España: ¿el gobierno imposible?

Tras las segundas elecciones legislativas del 26 de junio, el panorama político español ha visto nuevas e inesperadas conmociones: los españoles no tuvieron deseo de cambio y el cuatripartidismo es ahora una realidad política problemática.

Al final de las segundas elecciones legislativas en seis meses, el rey Felipe VI de España encargó el día de ayer al jefe del gobierno saliente, Mariano Rajoy, intentar formar un nuevo gabinete y poner fin a más de siete meses de estancamiento político.

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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Aunque la Constitución no establece un plazo fijo entre la propuesta del Rey y el debate de investidura, no deja de obligar a Rajoy a presentarse a la investidura
“El Monarca propuso a Mariano Rajoy como candidato a presidente del Gobierno y éste aceptó” 
Ana PastorPresidenta del Congreso

Tras las segundas elecciones legislativas del 26 de junio, el panorama político español ha visto nuevas e inesperadas conmociones: los españoles no tuvieron deseo de cambio y el cuatripartidismo es ahora una realidad política problemática.

Al final de las segundas elecciones legislativas en seis meses, el rey Felipe VI de España encargó el día de ayer al jefe del gobierno saliente, Mariano Rajoy, intentar formar un nuevo gabinete y poner fin a más de siete meses de estancamiento político.

Rajoy intentará formar gobierno pero no garantiza ir a la investidura si no tiene los apoyos.
“El Rey me pidió que tratara la investidura (…); he aceptado esta misión”, dijo Rajoy.

El Presidente en funciones aseguró que va a “redoblar esfuerzos” para obtener el apoyo necesario en el Parlamento.

Pero a simple vista, esta postura contradice lo estipulado en el Artículo 99 de la Carta Magna, que establece que “el candidato propuesto (…) expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara”.

El líder del Partido Popular mantiene que a lo que realmente se ha comprometido es a “intentar formar gobierno e intentar buscar los apoyos necesarios”, pero no más.

Rajoy, en el poder desde el 2011, debe seguir negociando para encontrar aliados. Con 137 miembros, el Partido Popular ganó las segundas elecciones parlamentarias del 26 de junio, pero está lejos de la mayoría absoluta para gobernar (176 escaños).

Aunque la Constitución no establece un plazo fijo entre la propuesta del Rey y el debate de investidura, no deja de obligarlo a presentarse a la investidura.

Por su parte, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, se reunió con el Rey y aseguró que “el Monarca propuso a Mariano Rajoy como candidato a presidente del Gobierno y éste aceptó”.

Pero de acuerdo al PP la investidura queda “para otro momento”. Y es que acudir a las Cortes para pedir la confianza es una decisión que Rajoy se reservará hasta ver que el resto de las fuerzas políticas le garanticen el éxito.

Mariano Rajoy aseguró que se presentará a la investidura de manera inmediata si logra este respaldo. Esta opción es la que él espera que se produzca y para la que asegura que trabajará desde hoy mismo.

Pero, si no lo consigue, el Presidente en funciones acudirá a las Cortes para someterse a una investidura fallida y así dirigir al país a una nueva ronda de elecciones: la tercera en un año.

Y es que, el desgaste es la estrategia del PP. La impasividad de Rajoy para negociar con las demás fuerzas políticas podría llevar al escenario indeseado de las terceras elecciones. Pero si todos los partidos dicen no: el PP difícilmente podrá gobernar en minoría.

A partir del día de hoy, Rajoy debe seguir negociando con las otras partes para que, o le den los votos que le faltan, o se abstengan en la investidura y entonces obtener la confianza del Parlamento.

Pero hasta ahora, sólo el partido de centro derecha de Albert Rivera, Ciudadanos, acordó abstenerse para permitir que se forme un gobierno. El resto de los partidos han asegurado que le darán el no a Mariano Rajoy.

Cuatripartidismo, una realidad política

España se dirige desde diciembre por un Ejecutivo provisional. Todas las instituciones gubernamentales han permanecido paradas y sin poder tomar decisiones o aplicar nuevas reformas, mientras que los asuntos de actualidad se acumulan.

Madrid debe reducir de manera drástica su déficit después de haber evitado una sanción por parte de la Comisión Europea. España también debe tratar de apaciguar el fervor independentista en Cataluña, donde el Parlamento votó el miércoles para la implementación de un proceso de separación.

En las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, el bipartidismo tradicional se rompió cuando Ciudadanos y Podemos obtuvieron escaños. Pero estos cuatro partidos no han logrado llegar a un acuerdo para la formación de un gobierno en España, lo que condujo a las nuevas elecciones de junio, que los regresó a la misma situación.

Con la diferencia de que la elección de junio dio más escaños al PP -14 más que en diciembre-, a pesar de los numerosos escándalos de corrupción, y la combinación tradicional que oponía al Partido Popular (PP) del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue finalmente reemplazado por un juego de cuatro.

En vista del juego existente, la formación de un gobierno estable ha parecido inviable pues ninguna de las partes ha sido capaz de conseguir dichas alianzas para juntar los escaños.

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