Nada nuevo a la vista

Las elecciones de medio término pasan casi desapercibidas en Estados Unidos. Son muy pocos los electores que realmente conocen lo que está en juego, los candidatos y sus intenciones. 

Pero quien realmente sale dolido por esta poca participación es uno de los partidos. Y al parecer, este año será el demócrata. 

Andrea B. Assunto Andrea B. Assunto Publicado el
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mil millones de dólares se gastaron en las campañas de elecciones de medio término en el Congreso, las más caras de la historia
"Esto no es una cirugía cerebral. Es obvio que Obama se ha convertido en un ancla para los demócratas"
Ron BonjeanEstratega republicano
http://youtu.be/pQUehjo4KDE

Las elecciones de medio término pasan casi desapercibidas en Estados Unidos. Son muy pocos los electores que realmente conocen lo que está en juego, los candidatos y sus intenciones. 

Pero quien realmente sale dolido por esta poca participación es uno de los partidos. Y al parecer, este año será el demócrata. 

A raíz de la caída de popularidad del presidente Barack Obama, los miembros de su partido se han visto perjudicados en la carrera electoral, por lo que posiblemente, según reportan los expertos, los republicanos se apoderarán de la mayor parte de todo el Congreso. 

Cámara de Representantes y Senado se pintarán de rojo, el color republicano, lo que dibujará un nuevo panorama para los estadounidenses. 

Sin embargo, el temor de muchos a que el rumbo del país dé un giro hacia el ámbito conservador es casi innecesario. 

Lo más probable es que los cambios no sean muchos y las leyes sigan tambaleándose en el Capitolio. 

“Hay muy pocas razones para creer que el próximo Congreso será más productivo que los anteriores”, informó ayer The Washington Post. 

“El control de un partido ha importado cada vez menos en la última década en lo que respecta a la frecuencia con la que se realiza el bloqueo partidista, mientras que las políticas en el Congreso se han convertido más partidistas y con mayor carga ideológica”, añadió el medio. 

Pero esto no significa, según la profesora en Ciencias Políticas de la Universidad George Washington Sarah Binder, que los republicanos se opongan a absolutamente todo lo que propongan los demócratas en los próximos años y se nieguen a entablar conversaciones con estos. 

“Dada la necesidad de los republicanos de defender los asientos en los estados azules (demócratas) en el 2016, no me sorprendería que los republicanos se sentaran en la mesa a discutir pequeños pero importantes temas para el electorado, como préstamos estudiantiles o un pequeño aumento en el salario mínimo”, apuntó Binder. 

Incluso, añade, es probable que los republicanos vean muy poca ganancia en obtener asientos ante la posibilidad de dejar la puerta abierta para un presidente republicano en el 2016. 

Y aunque expertos consideren que la disciplina de una oposición minoritaria republicana se conservaría al convertirse en mayoría se debe tomar en cuenta que “es más fácil manifestarse en contra de un líder cuando el trabajo es únicamente oponerse”. 

Por ello, es importante mantenerse al tanto de los movimientos de los congresistas republicanos rumbo al 2016. 

El tornado republicano 

Puede que hasta ahora los republicanos hayan logrado mantenerse bajo control. Pero los diferentes ideales que corren dentro del partido los han llevado muchas veces a criticarse a sí mismos. 

Esto, puede ser la misma falta de disciplina que los afecte cuando, de tomar el control del Congreso, no puedan criticar al Partido Demócrata y se vean en la necesidad de unirse o renovarse para tomar de nuevo las riendas del país. 

El mismo Rand Paul, uno de los presidenciables favoritos del Partido Republicano, aseguró que la marca del partido “apesta”. 

“No creo que lo que defendamos esté mal. El problema es que tenemos una pared, o una barrera, entre nosotros y los votantes”, aseveró el senador republicano el pasado domingo a NBC. 

Y son sus mismas ideas, tachas por los votantes en algunos casos retrógradas y conservadoras, las que los han hundido en varias ocasiones ante la percepción de sus electores. 

“La campaña del 2014, no se acompaña de ninguna renovación pragmática de los republicanos. Incluso se puede hablar de un retroceso de ideas. Desde el punto de vista de la táctica electoral, el partido ha utilizado las primarias para eliminar a los candidatos del Tea Party”, informó ayer Le Monde. 

Y es que este sector de extrema derecha dentro del Partido se ha convertido en un peso ante un electorado con tendencias más liberales. 

“El Tea Party ha cautivado y arruinado al Partido Republicano y esto se verá reflejado en el 2016. A menos que aparezca un Jeb Bush, los republicanos no tienen esperanza”, dijo el republicano Jon Hunstman. 

¿Significaría entonces para los demócratas la pérdida del Congreso será una ventaja a futuro? ¿Se seguirán aplastando los republicanos entre ellos mismos? 

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