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El retorno del fantasma ultranacionalista

Las manifestaciones recientes en Alemania demuestran que el ultranacionalismo todavía radica en este país. Prevalece en algunos de sus ciudadanos y políticos que persiguen a extranjeros, saludan como Adolf Hitler y critican las políticas migratorias de Angela Merkel

El fantasma ultranacionalista salió a las calles de Alemania a partir de la muerte de Daniel H. en una supuesta pelea con extranjeros, pero desde hace meses el pensamiento xenófobo también se encuentra en el parlamento nacional.

Como respuesta al fallecimiento del joven, ciudadanos, entre ellos personas que se consideran neonazis, tomaron las calles de Chemnitz, ciudad en el este del país, y llamaron a la caza de extranjeros desde el domingo pasado.

Después de enterarse de la muerte del joven de 35 años, el grupo de extrema derecha Pro Chemnitz convocó en Facebook a mostrar “quién mandaba realmente en la ciudad”.

Unas 800 personas atendieron el llamado de la organización el domingo y pronto comenzaron a atacar o perseguir a quienes consideraban extranjeros.

Un día después, miles de personas se reunieron en el centro de la misma ciudad en dos manifestaciones opuestas: la convocada por el colectivo de extrema derecha, a la que fueron unas 6 mil personas, y la organizada por la izquierda, a la que asistieron mil 500 ciudadanos.

Las primeras protestas provocaron más de 20 heridos. Hasta ahora uno de los casos más graves es la agresión contra un joven sirio de 20 años, víctima de insultos xenófobos y golpes por parte de tres personas en Wismar, en el norte de Alemania, este miércoles

En Chemnitz, los manifestantes acusan a los migrantes de protagonizar gran parte de los crímenes que se cometen en la ciudad.

Es importante señalar que el odio contra extranjeros no comenzó el fin de semana. Desde hace meses el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que tiene espacios en el parlamento, ataca a la canciller Angela Merkel por su política migratoria.

AfD le reprocha ser responsable del aumento de la criminalidad en Alemania después de la entrada de más de un millón de migrantes en el país en 2015 y 2016, aunque las estadísticas oficiales no confirman semejante aumento de delitos.

En ese sentido, Alexander Gauland, el dirigente de AfD, apoya las manifestaciones ultranacionalistas.

“Es normal que la gente esté harta de la situación actual. La migración destruye la sensación de que se puede confiar en los vecinos”, declaró Gauland al diario Die Welt.

Después de estas declaraciones y tras las manifestaciones organizadas el lunes, cerca de un millar de personas se concentró ayer de nuevo en Chemnitz al grito de “nosotros somos el pueblo”, “queremos que nos devuelvan nuestro país” y “prensa mentirosa”.

En las fotos de esta protesta, se puede ver a un manifestante que sostiene una pancarta en la que se lee “Si mandan burros y ovejas, Chemnitz se convierte en un enclave africano”. Al lado de la frase se observa un dibujo que representa a una persona negra. Ese es el discurso que predomina en las manifestaciones.

La protesta del jueves convocada por Pro Chemniz y en la que no participó el partido extremista AfD era junto al estadio de fútbol de la localidad.

El partido no se sumó a la marcha, sin embargo, indicó a sus militantes que podían acudir a título personal, según explica Tino Scheegass, portavoz de AfD en Chemnitz.

“Los ciudadanos tienen la sensación de que las autoridades no pueden protegerlos. Las protestas nacen de un sentimiento de inseguridad y en contra de la política de refugiados de Merkel. La gente está enfadada y protestar en la calle es un derecho legítimo”, comenta Scheegass.

Aunque comparten objetivos, la plataforma ciudadana Pro Chemnitz y el partido no pretedender unir fuerzas. AfD convocó a su propia marcha para el próximo sábado e invitó a Pegida, el movimiento ultranacionalista y xenófobo de Dresde.

“No trabajamos juntos en el ayuntamiento ni nos coordinamos, pero sí tenemos objetivos similares”, explica Scheegass.

Retoman símbolos nazis

Durante las primeras protestas, los ultranacionalistas incluso retomaron el saludo de Adolf Hitler. Hasta el momento, la policía alemana investiga diez casos de personas que hicieron el saludo hitleriano y exhibieron otros símbolos nazis en las protestas.

Hacer el saludo nazi es un delito recogido en el Código Penal alemán. Desde la Segunda Guerra Mundial, Alemania, Austria e Italia prohibieron cualquier exhibición de símbolos que invocaran su pasado nacionalsocialista.

Complicidad de los policías

Por otra parte, diversas autoridades alemanas criticaron el pasado miércoles a la policía del estado Sajonia, después de que el grupo Pro Chemnitz difundiera en internet la orden de detención de un sospechoso del asesinato ocurrido en Chemnitz.

La orden de detención que incluía datos personales como el nombre completo y la dirección del sospechoso circuló por las redes sociales junto a llamadas a la “caza del asesino”. Esta filtración puso en evidencia vínculos entre la policía y los radicales

“Debe quedar claro que no se seguirán tolerando ciertas cosas en la policía. No es posible que haya agentes que piensen que pueden filtrar cosas cuando saben perfectamente que están cometiendo un delito. Tenemos un gran problema que solucionar, es un acto lamentable”, dijo Martin Dulig, vicepresidente de Sajonia.

Reacción de Merkel

La respuesta a las protestas llegó desde las esferas más altas. La canciller Angela Merkel condenó el lunes pasado los actos violentos que han puesto en guardia a Alemania.

“Hemos visto persecuciones xenófobas colectivas, odio en la calle y eso no tiene nada que ver con el Estado de derecho”
Angela MerkelCanciller de Alemania

Detenidos

Por otra parte, la policía detuvo a dos sospechosos por la muerte de Daniel H., un sirio y un iraquí acusados de haber actuado tras una pelea verbal.

El acusado iraquí es un migrante que llegó en 2015 a Alemania procedente del Kurdistán, pidió asilo y tiene varias condenas sobre su espalda por violencia y posesión de drogas.

Además, en este contexto, el político alemán Thilo Sarrazin presentó oficialmente este jueves su libro OPA hostil – Cómo el islam frena el progreso y amenaza a la sociedad, que ya encabeza las listas de ventas en Amazon.

“Nuestra cultura y nuestra sociedad sólo pueden protegerse deteniendo la migración de musulmanes”, menciona la descripción del libro en Amazon.

Las recientes manifestaciones demuestran que el fantasma del ultranacionalismo está en diferentes sectores de Alemania. El pensamiento xenófobo no sólo radica en pequeños grupos que se comunican por las redes sociales, sino también en políticos, la policía y hasta en nuevas publicaciones.