.

Ante estas situaciones, cientos de miles de personas se congregaron en la capital y otras ciudades el domingo en unas de las mayores manifestaciones que se recuerdan en Líbano desde hace años.

Los participantes exigían la renuncia de sus líderes y en muchos lugares coreaban las palabras “¡revolución, revolución!”.

Los libaneses no piden la dimisión exclusiva del actual primer ministro, sino de toda la clase dirigente del país que durante las últimas tres décadas se ha alternado el poder en la región.

El reclamo es porque, por ejemplo, la clase política no ha conseguido que la población tenga 24 horas continuas de electricidad y que no haya que racionar el agua 29 años después de que finalizó la guerra.

Uno de los aspectos más llamativos es que las manifestaciones trascendieron las divisiones en Líbano y sectores muy diversos de la población participan en las movilizaciones.

Líbano tiene un sistema político diseñado para equilibrar el poder entre los principales grupos religiosos del país, pero ninguno de los diferentes partidos ni líderes pudo librarse de la crítica en las protestas.

De acuerdo con AFP, las manifestaciones en Líbano contra las autoridades ganaron fuerza el miércoles. Tras varios días de protestas, cientos de personas se agolparon en las calles y levantaron barricadas con vallas, neumáticos, bidones y coches por todas partes.

Los manifestantes también entablaron conversación con los militares. Las personas agitaron banderas libanesas, corearon el himno nacional o canciones tradicionales y repartieron flores a los agentes.

Sin embargo, la policía intentó dispersar por la fuerza a un grupo de manifestantes en Nabatiyé, algunos de los cuales resultaron heridos, según la Agencia Nacional de Información (ANI).

Respuesta del gobierno de Líbano

En respuesta a las movilizaciones, el gabinete de gobierno se reunió este lunes para aprobar reformas destinadas a detener las protestas.

Las medidas destinadas a reducir el gran déficit incluyen el recorte de los salarios de los políticos a la mitad y ayuda financiera para las familias más pobres

El primer ministro había amenazado con renunciar si no se aprobaban las nuevas iniciativas. En una intervención televisada, Hariri aseguró haber escuchado a los manifestantes.

“Estas decisiones no están diseñadas como un intercambio. No son para pedirles que dejen de expresar su ira. Esa es una decisión que ustedes deben tomar”, declaró.

“Su movimiento es lo que condujo a las decisiones que están viendo hoy”, reconoció. Días antes, declaró que Líbano estaba pasando por un momento difícil y sin precedentes en la historia del país.