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Las victorias de Maduro

Mientras su país sigue inmerso en una alarmante crisis, Nicolás Maduro y el régimen viven su mejor momento político. La oposición está debilitada y dividida, y una purga al interior del aparato oficial que le ha dado mayor poder al presidente venezolano

Nicolás Maduro puede celebrar varios triunfos: unas elecciones municipales en donde obtuvo una victoria aplastante -sin la participación de los principales opositores- y los recientes comicios regionales en octubre, todo ello antecedido de la instalación de la Asamblea Constituyente.

Con esta inercia, el mandatario se apresta a convocar a elecciones generales a inicios del próximo año, en las que –ya anunció– no participarán los partidos que “boicotearon” las últimas votaciones regionales.

Mientras Venezuela sigue inmerso en una alarmante crisis, Maduro y el régimen viven su mejor momento político en tiempos recientes, con una oposición debilitada y dividida y una purga al interior del aparato oficial que le ha dado mayor poder al presidente venezolano.

“El pueblo venezolano ha demostrado una vez más su compromiso con la Paz y la Democracia. ¡Victoria de la Patria!”
Nicolás MaduroPresidente de Venezuela

Ahora, desde el primer círculo del régimen chavista se estudia la posibilidad de adelantar las elecciones generales a principios de 2018, muy seguros que la oposición formal –en medio de una grave crisis interna– no podrá reagruparse en los próximos meses para hacer frente al aparato oficial.

Maduro, heredero político de Hugo Chávez, vivió este año sus momentos más críticos al frente del gobierno venezolano, tras una serie de protestas que se prolongaron por cuatro meses y que terminaron con un saldo de más de 120 muertos y centenares de detenidos, muchos de ellos considerados presos políticos.

120
Muertos es el saldo de la serie de protestas, por cuatro meses, en Venezuela

Además, debido a la crisis política y sobre todo la emergencia humanitaria, la presión de la comunidad internacional sobre el régimen llegó a niveles nunca vistos en la nación sudamericana.

El mandatario sobrevivió. Primero culminó la votación a finales de julio y la posterior instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, un órgano hecho a su medida y que será el encargado de redactar la nueva Constitución, una favorable al régimen.

En octubre, los venezolanos salieron a las urnas para elegir a los gobernadores de las 23 provincias, un proceso en el que sí participó la Mesa de Unidad Democrática, principal agrupación opositora, a pesar de los obstáculos oficiales.

Las proyecciones apuntaban a una elección cerrada, en donde la oposición partía con posibilidades de obtener al menos la mitad de las gubernaturas en juego, pero el resultado final le dio al chavismo 18 de las 23 provincias, en medio de fuertes acusaciones de fraude electoral.

Y apenas el pasado fin de semana, el oficialismo ganó más de 300 de las 335 alcaldías del país, un proceso marcado por la ausencia –y el llamado a la abstención– de los principales partidos opositores, quienes se negaron a participar en los comicios por considerarlos fraudulentos y con un sistema electoral al servicio del régimen.

Aunque aún existe la posibilidad de que alguno de los principales liderazgos opositores puedan optar por presentarse con alguno de los partidos menores que sí participaron en la elección de municipios, la división entre la MUD dificulta que se pueda formar un frente unido, y en este momento la sensación es que Maduro se perfila cómodamente para obtener un nuevo mandato a través de las urnas.

El pasado fin de semana, el oficialismo ganó más de 300, de las 335, alcaldías del país, en un proceso marcado por la ausencia de los principales partidos opositores

El cisma opositor

Mientras Maduro termina el 2017 fortalecido y exultante, la oposición lo hace debilitada, tanto por los golpes del régimen como por sus propios enfrentamientos internos y de cara a las elecciones generales, hoy no tienen rumbo ni un proyecto político.

La primer gran diferencia entre los diversos grupos opositores fue sobre la conveniencia de presentarse o no a las elecciones regionales de octubre pasado, pues hubo muchas voces que advertían del riesgo de dar validez unos comicios comprometidos de antemano y de esta forma dar de facto legitimidad a Maduro.

Una vez conocidos los resultados, y con los reclamos poselectorales, las diferencias se agravaron, y el punto definitivo de quiebre ocurrió cuando los 5 gobernadores electos juraron el cargo ante la Asamblea Constituyente, un órgano al que hace apenas unos meses desconocían.

Hoy, tras haber renunciado a participar en las elecciones municipales, las principales formaciones opositoras como Primero Justicia, de Enrique Capriles y Voluntad Popular, de Leopoldo López, entre otras, serán excluidas de manera oficial por la Asamblea Constituyente para participar en futuros comicios.

El futuro de la oposición formal no es nada claro, aún existe división sobre la conveniencia o no de presentarse a las urnas acercándose a otros partidos menores, por un lado están quienes aún sostienen que es a través de las urnas como pueden poco a poco propiciar el cambio y la gran mayoría que no quiere formar parte de una simulación.

Las principales formaciones opositoras serán excluidas de manera oficial por la Asamblea Constituyente para participar en futuros comicios

A todo eso se suma que difícilmente se pueda presentar un frente unido o una sola candidatura que tenga la suficiente fuerza para competir con Maduro en campaña, en caso de que dos o más líderes opositores con suficiente fuerza decidan ir a la elección, luce complicado que alguno de ellos ceda en sus pretensiones.

El desencanto de la población venezolana que día a día vive los estragos de la crisis inflacionaria o de la alarmante escasez también es un factor que ha ocasionado que se pierda el interés en las votaciones, lo cual favorece a Maduro.

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