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Países latinos se beneficiarán con la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio; sin embargo, deberán invertir más en ciencia y tecnología

Luego de anunciar durante la CELAC el lanzamiento de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), especialistas concuerdan que este proyecto beneficiará a la región; sin embargo, para que lo siga haciendo, los gobiernos deberán aumentar el recurso económico en ciencia y tecnología para comenzar a ser un referente internacional

Al hablar de investigación del espacio, los principales referentes en este tema generalmente suelen ser Estados Unidos y Rusia, pues a diferencia de otros países, han sabido desarrollar sus herramientas tecnológicas, convirtiéndose en pioneros en la materia.

Sin embargo, es sólo cuestión de tiempo para que tengan de frente a una posible competencia: la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), un mecanismo intergubernamental creado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El pasado 18 de septiembre, los representantes de los 33 países que integran este grupo impulsaron el proyecto, asegurando que con él intentarán entrar en la competencia internacional que hay en torno a la exploración del espacio.

“En enero de 2020 se aprobó un programa y se dijo: Intégrese la Agencia Latinoamericana del Espacio (…) ¿Por qué se nos dio esta instrucción? Porque todas las regiones importantes en el mundo están avanzando rápidamente en la tecnología del espacio”, declaró al respecto el canciller Marcelo Ebrard.

De acuerdo con el funcionario, tras 15 años de discusión sobre el tema, con el lanzamiento de la ALCE los países latinos trabajarán en conjunto para no llegar tarde a los próximos logros internacionales a través de una mejor comunicación, algo de lo que carecían.

“El lanzamiento de la Agencia es muy importante porque de esto se trata la integración de América Latina y el Caribe, de generar acciones que beneficien a la región, y donde las diferencias políticas no sean un impedimento para que esto se logre; entonces, me parece un avance relevante, y esperemos que se llegue a buen término, que no quede nada más en una buena intención”, dice al politólogo latinoamericanista Nayar López Castellanos.

Para el catedrático, una de las primeras acciones que deben llevar a cabo los países latinos en torno la ALCE, es unificar los criterios de cada Estado y definir lo que cada uno va a ofrecer para desarrollar el proyecto a través de sus conocimientos y experiencias.

Así también, el doctor José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, agrega que otra de las prioridades será enlistar los recursos humanos existentes enfocados en desarrollo espacial, así como la cantidad de infraestructura que se posee en la región para comenzar a trabajar.

“Hay personajes importantes de origen latino en algunas de las agencias espaciales más destacadas del mundo, como en la NASA, que serían elementos muy importantes a considerar para construir un proyecto tan importante como este. Así que hay mucho trabajo por hacer, pero como se dice: ‘todo kilómetro empieza por un milímetro’ y el tener por lo menos el interés político de los países de la región creo que ese es un paso primordial”, señala el doctor.

El reto de los recursos económicos  para el espacio

En julio de 2020, cuando diferentes países latinoamericanos estaban abordando la creación de la ALCE, el canciller Ebrard dejó en claro su importancia, reafirmando que si América Latina y el Caribe no participaban en la carrera espacial, muy probablemente tendrían cada día más desventajas en materia científica y tecnológica, “que se traduce en debilidad e incapacidad para resolver problemas en materia de bienestar social”.

Para evitar llegar a esos escenarios, tanto México como el resto de las naciones latinas deben enfocarse en algo en común: los recursos económicos que invertirán de ahora en adelante para el desarrollo de la ciencia, la tecnología, y la innovación, pues en años anteriores ese impulso era insuficiente.

De acuerdo con el “Informe sobre la Ciencia 2021” de la UNESCO, hace tres años sólo 17 de los 18 países latinoamericanos estudiados dedicaron menos del 1 por ciento de su PIB a la investigación en ciencia, a excepción de Brasil, que proporcionó 1.26 por ciento.

Por su parte, las naciones de América del Norte, menos México, superaron los índices, pues mientras que Canadá dedicó 1.57, Estados Unidos 2.84, convirtiéndose en los líderes del continente.

“Lastimosamente, por muchos años la situación de desarrollo en nuestros países ha estado más canalizada en términos de una sobrevivencia económica que en proyectos al interior, donde el énfasis se centra en temas tecnológicos, espaciales o geopolíticos (…) Entonces, en la medida en que se hacen este tipo de propuestas como la ALCE, América Latina se ve de otra manera a nivel internacional”, opina Fernando Neira, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.

Pero además de la visibilidad internacional que le da a un país el invertir en ciencia y tecnología, también lo ayuda a proteger a su propia población, ya que con el monitoreo espacial se pueden prevenir ciertos riesgos naturales como los huracanes, los incendios forestales, e inundaciones. Además, ayuda a fortalecer sus telecomunicaciones.

En ese sentido, se espera que los países integrantes de la CELAC no dejen de impulsar su desarrollo científico a través de la ALCE, pues al seguir haciéndolo podría llegar a competir, a largo plazo, con los Estados líderes en exploración espacial.

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