Esta no es la primera vez que el gobierno de Dina Boluarte se manifiesta en contra de las opiniones del presidente o funcionarios de México. Foto: Especial

Perú y México, en medio de un conflicto sin solución a corto plazo

Debido a los comentarios que el presidente López Obrador ha emitido respecto al gobierno de Dina Boluarte, la jefa de Estado de Perú decidió bajar a un rango mínimo las relaciones diplomáticas con México; una situación que especialistas no prevén que cambie hasta la elección de nuevos mandatarios

Los gobiernos de Perú y México están más distanciados que nunca, luego de que sus relaciones diplomáticas se redujeran a un Encargado de Negocio.

Fue la presidenta peruana, Dina Boluarte, quien dio a conocer el estatus bilateral actual a través de un mensaje a la nación, donde también explicó las razones de su decisión.

Según su discurso, las últimas declaraciones de su homólogo Andrés Manuel López Obrador fueron las que la incitaron a reducir sus relaciones diplomáticas con México, pues además de que el morenista ha emitido cuestionamientos sobre su gobierno y los asuntos internos de Perú, “se ha dedicado a apoyar el golpe de Estado que diera el expresidente Pedro Castillo” en diciembre pasado.

“Con sus declaraciones, el señor López viola el principio del derecho internacional sobre la no injerencia en asuntos internos (…) Ha decido afectar gravemente las bicentenarias relaciones de respeto mutuo, amistad, cooperación y voluntad de integración que históricamente han unido al Perú y México”, detalló Boluarte.

La última declaración que López Obrador emitió respecto al gobierno peruano fue el pasado 24 de febrero, mismo día en el que Boluarte difundió su mensaje. Durante su conferencia matutina, el presidente reafirmó que su administración seguirá apoyando a la familia de Castillo, a la cual le brinda asilo desde hace dos meses, y calificó a la presidenta como “espuria”.

Ante ese panorama, la presidenta de Perú decidió retirar de manera definitiva a su embajador en México, dejando sus relaciones diplomáticas a nivel de Encargado de Negocios.

Sin solución hasta cambio de gobiernos

Al respecto, el doctor José António Hernández Macías, miembro del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opina que además de que las relaciones entre ambos países bajaron a lo mínimo, no se prevé una solución a ese conflicto.

“Difícilmente podría haber una recomposición entre los gobiernos actuales de López Obrador y Boluarte. Sólo con la llegada de un nuevo mandatario a Perú se podrían restablecer las relaciones, pero si persiste el problema, será entonces con la elección de otro jefe de Estado mexicano.

“Mientras tanto, no se puede ver que estas relaciones se restablezcan si los mismos gobernantes están en el poder”, asegura el especialista.

Por otro lado, considera que la postura que el presidente López Obrador está tomando, y que de alguna forma es bastante criticada, es porque “corre el riesgo de que en algún momento pueda enfrentar una situación similar a la que se vive en Perú”.

Al cierre de esta edición, ante la postura de Dina Boluarte, el Gobierno de México siguió manteniendo abiertos sus canales de comunicación diplomáticos en beneficio de ambas sociedades, además de que se manifestó en favor de que pronto se alcance un acuerdo democrático “a las desavenencias que prevalecen” en el “hermano país latinoamericano”.

Para el doctor Hernández Macías, México ha decidido no romper de manera totalitaria sus relaciones con Perú debido a que representa uno de sus aliados comerciales más importantes de la región latinoamericana y viceversa.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), tan sólo en 2018 el comercio bilateral fue de 2 mil 130 millones de dólares, 5.2 por ciento mayor al registrado un año anterior, con exportaciones por un valor de más de mil 650 millones de dólares.

No sólo es México

Esta no es la primera vez que el gobierno de Dina Boluarte se manifiesta en contra de las opiniones del presidente o funcionarios de México.

En diciembre pasado, el embajador mexicano en Perú, Pablo Monroy, fue declarado persona non grata, por lo que le fue solicitado dejar el país en 72 horas por presuntamente intervenir en asuntos internos del país.

Después de ese caso, el gobierno de Boluarte siguió señalando a otros funcionarios de la región, como a los presidentes de Colombia, Chile y Honduras.

Durante su participación en la más reciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en enero de este año, los mandatarios Gustavo Petro, Gabriel Boric y Xiomara Castro emitieron opiniones referente a la crisis social y política de Perú, a lo cual la presidenta Dina Boluarte lo tomó como una intromisión a asuntos internos de su nación.

Entre los temas que los jefes de Estado hablaron durante la CELAC destacó su desaprobación a la violencia ejercida por uniformados durante las protestas en Perú y la liberación del expresidente Pedro Castillo, a quien consideran víctima de múltiples represiones desde que asumió el poder en julio de 2021.

En respuesta a sus mensajes, Boluarte retiró definitivamente a su embajador en Honduras, manifestó su malestar al gobierno de Chile por las declaraciones de su presidente de que Perú debería cambiar de rumbo político, y declaró persona non grata al mandatario colombiano luego de que el izquierdista asegurara que la Policía peruana “marcha como nazi contra su propio pueblo”.

Las declaraciones de estos presidentes se dieron casi dos meses después de que las protestas sociales en Perú se desataran. Mientras que algunos de los inconformes reclamaron la liberación de Pedro Castillo a pesar de que solicitó la disolución del Congreso, otros se manifestaron en desacuerdo con la elección de Boluarte como presidenta sin unas elecciones previas.

En entrevista, el doctor Hernández Macías asegura que la postura que Boluarte ha mantenido con sus homólogos de la región sólo refleja su poca legitimidad.

“La presidenta no se está dando cuenta que está aislando a su país a nivel regional. Esto demuestra que no sólo tiene un problema a nivel interno con las protestas, sino internacional (…) La única salida va a tener que ser forzar unas próximas elecciones generales”, apunta el docente.

Se prevé que sea en octubre próximo que Perú reúna a su población en las urnas para elegir al siguiente jefe de Estado. Fue la presidenta Boluarte quien promovió el adelanto de las elecciones debido a que el Congreso no llegaba a ninguna resolución.

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