Los talibán reforzaron las represalias contra las mujeres, obligándolas a usar el burka, un velo que cubre todo su cuerpo

Los talibán regresan a las represalias: obligan a las mujeres de Afganistán a usar el burka, un velo que cubre todo su cuerpo

A nueve meses de que tomaran Kabul, los talibán reforzaron las represalias contra las mujeres, obligándolas a usar un velo que cubre todo su cuerpo; una medida que se suma a otros castigos y que pueden disminuir si la comunidad internacional frena su comercio con el país y envía ayuda humanitaria los afganos

La represión hacia las mujeres sigue estando presente en ciertas partes del mundo. A pesar de las luchas sociales y las manifestaciones que han surgido a lo largo de los años, sus derechos continúan sin ser respetados por completo. Como en Afganistán, que desde hace cinco días se les obligó a usar el burka, un velo que cubre su cuerpo de los pies a la cabeza, regresando con ello a una de las tantas represiones que mantenía el grupo talibán durante su primer mandato de 1996 a 2001.

En esa época, las mujeres eran reprimidas social y políticamente, pero no fue sino hasta la intervención estadounidense que se les abrió una pequeña oportunidad de libertad.

Sin embargo, tras el retiro de las tropas norteamericanas y el regreso del grupo islamista en agosto del año pasado, las posibilidades de volver a la represión femenina aumentaron, y no fue sino hasta ahora que esa advertencia se cumplió.

A través de un decreto publicado por el líder supremo del grupo, Hibatullah Akhundzada, se detalló que “la prenda ideal” para las mujeres era el burka, pues era tradicional y respetuosa.

En ese sentido, todas aquellas que no fueran ni demasiado jóvenes ni mayores debían utilizarlo en áreas libres y dentro de su hogar si es que estaban en presencia de un hombre que no perteneciera a su familia para evitar una supuesta provocación.

A las mujeres que llegaron a manifestarse por esta decisión, Akhundzada detalló que “si no tenían nada importante que hacer en el exterior, era mejor para ellas permanecer en casa”, pues así evitarían ser castigadas por no usar el velo.

En caso de no utilizarlo, según dio a conocer un vocero, se les encarcelaría o se despediría, en los casos de los funcionarios, a su pariente varón más cercano.

Ante esta medida, el doctor Francisco Daniel Abundis, internacionalista y docente del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara, opina que los talibán decidieron irse por una de las dos narrativas que tenían cuando regresaron a la capital afgana, que es oprimir a la mujer y a otras minorías como así lo hicieron anteriormente.

La otra narrativa era mantener las cosas como estaban, sin represiones sociales, siempre y cuando la comunidad internacional reconociera su mandato, pero eso no ha sucedido hasta ahora.

En esa medida, además de decidir regresar al uso del burka, se les prohibió a las mujeres mayores de 12 años el acceso a la educación y se les obligó a ir al trabajo acompañadas de un varón.

Para el doctor Abundis, con esas medidas ya impuestas son altas las probabilidades de volver a otro tipo de acciones radicales, lo que podría generar mayor preocupación entre la comunidad internacional por el tema de la violación a los derechos humanos a otras minorías como es el conglomerado LGBTI+ y los chiitas.

“Sí podría haber procesos cada vez más violentos en temas de volver a lo que realmente fue este movimiento y que al final no cambió, porque una vez que toman el poder estos grupos islamistas tienden a volver a estas bases mucho más radicales”, asegura.

El freno de los talibán

Desde que tomaron Kabul en 2021, los talibán recibieron sanciones económicas por parte del gobierno estadounidense para evitar que cometieran acciones en contra de la sociedad afgana. Sin embargo, eso no funcionó del todo.

Además, la presencia de militares estadounidense en Afganistán por 20 años tampoco frenó que este grupo radical regresara al territorio, por lo que se requieren otro tipo de medidas para enfrentarlos.

De acuerdo con el doctor Abundis, la comunidad internacional debe ir más allá de una intervención como la de Estados Unidos, dándole la espalda al régimen como así lo han hecho algunos Estados, mientras que al mismo tiempo entregan ayudas humanitarias a los más necesitados.

Respecto a las acciones que debería realizar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), éstas quedarían muy limitadas a lo que en cambio podrían conseguir los gobiernos, principalmente aquellos que mantienen sus embajadas abiertas en Kabul, como China y Rusia.

“Lo que se tendría que hacer es replantearse esta perspectiva de cómo se distribuye esta ayuda humanitaria, qué tipo de sanciones realmente están llegando y si es cierto que están asfixiando a este régimen.

“Por otro lado, si China y Rusia dejaran de comercializar ciertos productos y de invertir en tierras raras, en litio y en todos estos minerales que están extrayendo de territorio afgano, me parece que el régimen talibán se vería en la necesidad de cambiar ciertas perspectivas”, apunta el especialista.

Sin embargo, ahora se está a la espera de que las administraciones china y rusa acepten el intentar detener a los talibán, pues de lo contrario esa tarea deberá recaer en otros mandatos.

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