Los líderes del G7 y la OTAN se reunieron en Bruselas para implementar nuevas sanciones al gobierno y élites rusas por la invasión a Ucrania

Miembros del G7 y la OTAN, juntos por Ucrania; lanzan nuevas sanciones a Rusia

A un mes de que Rusia invadiera el territorio ucraniano, los líderes del G7 y la OTAN se reunieron en Bruselas para implementar nuevas sanciones al gobierno y las élites rusas, en espera de que ello disminuya la violencia, o de lo contrario lanzar más represalias a mediano plazo

En sólo cuatro semanas, el panorama cambió en toda Ucrania. De familias disfrutando de la seguridad nacional, a cientos de personas escondidas en sótanos, cuerpos encontrados sin vida y edificios derrumbados.

Desde el pasado 24 de febrero, las alarmas no han dejado de resonar en el país europeo, advirtiéndole a la gente el arribo de un nuevo bombardeo emitido por las fuerzas rusas y su principal autor, el presidente Vladimir Putin.

Es por esas escenas y la falta de interés de Rusia para retirarse de Ucrania, aun cuando se lo solicitó la Asamblea General de la ONU el pasado 2 de marzo, lo que ha unido a la comunidad internacional con dos objetivos: emitir nuevas represalias al gobierno de Putin y proteger al pueblo ucraniano.

Fue el día de ayer que los miembros del G7 y los representantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunieron en Bruselas, Bélgica, para coincidir en su postura hacia Rusia y no dejar de apoyar a todos los perjudicados, entre ellos a los familiares de los más de mil 35 fallecidos y al menos mil 650 heridos, de acuerdo con datos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En un comunicado conjunto, los representantes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos aseguraron que la guerra “ha hecho añicos la paz en Europa, causando un enorme sufrimiento humano y destrucción”.

Además, coincidieron en que la retórica escalada del presidente Putin “es irresponsable y desestabilizadora”, pues se saltó las normas internacionales, haciendo del mundo “un lugar menos seguro”.

“Seguimos consternados y condenamos los ataques devastadores contra la población y la infraestructura de Ucrania, incluidos hospitales y escuelas (…). El asedio a Mariúpol y otras ciudades ucranianas y la denegación del acceso humanitario por parte de las fuerzas militares rusas son inaceptables”, detallaron.

De ese modo, emitieron sanciones de bloqueo total a más de 400 personas y entidades rusas, incluida la Duma (la Cámara baja de la Asamblea Federal de Rusia) y a sus 328 miembros, así como a élites y compañías de defensa que “alimentan la maquinaria de guerra de Putin”.

Entre los personajes que integran a la élite rusa se mencionó a Gennady Timchenko, considerado como una de las personas más poderosas de Rusia no sólo por tener estrechos vínculos con Vladimir Putin, sino por ser partícipe en distintas empresas como la compañía de gas Novatek, y a Herman Gref, director de la institución financiera Sberbank y asesor del presidente desde la década de 1990.

Por otro lado, mientras que se sancionarán a 48 empresas estatales rusas que producen algunas de las armas que se han utilizado en el asalto a Ucrania, se establecerán cuatro nuevos grupos de batalla en Eslovaquia, Rumania, Bulgaria y Hungría como señal de que defenderán el territorio de la OTAN ante cualquier ataque ruso.

Los aliados de la Alianza Atlántica también continuarán brindando asistencia en áreas tales como ciberseguridad y protección contra amenazas de naturaleza química, biológica, radiológica y nuclear, y brindarán un amplio apoyo humanitario, acogiendo a millones de refugiados.

Asimismo, la Unión Europa y Estados Unidos hablaron de la cooperación para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos, acelerando la transición a la energía limpia.

Con esas medidas impuestas, los países de Occidente no descartaron deplorar el intento de los líderes rusos de privar a sus ciudadanos del acceso a información a través de la censura, expresando su apoyo a los rusos y bielorrusos que se oponen a la guerra.

‘Que la racionalidad siga prevaleciendo’

Ante la reunión de los representantes de la OTAN y el G7, la comunidad internacional reflejó el poder que pueden llegar a tener los países más sobresalientes del mundo si se ataca a una democracia.

Al respecto, el maestro Óscar Abad, internacionalista por la UNAM, opina que estas reuniones sólo muestran que la mayoría de los liderazgos están en favor de un mundo más pacífico y volcado a la cooperación.

“Lamentablemente, la paz es un elemento en el que si un solo actor no comulga, puede desestabilizar todo un sistema, como Rusia (…). Sin embargo, ojalá que la racionalidad siga prevaleciendo y que la voluntad de la mayoría se imponga.

“Ya nos encontramos con un planeta con demasiados desafíos tanto en materia de salud como de medio ambiente, como para agregar este reto de carácter militar”, apunta el también egresado del Instituto de Estudios Políticos Sciences-Po de Francia.

Bajo esa línea, se espera que Rusia no siga optando por la vía de la violencia, sobre todo considerando las múltiples sanciones que podría seguir recibiendo de la comunidad internacional en el mediano plazo, cuando se reúnan en el próximo Concepto Estratégico en Madrid.

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