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‘Pinochet, muera tu herencia’

Un cartel colgado de los muros de Londres 38, antiguo centro de detención y tortura en el que murieron o desaparecieron 96 personas durante la dictadura militar chilena, proclama “Pinochet, muera tu herencia”.

Sin embargo, ese legado dista mucho de haber muerto. 

Los seguidores del general Augusto Pinochet programaron para el domingo su concentración más grande desde que el militar falleciera en 2006.

Un cartel colgado de los muros de Londres 38, antiguo centro de detención y tortura en el que murieron o desaparecieron 96 personas durante la dictadura militar chilena, proclama “Pinochet, muera tu herencia”.

Sin embargo, ese legado dista mucho de haber muerto. 

Los seguidores del general Augusto Pinochet programaron para el domingo su concentración más grande desde que el militar falleciera en 2006.

El acto ha desatado un debate nacional sobre los límites de la libertad de expresión en medio de los intentos de los grupos izquierdistas para bloquear la concentración.

Hubo temores de posibles enfrentamientos entre la izquierda y la derecha, como ocurrió en noviembre durante un acontecimiento más modesto en honor a otro miembro de la dictadura, por lo que la Policía piensa establecer un amplia perímetro para mantener separados a ambos grupos.

Los simpatizantes de Pinochet le rendirán tributo con el estreno de un documental sobre los años que precedieron a la dictadura. En él aparece como un héroe nacional que salvó a Chile del comunismo y que murió víctima de una izquierda vengativa, que le acusó de desfalco y delitos contra los derechos humanos.

La proyección fue organizada por la Corporación 11 de Septiembre, que toma su nombre del día que Pinochet tomó el poder en un cruento golpe de Estado que derrocó a un gobierno salido de las urnas y encabezado por el presidente marxista Salvador Allende.

“Queremos dejar las cosas claras sobre Pinochet”, dijo  Juan González, un militar retirado que encabeza el movimiento pinochetista. 

“Hemos aguantado estoicamente las mentiras y engaños y hemos visto cómo ha sido manipulada la historia”.

Aunque la propia hermana de González, Francisca, dijo públicamente que fue torturada por las fuerzas de Pinochet, González niega la violación sistemática de los derechos humanos durante la dictadura. 

Sostienen que los muertos y torturados fueron víctimas de una guerra contra disidentes izquierdistas.

“¿Por qué no podemos tener un documental si tienen su monumento a Allende?”, dijo en referencia a la estatua situada frente al palacio presidencial con las últimas palabras de Allende antes de suicidarse: “Tengo fe en Chile y su destino”.

El homenaje a Pinochet ocurre en medio de una división política creciente, ilustrada por protestas callejeras generalizadas en demanda de más diversidad en los partidos políticos, enseñanza universitaria gratuita y una mejor distribución de la riqueza.

Fuente: AP.

Y la policía reprime a la vieja usanza

Un inusitado contingente policial reprimió violentamente a centenares de familiares de víctimas del régimen militar que intentaron acercarse a un teatro donde simpatizantes del general 

Augusto Pinochet homenajearon al ex dictador con la proyección de un documental que lleva su nombre.

“Esta es una muy mala señal para la democracia, siento que el pinochetismo está dando la mejor cara de lo que realmente son, no tienen ningún grado de arrepentimiento”, declaró a AP Mireya García, vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, cuyo hermano es un detenido-desaparecido

Mientras unos 1.500 partidarios de Pinochet disfrutaban tranquilamente del acto en el interior del teatro Caupolicán, a unas dos cuadras un fuerte contingente policial dispersó con gruesos chorros de agua y gran cantidad de gases lacrimógenos a uno 2.000 detractores de la dictadura (1973-1990). 

Las autoridades no han informado sobre heridos o detenidos.

“No se puede homenajear a quien asesinó, torturó e hizo desaparecer personas. Yo misma fui detenida y torturada… y mi hermano fue asesinado”, dijo Yolanda Contreras, de la Agrupación de Ejecutados Políticos.

El homenaje a Pinochet, el mayor desde su muerte en diciembre del 2006, se dio en el marco de una fuerte controversia previa sobre la libertad de expresión. 

Mientras el gobierno adujo que no se podía impedir el acto porque se realizó en un recinto cerrado, los opositores destacaron que el homenaje a Pinochet eran tan inaceptable como si en Alemania se ensalzara a Adolfo Hitler.

El vocero de gobierno, ministro Andrés Chadwick, dijo que “el ex presidente Pinochet tiene un grupo de personas que son adherentes de él y como gobierno hemos sido muy claros que se debe respetar la libertad de expresión”.

La sorpresa del día la puso el mismo Chadwick al declarar a la televisión estatal, su arrepentimiento por haber formado parte de un régimen que violó los derechos humanos.

“Hay una situación que sí me arrepiento, que es la violación brutal a los derechos humanos que se efectuó en el gobierno militar y de eso tengo un profundo arrepentimiento de haber sido partidario de un gobierno donde esos hechos sucedían”, declaró.

La dictadura dejó 3.095 opositores muertos, entre ellos unos 1.200 detenidos-desaparecidos, y más de 37.000 víctimas de prisión política y tortura.

Chadwick milita en el ultraconservador partido Unión Demócrata Independiente, que junto a la centroderechista Renovación Nacional, fueron el sustento civil de la dictadura y unidos bajo la Alianza por Chile llevaron al poder al presidente Sebastián Piñera.

El acto fue organizado por la Corporación 11 de Septiembre, en alusión a la fecha en que en 1973 Pinochet derrocó al presidente Salvador Allende, quien prefirió suicidarse para no caer en manos de los golpistas.

Juan González, un militar retirado que lidera la Corporación, dijo que “estamos felices con esto, porque estuvimos 20 años callados… estamos felices porque la gente llego al acto”.

Uno de los oradores en el Caupolicán fue un nieto del dictador, el capitán Augusto Pinochet Molina, quien afirmó que a través de los años se han “tergiversado tanto las cosas, (que) evitan que se reconozca la obra de mi abuelo”.

Luego se proyectó el documental “Pinochet”, de dos horas de duración, mientras a unas cinco cuadras a la redonda la policía reprimía con fuerza a los detractores de Pinochet y a familiares de víctimas de la represión del régimen militar.

Los enfrentamientos entre los antipinochetistas y la policía se prolongaron por más de tres horas y el jefe de las fuerzas antimotines anticipó que velarían porque los asistentes al acto pudieran abandonar el teatro sin ser agredidos. 

Fuente: AP.

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