El conflicto entre Ron DeSantis y Walt Disney World Resort se da en un contexto en el que el gobernador busca llegar a las elecciones presidenciales. Foto: Especial

Ron DeSantis vs Disney: Una disputa sin próxima solución

Desde hace un año, el gobernador de Florida ha tenido diferencias con la empresa de entretenimiento por el nulo respaldo a sus políticas como “Don’t say gay”; una situación que especialistas prevén no llegue a una solución, perjudicando la imagen política del republicano

Continúan las diferencias entre el gobernador de Florida, Ronald DeSantis, y Walt Disney World Resort.

La empresa de entretenimiento demandó al republicano por la toma estatal de los terrenos donde se encuentran los parques de atracciones.

Disney argumentó que con la toma de algunos de sus terrenos DeSantis ponía en riesgo el futuro económico en la región, debido a que el parque de diversiones es una de las principales atracciones de turismo del estado y del país, y violaba los derechos constitucionales de la compañía.

El gobernador decidió tomar parte del territorio de Walt Disney World Resort como medida de represalia por no respaldar una de sus principales reformas: la Ley estatal que prohíbe a las escuelas enseñar sobre temas de orientación sexual e identidad de género, llamada socialmente “Don’t say gay”.

Cuando se dio a conocer el impulso de esa ley, el parque de diversiones declaró que retiraría los donativos políticos al Partido Republicano de Florida al ver que gran parte de sus empleados se manifestaron contra la propuesta de reforma.

La estrategia: Revertir el gobierno propio de Disney

Ante las acciones de la empresa de entretenimiento, el gobernador exhortó a la legislatura de su estado, con mayoría republicana, a revertir la fórmula de gobierno propio que tiene Disney desde los años 60.

Con esa ventaja, desde 1967 Disney se volvió el único responsable de tomar las decisiones de cuántos impuestos debe cobrar, cómo se invierten, la seguridad y la energía de su territorio, haciendo a un lado el poder del gobierno estatal.

DeSantis también designó a una junta de supervisores para vigilar todas las acciones que realizaba la compañía, pero no esperó que Disney llegara a un acuerdo con los encargados para quitarles el poder; una acción que el republicano calificó como “ilegal”.

A la fecha, el político sigue ideando nuevas estrategias contra Disney por desacatar sus políticas. Entre otras cosas, el mandatario planea mejorar la supervisión estatal de las atracciones y hasta construir una prisión en las inmediaciones del parque.

“El reino corporativo de Disney ha terminado”, dijo DeSantis en una de sus últimas declaraciones en torno a las diferencias con la compañía.

Sobre este conflicto, la maestra Raquel Saed, especialista en política y medios de Estados Unidos, considera que es muy poco probable que se llegue a una solución debido al apoyo monetario que hay detrás del gobernador.

“DeSantis tiene mucha gente que lo apoya y mucho dinero alrededor. Considero que en la política se refleja el apoyo que cada uno tiene por la cantidad de dinero que le invierten”, agrega la también docente de la Universidad Iberoamericana.

En esa medida, sólo si el republicano va careciendo de respaldo económico su postura podría moderarse y reconsiderar las represalias contra Disney. De lo contrario, sus señalamientos contra la compañía irán en aumento.

Un golpe para la candidatura de DeSantis

El conflicto entre Ron DeSantis y Walt Disney World Resort se da en un contexto en el que el gobernador busca llegar a las elecciones presidenciales de Estados Unidos a finales de 2024.

Sin embargo, con ese conflicto puede que disminuya su apuesta para las generales, de acuerdo con la maestra Saed.

“Considero que es un error tremendo (haberse metido con Disney) (…) DeSantis trató de aplicar la misma estrategia que Donald Trump de estar en todos los medios de comunicación al mismo tiempo, pero a diferencia del gobernador al expresidente sí le ha funcionado”, puntaliza.

En caso de que DeSantis no logre llegar ni a las elecciones primarias por sus enfrentamientos políticos, aún hay otras figuras republicanas que están apostando por competir contra Trump.

Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lanzó su candidatura en febrero pasado.

Durante su discurso de lanzamiento, la republicana aseguró que era hora de una nueva generación de liderazgo para asegurar la frontera estadounidense y la cuestión fiscal de su país, por lo que pidió el respaldo de los electores.

A su vez, Ted Cruz, senador por Texas, también ha expuesto sus intereses en competir por la presidencia. Entre sus propuestas están incrementar los empleos y hacer que los estadounidenses gasten menos en la compra de boletos para conciertos y eventos deportivos.

Mike Pence, exvicepresidente de la Unión Americana durante el periodo de Trump, es otra de las figuras que resaltan en el Partido Republicano para gobernar el país.

A finales del año pasado, Pence dijo que el pueblo estadounidense estaba buscando un nuevo liderazgo que les diera altos ideales y respeto, no como su antiguo compañero.

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