Luego del escándalo que generó ‘la pausa’ entre México y España, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sumó una fricción más

México y España, el historial de sus tensiones bilaterales

Luego del escándalo que generó ‘la pausa’ entre México y España, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sumó una fricción más con el país europeo en lo que va de su sexenio, por lo que se espera no descarte una orientación diplomática a futuro a fin de no llegar a consecuencias bilaterales en materia económica y de inversión

A dos días de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hablara de tomar una pausa con el gobierno de España, sus palabras siguen resonando a nivel mundial.

Y aunque ayer aseguró ante la prensa que sus intenciones no iban dirigidas a una ruptura de las relaciones bilaterales de manera oficial, sino que “era una protesta respetuosa, fraterna, por los abusos y agravios cometidos en contra del pueblo de México y de nuestro país”, continúa generando reacciones.

España, por ejemplo, aseguró a través de un comunicado que rechazaba “tajantemente las descalificaciones” realizadas por el mandatario contra su nación y las empresas españolas, a las cuales el morenista se ha referido por cometer actos de corrupción.

“España trabajará siempre por mantener las mejores relaciones con México y los lazos con este pueblo hermano. El gobierno desea unas relaciones basadas en el respeto mutuo, como quieren los españoles y los mexicanos, sin este tipo de manifestaciones”, se lee en el oficio publicado por el Palacio de La Moncloa.

Con ese mensaje, España pareciera que cerró el tema con el jefe del Ejecutivo mexicano, mas no es la primera vez que el mandatario genera una tensión con el país europeo en lo que va de su gobierno.

El primer altercado se registró en marzo de 2019, cuando el izquierdista le mandó una carta al Rey Felipe VI, proponiéndole reconocer “en una ceremonia del más alto nivel” los agravios causados en el territorio de la entonces Tenochtitlán con la llegada de Hernán Cortés, a lo cual López Obrador calificó como un acto “tremendamente violento, doloroso y transgresor”.

Ante esta misiva, la corona española no respondió como el presidente mexicano hubiese querido, sino que en su lugar recibió críticas de parte del ala más conservadora de casi toda España.

Después de ese episodio, el tabasqueño comenzó a usar el nombre de algunas empresas de origen español como ejemplo del manejo de la corrupción, con el propósito de hablar sobre su reforma energética, a través de la cual busca darle menor participación al sector privado.

De acuerdo con él, es la mínima intervención del Estado español en compañías como la energética Repsol lo que ha generado grandes dificultades en las mismas, por lo que no quiere llegar a la misma situación.

En referencia a este tipo de comentarios, la doctora Ana Luisa Trujillo, internacionalista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, considera que el presidente López Obrador no mide la magnitud de sus opiniones, pues pareciera que para él sólo se quedan en el ámbito local o nacional, cuando la realidad es que generan reacciones globales, por lo que debe tener siempre un fundamento al hacerlas.

Con ello, la especialista señala que sin duda la tensión entre México y España se podría agudizar, haciendo incluso que la llegada a Madrid del nuevo embajador mexicano, Quirino Ordaz, no comience en términos fraternos y respetuosos como debería caracterizar en general la relación entre ambas naciones.

Por otro lado, el Licenciado Daniel Muñoz, académico en Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, agrega que más allá de las consecuencias en lo diplomático y lo político, las palabras de López Obrador también podrían afectar en términos económicos y de inversión.

“Entre ambos países el comercio es muy intenso. Los españoles han desarrollado aquí grandes inversiones en el sector turístico, bancario y textil de la mano de grandes marcas; entonces, el hecho de que (el presidente) manifieste que hay una relación provechosa, desigual, de España hacia México, automáticamente pone en peligro el flujo de inversiones a este territorio por parte del gobierno español, y por otro lado genera miedo e incertidumbre a los inversionistas españoles hacia México”, resalta.

Según datos del gobierno de España, su país es el segundo inversor en México al tener siete mil empresas en este territorio, además de que su inversión se eleva por encima de los 70 mil millones de euros.

“Son este tipo de situaciones las que el presidente no toma en cuenta, y en ese sentido creo que al gobierno le hace falta ser más cauto y entender que las palabras tienen repercusiones globales”, asegura Muñoz.

Necesaria la relación con diplomáticos, no solo de España

Ante el escenario en el que se encuentra el presidente Andrés Manuel por la tensión que han generado sus palabras, se espera que en próximas ocasiones no descarte recibir orientación de parte de diplomáticos, con el único fin de evitar nuevos conflictos.

“El gobierno debe rodearse de conocedores de las Relaciones Internacionales para que lo orienten, porque hasta ahora, por lo que hemos visto en lo que va del sexenio, hay muy poca participación de estos especialistas, haciendo que se cometan este tipo de errores que pueden tener grandes consecuencias”, menciona el académico de la FES Aragón.

De igual manera, la doctora Ana Luisa Trujillo espera que el mandatario intente evitar comentarios parecidos en contra de otros gobiernos, y en lugar de eso se enfoque en temas relevantes a nivel nacional, como la crisis económica por la pandemia, los fallecidos por el COVID-19, y la violencia.

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