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Mujeres en Malasia, las más castigadas

En el país asiático se castiga con prisión, multas y golpes las relaciones homosexuales, principalmente las que son entre féminas

En Malasia las relaciones entre parejas del mismo sexo deben de ser discretas. La pena que recibieron dos mujeres por tener relaciones dentro de un auto en el país asiático, volteó a ver la situación de discriminación que se vive en el país.

Para esta nación la actividad sexual entre personas del mismo sexo es ilegal. En la Sección 377 del código penal prohibe la sodomía homosexual, y heterosexual, y la castiga con penas superiores a veinte años de prisión, multas o castigos corporales.

Esta última consecuencia la vivieron recientemente dos mujeres, de 32 y 22 años de edad, quienes recibieron este lunes seis golpes de vara en la espalda luego de que fueron condenadas por un tribunal islámico por haber mantenido relaciones sexuales entre ellas.

Un responsable del tribunal, Wan Abdul Malik Wan Sidek, defendió el castigo asegurando que no era tan severo como los golpes ordenados para otros crímenes por tribunales civiles del país.

Satiful Bahri Mamat, miembro del consejo de autoridades del Estado de Terengganu, declaró que la reciente sanción fue señalada como la primer condena en el país por mantener relaciones entre personas del mismo sexo.

En Malasia, las personas LGBTTI son vistas como inmorales y son tratadas como criminales. Incluso hay establecimientos en los que se les prohibe entrar

“El clima conservador en este país se sostiene por sus creencias religiosas, fuertes puntos de vista sobre cuestiones relacionados con el VIH SIDA, con las prácticas homosexuales, las relaciones sexuales prematrimoniales, parejas múltiples, sexo comercial, uso de drogas y uso de condones”, de acuerdo con el informe nacional ONUSIDA.

Después de que las dos mujeres fueron atrapadas por las autoridades de su país, se declararon culpables y, además de que fueron castigadas con golpes, también deberán pagar una multa de tres mil 300 ringgit, unos 800 dólares.

Desde que en mayo pasado Malasia cambió de giro político, sacando del poder a la Organización Nacional de los Malayos Unidos, se percibió una esperanza para la comunidad homosexual, pues los nuevos líderes hacían prever una evolución positiva para su comunidad.

El castigo hacia las dos mujeres fue calificado por la asociación Amnistía Internacional como un acto de horror para los derechos humanos, y mencionó que fue un día pésimo para la historia en Malasia.

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