A casi siete meses de la toma de posesión de Pedro Castillo como presidente de Perú, su gobierno no ha escapado de la inestabilidad

Pedro Castillo acumula cuatro dimisiones de primer ministro con la renuncia de Héctor Valer Pinto; lo reemplaza con Aníbal Torres

A tres días de la dimisión de Héctor Valer Pinto como primer ministro de Perú, el cuarto al mando del cargo en siete meses, el presidente optó por el abogado Aníbal Torres, quien se espera que sea alguien con gran capacidad de liderazgo

A casi siete meses de la toma de posesión de Pedro Castillo como presidente de Perú, su gobierno no ha escapado de la inestabilidad política, buscando hoy en día un nuevo gabinete.

Según informó el propio jefe de Estado en un comunicado oficial publicado el pasado lunes, está próximo a anunciar un equipo de trabajo “más participativo y de ancha base para un mayor beneficio de todos los peruanos”.

La decisión del presidente se dio a conocer sólo dos días después de que Héctor Valer Pinto, su jefe de Gabinete Ministerial, pusiera su cargo a disposición del Poder Ejecutivo con el argumento de que la oposición le construyó una imagen de “maltratador y de violento”.

Con esa renuncia, Pedro Castillo se quedó sin el cuarto primer ministro en lo que va de su administración, impidiéndole avanzar con sus políticas públicas.

De acuerdo con el jefe del Ejecutivo, a través de su oficio aclaró que tomaba la decisión de anunciar un nuevo gabinete ante las “actitudes antidemocráticas de algunos sectores que sólo buscan desestabilizar al país y poner en riesgo la gobernabilidad”.

Las palabras del izquierdista hicieron referencia a los señalamientos que Valer Pinto recibió desde el juramento a su cargo el pasado 1 de febrero, relacionados a un su supuesto acercamiento con el narcotráfico a través del préstamo de una camioneta, y de haber sido agresor físico de su esposa, la ahora difunta Ana María Montoya, y de su hija, entre otras más de 10 acusaciones.

Y aunque el exprimer ministro ha negado esas denuncias, culpando a la oposición de impulsar “hechos falsos”, medios peruanos han compartido una resolución del Noveno Juzgado de Familia con fecha de 2017, en la que se decreta una denuncia de violencia familiar contra Valer Pinto en la modalidad de maltrato físico.

De igual manera, se dio a conocer en la cadena Radio Programas del Perú (RPP) que el exfuncionario fue señalado como persona non grata en el vecindario en el que vivía con su familia en 2016, debido a los maltratos que proporcionaba.

Óscar Abad Corral, maestro en Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, opina al respecto que el exministro hizo bien en hacerse a un lado y dimitir, pues de lo contrario podría perjudicar aún más al gobierno federal, el cual ya ha sido objeto de críticas al cambiar por cuarta vez de gabinete, y de tener a un quinto presidente en los últimos cuatro años.

“Hizo bien el ministro en hacerse a un lado, porque de lo contrario sería echarle más fuego a las cenizas que quedaban, las cuales con poco viento podrían avivar una catástrofe difícil de erradicar”, detalla.

Bajo esa línea, el especialista comparte que lo ideal sería que el presidente eligiera a un nuevo primer ministro con características diferentes a las de Héctor, como con una moral aprobada por la sociedad y con una capacidad de liderazgo ejemplar.

Ayer por la noche, se nombró a Aníbal Torres, un abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y doctor en Derecho y Ciencia Política por la misma universidad.

Antes de este nuevo cargo, se venía desempeñando como ministro de Justicia y Derechos Humanos.

En espera de gabinete de Pedro Castillo

Con la elección de su cuarto equipo de trabajo en sólo siete meses, el presidente Pedro Castillo intenta demostrar a la oposición su interés de seguir en el poder hasta 2026, cuando oficialmente debería terminar su mandato de cinco años.

Sin embargo, para alcanzar ese objetivo, primero debe contar con un gabinete que sea respaldado por la mayoría de la sociedad, incluyendo a sus contrarios políticos de derecha y ultraderecha.

De ese modo, se espera que el izquierdista opte por incluir entre sus colaboradores a ministros de diferentes corrientes políticas y no se centre en una sola, pues eso lo único que le ha ocasionado es recibir un conjunto de golpeteos en su contra.

“Lo único que podría darle oxígeno a lo que implica una verdadera gobernabilidad sería que prefiriera incluir en su gabinete a ministros un tanto más diversos, porque al estarse moviendo en esos pasos herméticos, como hasta ahora lo ha hecho, hace que las distintas corrientes se sientan muy poco representadas y en ese sentido tenga más enemigos que amigos, o socios, dentro de lo que el ambiente político representa”, dice Abad Corral.

Además, el académico agrega que es debido a su pasado sindicalista que el presidente no ha estado tan relacionado con los movimientos que debe o no dar en el escenario político de su Estado, lo cual ha retrasado su administración, mas se prevé que en el tiempo que le queda pueda demostrar lo contrario.

Incluso, con una observación de parte de organismos como la Organización de los Estados Americanos (OEA), se espera que Castillo pueda recibir un respaldo a su favor a fin de obtener mayor estabilidad y se le permita gobernar, siempre y cuando las leyes de su país se lo permitan.

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