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Les dicen kamlari, son esclavas

Enero marca el inicio del Festival de Maghi en Nepal. Y es ahí donde niñas desde los 6 años son vendidas a un precio que oscila entre 20 y 60 dólares.

Estas niñas, conocidas como kamlari, son puestas a la venta por sus propios padres en un intento desesperado por darles una vida mejor. 

Los propietarios de las niñas, generalmente millonarios que viven en la zona, deben alimentarlas, educarlas, darles casa y vestido a cambio de tareas domésticas simples. Lo cierto es que se les obliga a hacer trabajo pesado, son mal alimentadas, duermen poco y en el piso. 

Enero marca el inicio del Festival de Maghi en Nepal. Y es ahí donde niñas desde los 6 años son vendidas a un precio que oscila entre 20 y 60 dólares.

Estas niñas, conocidas como kamlari, son puestas a la venta por sus propios padres en un intento desesperado por darles una vida mejor. 

Los propietarios de las niñas, generalmente millonarios que viven en la zona, deben alimentarlas, educarlas, darles casa y vestido a cambio de tareas domésticas simples. Lo cierto es que se les obliga a hacer trabajo pesado, son mal alimentadas, duermen poco y en el piso. 

Y la promesa de darles educación nunca se cumple. 

Dil Kumari, una kamlari, “tenía nueve años cuando sus padres la vendieron como servidumbre. Aunque sintió enojo, no fue una sorpresa. ‘Incluso niñas de siete u ocho años son vendidas, así que era algo normal’, dijo la joven que ahora tiene 20 años”, informó ayer la revista Time. 

Kumari se escapó después de tres años de tormento. Solo para ser vendida nuevamente meses después. 

“Me despertaba a las cuatro de la mañana y trabajaba hasta la medianoche. Tenía que hacer labores domésticos y era muy mal alimentada”, aseguró. 

Según Time, las kamlari también están expuestas a abuso sexual, mental y psicológico. 

Es por esto que la Fundación de la Juventud de Nepal busca desde el año 2000 erradicar esta costumbre de la sociedad nepalesa. 

Desde que inició su campaña, ha rescatado a alrededor de 12 mil 500 kamlari. 

Tras su liberación, la ONG ofrece pagar su educación y recompensar a las familias por sus pérdidas económicas. Después de años de intensa labor, la fundación ha logrado que el Gobierno asuma el costo de liberar a las niñas.

Pero todavía existen 500 niñas que siguen trabajando como sirvientas en un régimen de esclavitud. 

“Estas son las más difíciles de encontrar, pues son empleadas de personas muy poderosas”, aseveró Som Paneru, presidente de la Fundación de la Juventud de Nepal, que tiene su sede en California, Estados Unidos. 

Sin embargo, esto no les impedirá hacer un gran esfuerzo en el festival de enero próximo para encontrarlas. 

La ONG pretende pedir a los empleadores que devuelvan a las niñas con el argumento de que ya no es una práctica legal tenerlas como sirvientas. Si se oponen a liberarlas, llamarán a las autoridades, informó Time. 

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Aunque la sociedad internacional ha enviado ayuda a Nepal tras el terremoto del 25 de abril, hay una comunidad que permanece en las sombras: los Sherpas, nepaleses que guían a los montañistas por el Himalaya.

Esto es lo que retratará el documentalista mexicano Alberto Solalinde, quien, en entrevista con Reporte Indigo, anuncia que en los próximos meses llevará apoyos al pueblo de Kumari, cuya principal fuente de ingreso son excursiones al Everest.