Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos, en lo que va de este año han fallecido o desaparecido al menos 220 personas a lo largo de la ruta migratoria del Mediterráneo. Foto: Especial

Migración: el reto europeo tras choque de embarcación en Italia

A pesar del llamado que ha hecho la comunidad internacional de Europa para enfrentar el tráfico de migrantes mediante embarcaciones, especialistas opinan que la preocupación será pasajera debido a la dificultad del problema

El gobierno de Italia tiene un reto mayúsculo en cuanto al tráfico de migrantes; una actividad ilegal que sigue dejando a cientos de personas sin vida.

El último acontecimiento que resonó en todo el continente fue el de una embarcación, proveniente de Turquía, que al chocar con unas rocas en la costa sur de Italia provocó que todos sus pasajeros quedaran a la deriva.

Al interior del barco viajaban 177 migrantes turcos, afganos y paquistaníes, de los cuales 64 fallecieron, entre ellos 20 niños, mientras que el resto siguen desaparecidos.

“Esta es otra tragedia que ocurre en nuestras orillas. Nos recuerda que el Mediterráneo es una gran fosa común que alberga decenas de miles de almas y sigue creciendo”, reaccionó al respecto Francesco Creazzo, portavoz de SOS Mediterrané, ONG dedicada a operaciones de rescate en el Mediterráneo central.

Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de este año han fallecido o desaparecido al menos 220 personas a lo largo de la ruta migratoria del Mediterráneo central.

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, criticó el tráfico de migrantes llamándolo “inhumano” y se comprometió a buscar mejores salidas.

“Es inhumano cambiar la vida de hombres, mujeres y niños por el precio del ‘boleto’ que pagaron en la falsa perspectiva de un viaje seguro. Este gobierno se compromete a evitar las salidas, y con ellas el desarrollo de estas tragedias”, detalló.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los arribos desde Turquía representaron en 2022 alrededor del 15 por ciento de las llegadas por mar a Italia. Casi la mitad de quienes llegaron por esa ruta provenían de Afganistán, un país que enfrenta una crisis política y social desde el regreso al poder de los talibán.

Desde la perspectiva de la doctora Martha Ochman, especialista en política europea e investigadora del Tecnológico de Monterrey, aunque la salida más lógica propuesta por las autoridades para combatir este problema es aumentar la presencia de barcos de rescate en el mar mediterráneo, con el tiempo se han dado cuenta que eso no es funcional.

Según explica, al saberse que hay barcos de organizaciones no gubernamentales que rescatan embarcaciones precarias, “las mafias” empezaron a subir migrantes a barcos descuidados y los abandonaban para que fueran rescatados.

“Entonces, una solución que parece ser lógica, políticamente no es aceptable porque se ha demostrado, y los gobiernos lo saben, que aumentar la presencia de barcos de rescate sólo provocaría que más migrantes quedaran abandonados en las costas europeas”, dice la doctora.

En entrevista, la especialista sostiene que a pesar de las medidas que se implementen, será difícil que una gran mayoría de países europeos, como Italia, reciban a más migrantes por razones económicas.

En ese sentido, considera que será poco probable que realmente se den algunas soluciones radicales para que pueda cambiar esta situación.

Hasta el momento, algunas de las aportaciones hechas por la Unión Europea para regular la migración han sido abrir centros de acogida en territorios de países terceros como Níger, donde las personas pueden aplicar para conseguir un trabajo en territorio europeo o se quedan por razones humanitarias en condiciones de refugiados.

Una respuesta temporal

En cuanto se dan a conocer acontecimientos como el reciente choque de una embarcación en las costas al sur de Italia, gran parte de la comunidad internacional demuestra solidaridad con las familias de las personas afectadas y llaman a tomar acciones.

Sin embargo, con el paso de los meses situaciones parecidas siguen sucediendo sin obtener acciones que enfrenten el origen de la problemática.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, por ejemplo, declaró que estaba “profundamente entristecida” por el incidente, agregando que la pérdida de vidas inocentes es una tragedia. En ese sentido, puntualizó que era crucial redoblar sus esfuerzos para avanzar en la reforma de las normas de asilo en la Unión Europea para abordar los desafíos relacionados con la migración.

Al respecto, la doctora Martha Ochman comenta que cuando hay incidentes fuertes como el registrado recientemente, donde hay imágenes de muertos y niños, hay un debate sobre las acciones que se deben realizar, “pero después la voluntad se acaba”.

“Después de estos días de debates, declaraciones e imágenes emotivas y la conciencia de que debería hacerse algo, esos discursos se olvidan (…) Al final el problema migratorio se ha normalizado”, dice la investigadora del Tecnológico de Monterrey.

Por otro lado, puntualiza que hoy en día en gran parte de las sociedades europeas la percepción es que la migración a largo plazo produce problemas en la capacidad de integración, sobre todo si se trata de sociedades musulmanas que migraron para tener una mejor vida.

Bajo esa ideología creciente, en países como Italia los grupos políticos presentan programas duros en temas de migración para ganar las elecciones, como así fue el caso de la primera ministra Georgia Meloni, quien a pesar de que se pronuncia en contra de las embarcaciones ilegales, se opone a brindar más asilos que los que ya le ha dado a la población ucraniana que huyó de la guerra.

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